FELIZ AÑO NUEVO 2010!

jueves, 31 de diciembre de 2009


Este nuevo año quiero desearles, prosperidad, éxito, sabiduría y publicaciones...

Gracias a todos nuestros lectores por fomentar nuestra pasión por la escritura, también a los compañeros escritores que durante el 2009, nos compartieron su creatividad y su valiosa amistad.
En especial quiero agradecer a Gerardo Oviedo por su apoyo y fomento de la novela, así como los espacios que brindo a nuestras plumas, en el taller, en el blog, en el suplemento y el "FIP".


Saludos a todos mis más sinceras Felicitaciones!!!
...cristof

Bienvenido sea el 2010!

FELIZ AÑO


Feliz año a todos mis amigos y amigas. Que este 2010 esté lleno de mucha lectura, escritura y todo lo demás. Les envío un fuerte abrazo con la esperanza de que todos los proyectos se cumplan. Salud y Felicidad.

OTRO AMOR DE AMAR...

lunes, 28 de diciembre de 2009



Entre los ires y venires de los ajustes, afanes, nervios y felicidades por los arreglos de los empastados del proyecto terminal universitario de la hija mía… es decir de Annie Marcela, misma que habrá de licenciarse en arquitectura el próximo 18 de diciembre de este año corriente del Señor, fuimos ella, mi hijo maravilloso y yo; por cierto él, recién estrenado como “Señor Don Licenciado”, le pongo estos nobles títulos por que se matrimonió flamantemente allá en la lejana Francia con la nueva adquisición de nuestra familia, la muy querida y nuera mía Laurita Gelly, oriunda de Voiron, Grenoble; además también en el mayo pasado le dieron su Licencia como Administrador de Negocios Internacionales. Así que los tres, los hijos y yo, fuimos a nuestra tierra por adopción: San Pedro, Cholula, pues ahí le habían de hacer los libros que contienen la tesis de Annie.
Al término de las instrucciones que la hija mía le dio al editor de sus textos, nos pusimos de acuerdo para ir a cenar con el Sr. Pedro, (Pedro es su apellido), a las sin igual “Cemitas Ángeles” se llama así este establecimiento porque sin duda el Sr. Pedro de esta manera enaltece los nombres y las personas de su esposa la Sra. Ángeles al igual que de Ángeles su hija del mismo patronímico…
Estuvimos los tres de camino al número 123 de la 3 poniente muy contentos y festivos, este lugar está a tan sólo dos cuadras del portal más grande de Latinoamérica, mismo que se halla justo frente a la plaza de la Concordia de esta población. Pues bien, en un santiamén nos hallábamos en nuestro destino; nosotros aun sin habérnoslo platicado hemos extrañado estas ambrosías Cholula-poblanas, por la excelencia de sus sabores y de sus ingredientes, no tan gourmets, como tan hermosamente sabrosos y exquisitos. Por muchos años vivimos como vecinos contiguos del Sr. Pedro y de su familia, hasta nuestro arribo migratorio a la Angelópolis, ahora moramos aquí en Puebla.
Entramos a las “Cemitas Ángeles” y todos nos saludamos con mucho gusto, de ese gusto verdadero… de ese que no se finge, sonrisas francas de placer por volver a ver a los amigos después de mucho tiempo, podría aseverar que a ellos también nuestra presencia los llenos de gozo pues sus rostros los denunciaban.
Después de mutuas reverencias, unas formales y otras no tanto, nos sentamos en las sillas rojas que tienen lacrados los respaldos de coca-cola, y nos apoyamos en la mesa de sábana roja metálica sostenida por patas tubulares y plegadizas. Ya cómodos y apoltronados nos dispusimos a ordenar las delicias que preparan la familia Pedro, la mamita mía pidió una cemita de milanesa por supuesto con quesillo, el hijo mío su consabida “sémola” como él le apoda, de pollo con jamón, sin jitomate y sin cebolla pues mi papacito en melindrosón con estos vegetales, llegó el momento de hacer mi petición y para no variar desde que conozco estos manjares, me dejé pedir una “cubana”, sonora y llena de jolgorio alimenticio, pues lleva consigo como se dice: jamón, milanesa, pollo deshebrado, quesillo, aguacate y otros ingredientes más… siempre pido que las cebollas y los jitomates así como los sabrosos chiles los pongan en el plato para que al momento de arremeter a mordidas estos maravillosos panes… no se despanzurren todas…
De las bebidas, pues lo normal, coca para la hija y para mí, y al papacito le dieron un boing de guayaba; entre risas de algazara por el trabajo de la tesis ya propiamente terminado, continuamos gozosos hasta que llegaron al unísono los alimentos, se hizo un silencio casi sepulcral en la mesa nuestra, sólo se podía escuchar ligeramente como mordíamos estas maravillosas hogazas … crunch, chrunch y bebíamos nuestras aguas de los popotes tan necesarios en estos lugares…sglub, sglub…, así continuamos hasta que dicho sea con la verdad, no nos satisficimos, sino prosaicamentemente expuesto nos hartamos… pues en honor la verdad y mencionado sea de paso, la cemitas del Sr. Pedro aparte de ser las más agraciadas y bellas del mundo conocido, son mayúsculas como sólo ellas pueden serlo, incluso hubo que pedir para llevar la parte de ellas que no pudimos comernos…
De esta manera continuamos nuestra cena acompañados por nosotros mismos que somos nuestra familia, entre suspiros de satisfacción y asombro por los sabores y los tamaños de estas exquisiteces… así que entre palabras, sonrisas y bromas, algunos comentarios de las reminiscencias de cuando morábamos ahí junto… de repente el Sr. Pedro se sentó en la mesa de enfrente en franca posición de conversador, y así fue, sin mayor preámbulo se arrancó a platicar y a preguntar sobre la vida de nosotros y a conversarnos de la de ellos, comenzó dirigiéndose a mí… licenciado, así suele llamarme. ¿Sí supo que operaron a mi esposa? No, con sorpresa contestamos al unísono mis hijos y yo, e hice mención que recordaba que hacía bastantes meses o casi un año, que en un día como ese había ido a cenar y noté que la señora Ángeles rengueaba en demasía de su pierna derecha, ella me dijo que estaba muy “mala” de su rodilla y que cabía una probabilidad muy elevada de que la intervinieran quirúrgicamente… - dijo el Sr. Pedro - Pues va a usted a ver licenciado… las dolencias de mi señora se hicieron cada vez más agudas, ya casi no podía caminar, se quejaba todo el tiempo, yacía postrada en la cama mucho rato, yo, ya estaba desesperado, - estás palabras las mencionó con un hilillo de voz color nácar y de lágrimas, - continuó -, pues como le decía, ya casi no caminaba, no quería comer, estaba muy triste y decaída, así que ni modo, otra vez fuimos a Ortopedia (Se refería al IMSS), llegamos una vez más le digo, porque ya habíamos ido antes e insistían en que tenían que operarla…
Nos atendieron ahí medio de mala gana, ya ve como es la cosa en el seguro, así que pedimos ficha y esperamos a que nos atendieran, después de un rato bastante prolongado, por fin pasamos con el especialista, el médico la vio, la auscultó y con voz de trueno dijo: falta hacer unos exámenes de laboratorio, y definitivamente hay que operarle la rodilla. El Sr. Pedro le preguntó… bueno doctor ¿Pero qué es lo que tiene mi esposa, qué le pasó? La respuesta del medicucho fue tangencial e hizo caso omiso del cuestionamiento, procedió a llenar unos formularios para los exámenes que mencionó antes, se los entregó en la mano y perentorio ordenó que se los hicieran, y que la asistente suya les haría saber la fecha para la próxima consulta. Pues ni modo licenciado me dijo el Sr. Pedro, agarré a mi vieja y nos fuimos p´al laboratorio a que nos dieran día para los análisis. Volvimos casi un mes después con los rigurosos dolores de mi señora que día a día se agravaban, y otra vez la misma historia con el quesque especialista: grosero y malmodiento nos exigió los exámenes, se los dimos, los leyó con más o menos detenimiento… ordenó que mi esposa se subiera a la camilla que tenía ahí para revisarla, - de veras licenciado – mi pobre vieja casi no se podía ni mover, y bueno, ahí como pudimos se puso sobre la cama esa y el tipo este otra vez le hizo otro reconocimiento, le tocaba la rótula, la espinilla y un poco arriba de la rodilla esto lo hacía con la yema de los dedos, muy suave porque mi señora no soportaba ni el más suave roce.
Este despiadado y torpe galeno de manera determinante dijo: Haber Sr. Pedro, mire, la situación es muy delicada tenemos que hacerle tres incisiones en la rodilla a la señora: una arriba, otra abajo y otra más en la parte externa de la misma, pero ese no es el problema, la dificultad consiste en que no le garantizo que el padecimiento se corrija completamente, y otra circunstancia todavía más embarazosa es que el riego de fallecimiento es del sesenta por ciento, dadas las características de esta cirugía en personas como su esposa. Cuando nos estaba diciendo esto, nosotros nos mirábamos con un indescriptible desasosiego además de que nos llenamos de miedo y de desesperanza.
Le pregunté a mi señora, ¿Cómo ves, qué hacemos? ¡Ha! Porque además tenía que firmar un documento en el que enterado estaba yo de los riesgos de la intervención y que a pesar de ellos asumía propiamente la condena, o sea, todo había de ser bajo mi responsabilidad, exonerando de cualquier resarcimiento al seguro y al loco médico. Mi señora contestó que sí, que aceptara… porque ya no aguantaba “tanto martirio” y prefería propiamente dicho, morir en el intento de sanar de sus afecciones. Además, de no aceptar la propuesta médica, también debía de firmar un documento que hiciera constar que no era responsabilidad de ellos cualquier circunstancia colateral al no practicarse la cirugía. Licenciado – dijo otra vez el Sr. Pedro – Como no tenía forzosamente que decidir en ese momento, cogí a mi vieja y nos venimos pa´la casa. Ya aquí con más tiempo para pensar, veríamos…
Estando sólo y reflexionando en esto que nos agobiaba a los dos, me dije a mí mismo, lleva a tu vieja a Acapulco a lo mejor el cambio de aires, el mar y los maravillosos atardeceres en la bahía más hermosa del mundo le ayudan a sentirse mejor, a comer con más ahínco y quizá su ánimo renazca. – Así que el Sr. Pedro con un rostro que sólo se refleja cuando existe el verdadero amor de amar, cargó con su vieja, con el amor de ambos y se marcharon al Pacífico mexicano – Licenciado, siguió diciendo el Sr. Pedro -, yo le insistía ¡Come vieja!, ponte contenta, mira qué bonito lugar, traté de llevarla a la playa… pero resultaba muy doloroso y angustiante, pues las dolencias no menguaban ni un tantito, así que dimos por terminada nuestra vacación y rapidito nos regresamos.
Fíjese Carlitos - se dirigió a mí así ahora el Sr. Pedro – que tengo una hermana que vive aquí también en Cholula, por ahí de San Matías Cocoyotla, ¿Si conoce verdad? Aseveró, y yo asentí con la cabeza dispuesta para responder a sus preguntas, bueno pues mi hermana un día me dice: ¡Claro que ella sabía de nuestra situación!, hermano ¿Quieres que tu mujer mejore? Ha, pero para esto licenciado, días antes yo le dije a mi vieja, ¿Sabes? Que no te operen y por mis pistolas fui al seguro y renuncié a la cirugía, es decir firmé para que no me operaran a mi señora. Entonces… le platicaba de mi hermana, que me decía si quería yo que mejorara mi esposa, pues claro le contesté, pero no sé qué hacer… la hermana mencionó, mira, aquí está el número del teléfono de este médico, llámale y dile que eres mi familia, yo ya le informé de esta situación…
Carlitos me dijo de nuevo el Sr. Pedro; le llamé al Dr. Y me dio una cita. Entonces entre los dolores de mi corazón y los de la rodilla de mi señora, sumadas las incomodidades del taxi en que viajamos hacia su consultorio, por fin llegamos. [Quiero acotar algo muy importante al margen de este relato, todo el tiempo el Sr. Pedro habló en primera persona, además mientras nos conversaba el desarrollo de los acontecimientos a los hijos y a mí, la Sra. Ángeles permaneció tras el mostrador del negocio, agazapada en la profusa y sumisa tradición machista que ella misma junto con su esposo profesan], ahora si continuamos. Estábamos ya con el traumatólogo y nos pasó su secretaria a una habitación de pruebas, llegó el médico, nos presentamos todos, y así sin más trámite le dijo a mi vieja: A ver señora camine sobre esta línea, había una raya fosforescente pintada en el suelo… miró con detenimiento científico el movimiento de mi esposa, la hizo volver sobre sus pasos, después con la seguridad que da el profesionalismo y la experiencia, espetó… Señora Ángeles usted no está mala de la rodilla… sino de la cadera, los dos nos quedamos atónitos con tal aseveración.
Licenciado me dijo el Sr. Pedro, cuando eso indicó el Dr. Yo no daba crédito a lo que estaba escuchando, le insistí, Dr. Por favor, llevamos meses entre que la operan y no le operan de la rodilla, si no la dejé intervenirse fue porque me dijeron que se podía morir, ni siquiera hablaban del cincuenta por ciento de riesgo, sino del sesenta o quizá más…
Carlitos, Carlitos me decía el Sr. Pedro desesperado de recordar esos momentos del impasse y continuó, el nuevo médico con tono firme, amigable y generoso me dijo: Sr. Pedro le FELICITO de que no haya permitido que le hicieran esa operación a su señora. El hombre nos decía a mis hijos y a mí no sin un brillo de amoroso de acierto por haber protegido a su señora. Cuando este Sr. Pedro, persona sencilla sin muchos recursos lingüísticos o verbales decía todo esto, el tono de su voz era gris oscuro, de dolor y de pánico a perder a esa mujer que lo ha acompañado por treinta y cuatro años… las voces se le fracturaban y las lágrimas llorosas le escurrieron en las mejillas… apenas perceptibles.
El nuevo médico, le indicó que volviera al seguro pues de lo contrario la operación saldría muy, muy cara, cien mil pesos le aproximó el médico, el Sr. Pedro insistió un poco más sin embargo la conciencia de este doctor, lo convenció de asistir al seguro. (Así que la cirugía que le practicaron a la Sra. Ángeles fue en la cadera ello y se desarrolló en las instalaciones del IMSS, por supuesto no la hizo el execrable galeno sino otro y la misma dio maravillosos resultados)
Emocionado hasta las cachas nos dijo, - porque ya no sólo se dirigió a mí -, con el machismo más amoroso que recuerde mis años de vida, sin más preámbulos y si con un verdadero amor de amar; llamó con una suave voz de trueno color azul pastel a su vieja, como casi todos queremos llamar a nuestra mujer, a la verdadera, a la que se quedará hasta el fin de los tiempos de que cada quien… ¡Vieja ven!, ella se hallaba tras bambalinas y así como una veraz Diva apoteósica, vino hacía nosotros la hermosa señora Ángeles todavía con una ligera cojera, él nos instaba: mírenla, ¿Cómo la ven? No, si mi vieja ya es otra… sonreía nervioso, gozoso y agradecido con el Creador, no paraba de presumirnos algo que le miramos a través de su piel, por atrás de los cristalinos de sus ojos grises de la edad que por cierto ya se le vino encima…
Le miré y le escuché el machismo profuso de quien como yo, nació y creció él, en esta cultura, en esta mixtura religiosa pagano-judeo cristiana católica, lleno del amor que le manaba junto con el pánico de la posibilidad de que perdiera a su compañera de viaje.
Que el Dios verdadero bendiga a estos dos y a su amor… un verdadero amor de amar.
Por ahora es cuanto.
Carlos López Carmen
Diciembre de 2009 año de nuestro Señor

columnarebelde@hotmail.com

6 grados de separación: Edición de Navidad 2009

jueves, 17 de diciembre de 2009

No te pierdas el suplemento literario del periódico Cambio. "6 grados de separación". Edición Especial de Navidad. ¡Quedó de lujo!

En este número:
12 Autores, 12 cuentos.

1° J. J. Páramo
2° Mónica Baldeón
3° María del Sol Valdivia Rosas
4° Diana del Carmen Araiza Velasco
5° Mario Rosas
6° María del Carmen López Pérez
7° Leticia Díaz Gama
8° Olivia Meneses Teroba
9° Mariana Moreno
10° María Elena Flores Félix
11° Dubriel García Rodríguez
12° Nuria Elisa Castro López

¡En tu puesto de periódicos y revistas!

¡Cómpralo ya!

Y, por supuesto, ¡Feliz Navidad!
Un abrazo y mis mejores deseos para el próximo año.

Atentamente

Gerardo Oviedo

Pd. Corre la voz, porfa, que se agote esta edición.

Tarea Soneto

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Tarea 3
Soneto:

Morir
Quisiera en estos lapsos turbulentos
Echar de ver el perfil de la muerte
Hurgar dentro del manto aciago y fuerte
Agotarme en su esencia a besos lentos.

La muerte es hoy, la señera aventura
Para un cuerpo revivido y silente,
Que repele el camino de la mente
Y llora el sino del alma futura.

La lluvia álcali de ceniza helada
Cubriéndome piernas, pecho, el dorso,
Calando sueños, la vida, la nada.

Deseo viajar al ala del corzo
Al mundo desierto de la negra hada
¡Que se hunda fiera la muerte en mi torso!

Mònica Baldeón Torres

Soneto

El alma del viento

La noche se levantó sombría
niebla, sombra nítida, pesada.
Sol gris de la noche, cantaba.
Luna brillante, danzante, fría.

El odiar la noche sombría
es como la lluvia refinada
como el alma negra y quebrada
El cristal amargo soltaría.

Alma negra y rotunda rudeza
Cristales rotos como el viento
Morir sola, sería la certeza

Viva el alma dentro del cuento
cuento amargo de pereza
sentir aquello es sentir el viento.

Soneto o ínfulas de...

martes, 8 de diciembre de 2009

Me revuelvo agitado en el desvelo
por tu silencio gris, inesperado
añoro ese tu cuerpo recatado
motivo infame de mi amargo duelo.

Sin tus alas no tengo más que el suelo
terreno pavoroso, inexplicado.
Si a tu lado pendía iluminado
hoy las sombras se burlan de mi celo.

La inquietud es asidero de mis manos,
ya no me mueve ni me lleva más tu río
a tus sinuosos parajes cercanos.

El trasnochar es para mí sólo frío,
las plegarias y susurros son vanos
pues suplican por un cuerpo ya no mío.

Poema con imágenes

Extraño su voz de alhaja
volcar por las escaleras,
el ruido de sus primeras
palabras que son de plata.
Su presencia en la casa,
su sonrisa bendecida
es muy bien agradecida,
con su arribar estalla
alegría que se halla
otros días escondida.

Piramidal

Yo
sólo
podría
decirte que
eres ámbar de sol
colgado en mi cuello
me quitas malas vibras
te conviertes en mi suerte.
No puedo deambular ya sin ti,
tu piel de luz suave me ilumina.

Diálogo con acotaciones

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¡Bruja!

--¿Qué quieres que te diga?
--Dime ¿qué hacias fuera de casa a ésta hora? --dice Gabriel enrojecido.
--¡Ya te lo dije, salí a tomar el fresco! --contesta desafiante Marcela.
--¿El fresco a la una de la mañana? --¡no me quieras ver la cara, Marcela!
--¡No te atrevas a ponerme una mano encima porque no respondo de mí! --le dice al momento que toma un banco de madera.
--¿Acaso yo te reclamo cuándo tú sales por cigarros a las diez y regresas hasta el otro día?
--¡No me jodas con eso! --se aleja hacia la cocina.
--¿Dónde está mi whisky? --voltea y la mira con ojos amenazantes-- ¿Qué, también salió a tomar el fresco o qué chingaos?
--¡No te digo, el enojo te hace ver y decir puras pendejadas! --saca el whisky de la alacena y lo pone enérgica sobre la mesa.
--¡Ahí quédate con tus intrigas, que yo me voy a dormir --sube las escaleras tras la mirada turbia y rabiosa de Gabriel, éste rompe la botella de whisky sin soltar la mitad sobrante y sube tras Marcela.
Ma. Carmen López

Diálogo con acotaciones

-----Platico contigo frente a este monitor y no me has dicho si acaso vas a venir para este verano ---(rascándose la oreja derecha).
----Ando ocupado chateando con mi amiga de Londres ----se seca el sudor de la frente----. Sabes que dependo de la mensualidad de la beca y parece que no me va a llegar de dos meses. No te asustes sabes que pasa el tiempo rápido. Si no voy en verano no hay problema el fin de año nos besaremos junto a la playa donde estas.
----Lo único que nos une por ahora es el calor que sientes en Brasil y yo en Puerto Escondido. La marea está intranquila desde hace días como yo porque no haces veo que te interese venir más seguido. Ya sabes que no puedo moverme de mi investigación con las tortugas por seis meses ----se quita la camisa para dejarla en el suelo---. La ausencia corporal es inmensa en verano lo sabes.
----No seas dramático si hace cinco meses nos vimos para despojarnos toda tensión ----le sonríe al brasileño que la mira detenidamente---. Nuestro trabajo nos ha alejado pero el amor nos une como siempre lo sabes bien y no te has convencido de ello. Las distancias se acortan con el mail o el chat ya lo sabes por favor deja de quejarte ----bebe de su cerveza mientras se le acerca el brasileño---.
---El hecho de distanciarnos fue tu idea porque el trabajo que te daban en San Cristóbal estaba bien pagado pero siempre le haces caso a tu amiga de Londres que a mí ----limpia su sudor con un pañuelo y destapa una cerveza----. Las noches me congestionan el hambre corporal. Te mando la mitad del boleto de avión para que vengas que dices.
---No creo poder sin el dinero de la beca. Lo poco que me queda es para sobrevivir. La situación por acá es difícil, te lo he contado mis amigas me llevarán a sus casas para conocer a sus familias no estaré sola ----el brasileño le anota la dirección de una fiesta y ella le dice que sí moviendo la cabeza----. La investigación de las favelas me tiene muy ocupada.
----Pues espero tu llegada para julio si no es así entonces me regreso al D.F. La vida de tu carnaval me trae jodido -----se le acerca una compañera y lo invita a cenar---. Soy sincero y tú en cambio has dejado nuestra relación caer en la mierda.

Diálogo sin acotaciones

-----Cuántas veces te platico y no me miras sólo me escuchas como si estuvieras lejana.
-----Le tengo que dar prioridades a mis tareas cotidianas. No he dejado de perder una sola palabra tuya.
----Mis discursos parecen monólogos porque tengo que repetirlos cada vez que los termino. Aún no me has conocido porque los digo al frente de esta ventana que me cree más que tú.
----Las horas de oficina que me diriges tus penares no los he dejado escapar porque soy una mujer de atención abierta puedo hacer varias cosas a la vez sin olvidar algo.
----Hoy has olvidado la hora en que teníamos que tomarnos una café para definir nuestro próximo fin de semana.
----Podemos llamarnos por la noche para acordar el plan de fin de semana. Estoy muy ocupada en estas fechas y bien lo sabes. No quiero sentimentalismos.
----Los sentimientos se han desvanecido desde hace algunos meses sin que te ocupes de su partida. Las palabras las has convertido en pláticas fugaces por teléfono.
----Los mareos que he tenido no son casualidad. No logro satisfacerte, qué es lo que quieres. Hemos salido por dos años y no me agradeces nada sólo te has convertido en un discurso monótono.
----Los días y los meses son uno mismo para ti porque desde que aceptaste ganar más para comprarte ese coche me has abandonado en llamadas y cancelaciones. Respeto tu trabajo más no comprendo tu lejanía que te ha convertido en una máquina de producir ausencias.
---Me voy he dejado a unos alumnos en examen no sé si regrese. Cierra la puerta cuando salgas.

Poema piramidal


Así
Columna
Eres numen
Ausencia viva
Desvanecimiento
Carne de mieles tú
Altar elaborado
En manos finas cayendo
Sueltas sin huellas arrecifes
Al desnudo colosal llamando
Suertes marcadas por todo silencio
Arropadas desde el amanecer vil
En un ir y venir de miradas altivas
Descansando la sombra en mi pupila voraz.

Poema de metáforas

La tinta es el color como amanecer
El papel es textura como piel
La pluma es bastón como tallo
El libro es trozo orgánico como agua primaveral
El verso es son como el paso
La prosa es escalera como la cascada
El párrafo es rebanada como panal
El texto es rendija como alcantarilla
El margen es rayo como el amanecer
Las imágenes son luces como la arena desértica
La voz es viento como el canto veraniego
El sueño es eco como caída de hojas
La mente es árbol como los túneles cavernarios
El imaginario es vena como rama bonsái
La reflexión es sombra como eclipse
El pensamiento es uña como risco rebasado por agua
Mi reflejo es luz como el mar al sol

Tarea poemas de imágenes

El ojo es métrica
la vista es calificativo
el tacto es esponja
los dedos son paladines
el gusto es apertura
la lengua es cocción
el oído es cueva
el tímpano es dirección
los pies son destino
el humano es desequilibrio
el destino es camino
las riendas son pensamientos
el espejo es sombra
el reflejo es custodia
la palabra es ascendente
la palabra es recta
la frase es lengua
el lenguaje es ser

Poemas y diálogos

martes, 1 de diciembre de 2009

Poema con imagen


Un recuerdo es el torbellino de la mente
ese recuerdo te lleva a lo más profundo del corazón
y el corazón abrupto y áspero se desgarra
derramando sangre en pena.
Recuerdo, ese recuerdo de la amnesia
blanca y traslucida, es un clavo apuñalado
de un pasado amargo.


Poema con metáforas

La soledad se alimenta de mi alma
como un vampiro sediento de la sangre humana.
El alma que ahora flota fuera de mí,
es como el viento y el torbellino alejándose
a kilómetros de distancia.
Quisiera ya no sentir esta tristeza crónica,
este mal sentimiento que vive en esa alma atormentada
como la lluvia bestial granizada que quiebra
las cosas benignas de la vida.

Poema piramidal

Más
Azar
Revelar
Haz dulzura
Dulce arte fugaz
Frustrado del fulgor
Desvanecimiento
Luces del arte apagados
Por el miedo solitarios
Para la destreza abrumadora
Luz gitana deforme y dejada
Por el renacer meticuloso de luz
Por el renacer de la utopía usual
Del origen del arte en el alma módica

La ira de Armando

Mamá: Como te dije, Armando embarazó a su novia y en cuanto llegue pondré las cartas sobre la mesa, seré lo más razonable. Te cuanto luego escuché la puerta.


Armando: llegue tarde, tuve que hacer unas cosas, voy a bañarme.

Mamá: Armando me urge hablar contigo, baja, luego te bañas.

Armando: tengo que bañarme, espérame.


Mamá: Hijo ya sé sobre lo que estas pasando, Eva está embarazada. Te voy a decir que yo también me embaracé joven, pero tu padre fue un buen hombre porque aceptó un hijo que no era suyo.

Armando: ¿Qué dices? Acaso te volviste loca, tengo ya 17 años y tú apenas me dices que soy hijo de otro. No vengas con tus problemas ahora que con los míos tengo suficiente.

Mamá: No te preocupes Armando yo estoy para ayudarte, déjame auxiliarte con este problema.

Armando: Ya es demasiado tarde ya me he encargado del problema. Pues resultó que ese hijo no era mío sino de mi supuesto mejor amigo. Así que me encargué de ambos.

Mamá: ¿Cómo que te encargaste de ambos? ¡Qué hiciste!

Armando: Nada, nada. Ya déjame debo bañarme y limpiar mi ropa.

Mamá: Voy a limpiarte esto, esa ropa esta manchada de sangre y esto tiene que ver con lo que me dijiste, mientras limpio por favor empaca tus cosas, te vas a ir con tu padre antes que alguien se dé cuenta de lo que hiciste y vengan a reclamar los padres de tu amigo. Porque esta sangre significa que te golpeaste con Víctor por Mónica, ¿No es así? ¡Contéstame no me dejes hablando sola!

Armando: Ya te dije que me dejes solo, no quiero hablar con nadie y no solo le pegué a Víctor y a Mónica, sino que, que, ya déjame tranquilo, no aguanto tu voz.

Armando: Para terminar con esto, es mejor irme, a donde nadie pueda alcanzarme me encuentren.


La ira de Armando

──Como te dije, Armando embarazó a su novia y en cuanto llegue pondré las cartas sobre la mesa, seré lo más razonable ── salió hacia la sala para ver quién llegaba──. Te cuanto luego, escuché la puerta.

──Llegue tarde, tuve que hacer unas cosas, voy a bañarme ──subió corriendo las escaleras.

──Armando me urge hablar contigo, baja, luego te bañas.

──Tengo que bañarme, espérame.

──Hijo ya sé sobre lo que estas pasando, Eva está embarazada ──dijo tocando a la puerta de la habitación──. Te voy a decir que yo también me embaracé joven, pero tu padre fue un buen hombre porque aceptó un hijo que no era suyo.

──¿Qué dices? ──se paralizó al escuchar esas palabras y tiró sus cosas al suelo──. Acaso te volviste loca, tengo ya 17 años y tú apenas me dices que soy hijo de otro. No vengas con tus problemas ahora que con los míos tengo suficiente ──trataba de esconder el arma en algún lado.

──No te preocupes Armando yo estoy para ayudarte, déjame auxiliarte con este problema ──abrió la puerta de golpe y entró en la habitación.

──Ya es demasiado tarde ya me he encargado del problema ──le gritó viéndola a los ojos──. Pues resultó que ese hijo no era mío sino de mi supuesto mejor amigo. Así que me encargué de ambos.

──¿Cómo que te encargaste de ambos? ¡Qué hiciste!

──Nada, nada. Ya déjame debo bañarme y limpiar mi ropa.

──Voy a limpiarte esto, esa ropa esta manchada de sangre y esto tiene que ver con lo que me dijiste, mientras limpio por favor empaca tus cosas, te vas a ir con tu padre antes que alguien se dé cuenta de lo que hiciste y vengan a reclamar los padres de tu amigo ──recogió la ropa de la cama──. Porque esta sangre significa que te golpeaste con Víctor por Mónica, ¿No es así? ¡Contéstame no me dejes hablando sola!

──Ya te dije que me dejes solo, no quiero hablar con nadie y no sólo le pegué a Víctor y a Mónica, sino que, que, ya déjame tranquilo, no aguanto tu voz ──empujó a su mamá fuera de la habitación bruscamente.

──Para terminar con esto, es mejor irme, a donde nadie pueda alcanzarme me encuentren ──Recogió el arma y se disparó.

TAREA 2: Poemas y Diálogos

Diana del Carmen Araiza Velasco
Fuerza Inmune
(imágenes)
El amor es inmune
a todos los golpes fuertes que sufre.
El tiempo,
a veces largo y tedioso,
es el único poder capaz de limpiar
la sangre que quema tus heridas
con abrazadora fuerza.
Aprende a vivir con los amargos sinsabores
q a veces obstaculizan tu camino,
volviéndolo empedrado y frío.
Nunca te rindas buscando el más valioso tesoro,
y cuando llegue el momento de encontrarlo,
tómalo de la mano y camina a su lado,
será entonces que tu rígida búsqueda habrá terminado
y tu corazón esté completamente sanado.



Naturaleza perfecta
(metáforas)
No es difícil describir lo que tú me haces sentir,
pues cada que te veo,
mi corazón quiere gritar y volar
como un ave surcando el cielo y el mar.
Te describiré lo más perfecto que pueda…
Es tu cabello la suave y fina arena
que resbala entre mis dedos,
y tus ojos,
del azul más cristalino y hermoso
como el mar tan inmenso,
con esa profunda mirada que impone ternura
y empapa de alegría mi alma.
Son tus labios tan bellos y sensibles
como la piel de un durazno
que quisiera disfrutar toda mi vida.
Tu sonrisa,
brillante y perlada como la Luna llena,
alumbra mis pensamientos cada noche.
De tu piel brotan venas
como las raícen a un árbol,
resaltando tu fuerza y gallardía a cada paso.
Llevas en ti el alma de un niño
dentro del cuerpo de un hombre,
persona inigualable
que posee una voz inalcanzable,
y que hipnotiza tan sólo al admirarle.
Agradezco tu existencia,
tú formas parte de mi vida,
llenando mi ser de brillantes estrellas
y relampagueando mis emociones
a diestra y siniestra.
Te amo…



Amor escarlata
Luz,
amor,
pureza,
alegría,
mi ángel guardián,
la mayor bendición
que llegó a mi vida
Y por completo la cambió.
Por este camino amarillo
siempre juntos vamos a caminar,
unidos por este lazo escarlata
que todos los días me hace sonreír.
Pero hay algo más importante que decir:
Hermanito, eres lo más especial para mí.



DIÁLOGOS

El prisma de un viaje (con acotaciones)
Una tarde de otoño, en la estación de autobuses, la unidad con el número 706 estaba a punto de salir, pues el chofer anunció que el viaje comenzaría en unos minutos. Un joven y una anciana se conocen en medio de una bizarra plática, y aunque son polos opuestos, terminan siendo buenos amigos…
—¿Este es el asiento número ocho? —una anciana de aproximadamente setenta años se acercó a los primeros asientos del camión.
—Sí… —el joven se habla a sí mismo, intentando evitar que la anciana no lo escuche— Chale, está ciega.
—¡Uf! Creo que este será un largo viaje –dijo la anciana, acomodando sus cosas.
—Sí, ya lo creo —el joven hizo una mueca de disgusto.
—Este camión si va para Querétaro, ¿verdad?
—Sí… ¿Qué no se fijó al subir? —preguntó el joven, incrédulo.
—Ah, vaya. Pensé que me había equivocado. Es que vieras, ya estoy tan ciscada… en la vida me he equivocado hasta de marido.
—Ah mire, qué interesante.
—Pa´ que no se me tapen los oídos, por aquello del viaje… —la señora saca un cigarro y se dispone a encenderlo.
—Oiga, no creo que sea prudente que fume, y menos aquí arriba. Además, ¿a su edad…?
—¡Ah chinga! ¿Y quién me lo va a impedir? —se mofó la anciana.
—Supongo que el gobierno con su ley esa de no fumar en lugares cerrados, la política de la empresa de este camión, el chofer y los pasajeros. ¿No sería mejor que…? —el tono diplomático del joven fue interrumpido por la anciana.
—¿Qué? ¿Que me coma un dulce o un chicle? —el joven asintió— ¡Ni madres! Se me sale la dentadura, y luego, ¿quién me la paga?
—Bueno, yo sólo decía.
—Ah, como sea. Ojalá que llegue a tiempo para despedirme del idiota de Isidro, y pueda ver a mi hija y a mis nietos —la señora saca de su enorme bolso una bolsa de plástico, de la cual toma un tejido y dos agujas—. Al menos traje algo para entretenerme, por que a este paso creo que llegaremos a eso de las dos de la mañana.
—Señora, es un viaje de tres horas y media.
—Pero mi marido no va a soportar cuatro horas a que yo llegue. Así, ni siquiera voy a poder escuchar la lectura del testamento. Tan pinche eran en vida que a duras penas si me daba unos centavos, pues más pinche va a ser de muerto… ah que Isidro—un breve silencio surge en el ambiente—. ¿Cómo te llamas hijo? —el joven no le hace caso— ¡Chamaco te estoy hablando! —la señora le da un codazo, y ante esta reacción, el chico se quita sus audífonos.
—¿Qué quiere?
—Hijo, te pregunté que cómo te llamas.
—¡Ah! Me llamo Domingo… Momento, ¡yo no soy su hijo!
—¡Fue un decir! Estos jóvenes de ahora, no entienden nuestras formas de hablar.
—Déjeme decirle que aunque no tengo ningún parentesco con usted, pero se me figura idéntica a mi abuela, a excepción de que ella era todo lo contrario a usted —se burló el joven.
—No mi´jito, yo soy única en este planeta.
—Mi abuelita no era tan modesta ni tan cascarrabias como usted. Ella era muy enojona y nada más se la pasaba gritando.
—¿Era?
—Sí, era. Falleció cuando yo tenía catorce años —comentó Domingo, tristemente.
—Mmm qué pena. Lo siento. ¿Cuántos años tienes?
—Veintidós.
—Ah, todavía eres un chamaco. ¿Cuántos crees que tengo yo? —la viejita miró a Domingo con modestia.
—Todos…
—Para tu información, ¡tengo setenta años, y muy bien vividos! —la anciana regresa a su tejido— Un derecho, un revés, un derecho, un revés…
—¿Qué hace? —pregunta Domingo, sorprendido.
—Tejo, ¿qué no ves?
—¡Ya lo sé!
—Bueno, entonces, ¿por qué tu tonta y obvia pregunta?
—Por que se ve que le gusta lo que hace.
—Sí, y me sé mas de diez puntadas. Es una chambrita, la estoy haciendo para una de mis hijas, que tendrá gemelos. Iré a verla después de ver como se va Isidro.
—Qué contraste. Usted va a ver a su hija embarazada y a ver cómo se muere su marido.
—¡Ah qué frío! —la señora hace caso omiso del comentario de Domingo, avienta su tejido y se abriga con su chal.
—Es el aire acondicionado del camión, además de que el clima está nublado y frío.
—¡Ah que! En mis tiempos no había nada de estas pendejadas. Antes, que aire acondicionado ni qué nada, es más, ni siquiera podías respirar con la peste a caldo de axila y alientos mañaneros, ¿pues cómo? ¡No había ventilación! Aunque ya después te acostumbrabas —Domingo empezó a reírse—. Oye, pero tú no me has dicho por qué vas a Querétaro.
—Ah pues por que usted empezó a contar casi toda su vida… —la anciana lo mira con seriedad y vuelve a su tejido— ¡Es la verdad! Tanto así que no sé ni como se llama.
—Yo soy Doña Q, viuda de cuatro casi cinco maridos y con trece hijos.
—¿Viuda de casi 5 maridos? ¿Pues qué les hacía?
—Mejor dicho, ¡qué no se hacían ellos! —suelta una risotada— Pero afortunadamente, todavía están mis trece hijos, vivitos y coleando.
—Se ve que en sus tiempos no tenían nada que hacer.
—¡Sí teníamos que hacer! —le da un fuerte bolsazo a Domingo— Darle de comer al marido, lavar y planchar arta ropa con almidón, el quehacer de la casa, lavar y cambiar pañales cagados… ¿Y no teníamos qué hacer? ¡Ja!
—Y también jugaban al Tigre de Santa Julia… —la mujer lo golpea de nuevo con el gran bolso— ¡Ouch!
—¡Mocoso igualado!
—Es que no necesitaba tanta información —se soba la cabeza— ¿Qué tanto trae en esa bolsota? ¿Piedras?
—¡Piedras las que te voy a aventar si sigues de igualado! —Doña Q hace un drástico cambio de voz— En mi bolsa traigo lo necesario: peine, perfume, pasadores, gas pimienta, cigarros, barniz de uñas, unas pantaletas, mi celular y mis tarjetas del INAPAM… oh, y dinero también.
—¿Y según usted solo trae lo necesario? —el chico pone cara de espanto— Entonces fíjese que en mi mochila yo traigo mi bici, mi equipo de base-ball, gel, rastrillo, loción, mis patines, mi osito de peluche, champú con aroma a lavanda y mis discos de Keane —Domingo se desternillaba de risa, burlándose de la señora y de todo lo que traía.
—¿No me crees? Pues mira esto —la señora comienza a sacar todo de su bolso, aventando todo en las piernas de Domingo.
—Mmmta madre, ya me metí en camisa de once varas —susuró— Oiga creo que ya puede guardar todo.
—¿Dijiste que traes tus discos de qué?
—Antes no le creía ni un pelo de lo que decía, hasta que empezó a sacar todas sus chucherías. ¿No entendió mi sarcasmo? Yo no traigo una bicicleta, ni mi equipo de base-ball, ni mis patines, y menos mis discos de Keane, no me arriesgo a perderlos.
—¿Discos? ¿De acetato? ¿Tienes consola?
—¡Ah! Señora, yo soy actual… no viví en esa época, yo soy de puro IPod y mp3.
—¿Qué insinúas? —preguntó Doña Q, algo molesta.
—Nada, nada…
—Hey, ¡Callen a esa viejita que parece merolico! —unos asientos más atrás, un pasajero se levantó.
—¡Ve y calla a tu madre! ¡Imbécil! —contestó la Doña.
—Naahh, pinche viejita —el pasajero la ignora y se sienta, mientras Domingo ríe a carcajadas.
—Señores pasajeros, por favor guarden el orden, el viaje está por comenzar —anunció el chofer por micrófono. Doña Q y Domingo continuaron platicando, haciendo de su viaje algo más ameno y un tanto bizarro.


El prisma de un viaje (sin acotaciones)
—¿Este es el asiento número ocho?
—Sí…
—¡Uf! Creo que este será un largo viaje.
—Sí, ya lo creo.
—Este camión si va para Querétaro, ¿verdad?
—Sí… ¿Qué no se fijó al subir?
—Ah, vaya. Pensé que me había equivocado. Es que vieras, ya estoy tan ciscada… en la vida me he equivocado hasta de marido.
—Ah mire, qué interesante.
—Pa´ que no se me tapen los oídos, por aquello del viaje…
—Oiga, no creo que sea prudente que fume, y menos aquí arriba. Además, ¿a su edad…?
—¡Ah chinga! ¿Y quién me lo va a impedir?
—Supongo que el gobierno con su ley esa de no fumar en lugares cerrados, la política de la empresa de este camión, el chofer y los pasajeros. ¿No sería mejor que…?
—¿Qué? ¿Que me coma un dulce o un chicle? ¡Ni madres! Se me sale la dentadura, y luego, ¿quién me la paga?
—Bueno, yo sólo decía.
—Ah, como sea. Ojalá que llegue a tiempo para despedirme del idiota de Isidro, y pueda ver a mi hija y a mis nietos. Al menos traje algo para entretenerme, por que a este paso creo que llegaremos a eso de las dos de la mañana.
—Señora, es un viaje de tres horas y media.
—Pero mi marido no va a soportar cuatro horas a que yo llegue. Así, ni siquiera voy a poder escuchar la lectura del testamento. Tan pinche eran en vida que a duras penas si me daba unos centavos, pues más pinche va a ser de muerto… ah que Isidro ¡Chamaco te estoy hablando!
—¿Qué quiere?
—Hijo, te pregunté que cómo te llamas.
—¡Ah! Me llamo Domingo… Momento, ¡yo no soy su hijo!
—¡Fue un decir! Estos jóvenes de ahora, no entienden nuestras formas de hablar.
—Déjeme decirle que aunque no tengo ningún parentesco con usted, pero se me figura idéntica a mi abuela, a excepción de que ella era todo lo contrario a usted.
—No mi´jito, yo soy única en este planeta.
—Mi abuelita no era tan modesta ni tan cascarrabias como usted. Ella era muy enojona y nada más se la pasaba gritando.
—¿Era?
—Sí, era. Falleció cuando yo tenía catorce años.
—Mmm qué pena. Lo siento ¿Cuántos años tienes?
—Veintidós.
—Ah, todavía eres un chamaco. ¿Cuántos crees que tengo yo?
—Todos…
—Para tu información, ¡tengo setenta años, y muy bien vividos! Un derecho, un revés, un derecho, un revés…
—¿Qué hace? —pregunta Domingo, sorprendido.
—Tejo, ¿qué no ves?
—¡Ya lo sé!
—Bueno, entonces, ¿por qué tu tonta y obvia pregunta?
—Por que se ve que le gusta lo que hace.
—Sí, y me sé mas de diez puntadas. Es una chambrita, la estoy haciendo para una de mis hijas, que tendrá gemelos. Iré a verla después de ver como se va Isidro.
—Qué contraste. Usted va a ver a su hija embarazada y a ver cómo se muere su marido.
—¡Ah qué frío!
—Es el aire acondicionado del camión, además de que el clima está nublado y frío.
—¡Ah que! En mis tiempos no había nada de estas pendejadas. Antes, que aire acondicionado ni qué nada, es más, ni siquiera podías respirar con la peste a caldo de axila y alientos mañaneros, ¿pues cómo? ¡No había ventilación! Aunque ya después te acostumbrabas. Oye, pero tú no me has dicho por qué vas a Querétaro.
—Ah pues por que usted empezó a contar casi toda su vida ¡Es la verdad! Tanto así que no sé ni como se llama.
—Yo soy Doña Q, viuda de cuatro casi cinco maridos y con trece hijos.
—¿Viuda de casi 5 maridos? ¿Pues qué les hacía?
—Mejor dicho, ¡qué no se hacían ellos! Pero afortunadamente, todavía están mis trece hijos, vivitos y coleando.
—Se ve que en sus tiempos no tenían nada que hacer.
—¡Sí teníamos que hacer! Darle de comer al marido, lavar y planchar arta ropa con almidón, el quehacer de la casa, lavar y cambiar pañales cagados… ¿Y no teníamos qué hacer? ¡Ja!
—Y también jugaban al Tigre de Santa Julia… ¡Ouch!
—¡Mocoso igualado!
—Es que no necesitaba tanta información. ¿Qué tanto trae en esa bolsota? ¿Piedras?
—¡Piedras las que te voy a aventar si sigues de igualado! En mi bolsa traigo lo necesario: peine, perfume, pasadores, gas pimienta, cigarros, barniz de uñas, unas pantaletas, mi celular y mis tarjetas del INAPAM… oh, y dinero también.
—¿Y según usted solo trae lo necesario? Entonces fíjese que en mi mochila yo traigo mi bici, mi equipo de base-ball, gel, rastrillo, loción, mis patines, mi osito de peluche, champú con aroma a lavanda y mis discos de Keane.
—¿No me crees? Pues mira esto.
—Mmmta madre, ya me metí en camisa de once varas. Oiga creo que ya puede guardar todo.
—¿Dijiste que traes tus discos de qué?
—Antes no le creía ni un pelo de lo que decía, hasta que empezó a sacar todas sus chucherías. ¿No entendió mi sarcasmo? Yo no traigo una bicicleta, ni mi equipo de base-ball, ni mis patines, y menos mis discos de Keane, no me arriesgo a perderlos.
—¿Discos? ¿De acetato? ¿Tienes consola?
—¡Ah! Señora, yo soy actual… no viví en esa época, yo soy de puro IPod y mp3.
—¿Qué insinúas?
—Nada, nada…
—Hey, ¡Callen a esa viejita que parece merolico!
—¡Ve y calla a tu madre! ¡Imbécil!
—Naahh, pinche viejita.—Señores pasajeros, por favor guarden el orden, el viaje está por comenzar.

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