LUZ DE MI VIDA, LUZ DEL CARMEN
¿Cómo es que estás muerta? No es verdad pues aquí estás,
en el amanecer de cada mañana, en las letras que leo,
en las caminatas que hago, en los hijos que engendré,
en los fracasos que fracasé, en las éxitos que excité.
¿Cómo es que estás muerta? No es verdad pues aquí estás,
en las piernas fuertes que me llevan y me traen, en las letras
que contigo aprendí y en las oraciones que contigo recé
por las noches, por las mañanas y en los abrigos de las lluvias.
¿Cómo es que estás muerta? Aquí estás de verdad,
en los cabellos negros y blancos de mi cara, de mi cabeza,
estás en las palabras que le manan a mi boca, en el tono de
la voz que a veces con sordina te busca en la maleza.
Si estuvieras muerta, no recordaría, te olvidaría…
si estuvieras muerta, no te evocaría cada día…
si estuvieras muerta, no te querría con algarabía…
si estuvieras muerta, mi vida de ti se vaciaría…
Como estás viva, radiante y hermosa…
tengo la soledad acompañada de tu alma
tengo la tristeza arropada de tu espíritu
tengo el desconsuelo amparado de calma
Me pariste y de tu vientre nací
te moriste y en mi corazón te parí
me alumbraste y de tu ser nací
te moriste y ahora estás más cerca
de mí.
Carlos López Carmen
05 de enero de 2009
7:00 PM
AGRADECEREMOS SU COMENTARIOS A:
columnarebelde@hotmail.com
¿Cómo es que estás muerta? No es verdad pues aquí estás,
en el amanecer de cada mañana, en las letras que leo,
en las caminatas que hago, en los hijos que engendré,
en los fracasos que fracasé, en las éxitos que excité.
¿Cómo es que estás muerta? No es verdad pues aquí estás,
en las piernas fuertes que me llevan y me traen, en las letras
que contigo aprendí y en las oraciones que contigo recé
por las noches, por las mañanas y en los abrigos de las lluvias.
¿Cómo es que estás muerta? Aquí estás de verdad,
en los cabellos negros y blancos de mi cara, de mi cabeza,
estás en las palabras que le manan a mi boca, en el tono de
la voz que a veces con sordina te busca en la maleza.
Si estuvieras muerta, no recordaría, te olvidaría…
si estuvieras muerta, no te evocaría cada día…
si estuvieras muerta, no te querría con algarabía…
si estuvieras muerta, mi vida de ti se vaciaría…
Como estás viva, radiante y hermosa…
tengo la soledad acompañada de tu alma
tengo la tristeza arropada de tu espíritu
tengo el desconsuelo amparado de calma
Me pariste y de tu vientre nací
te moriste y en mi corazón te parí
me alumbraste y de tu ser nací
te moriste y ahora estás más cerca
de mí.
Carlos López Carmen
05 de enero de 2009
7:00 PM
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