Diálogo entre un hombre y su esposa
-¿Parece que quieres llorar?
-No me molestes -dijo él.
-Ya sabíamos que no iban a ganar
-Si ya sé, son como ratones, corren, comen pero no hacen nada.
-Mira, lo que pasa es que este deporte es de hombres, se trata de meter como todos los deportes de hombres y si no meten se frustran, y se deprimen, por no meter un gol, una canasta o todo lo que tiene que ver con meter algo.
-¡Cállate!, yo no sé de que hablas, mujer tenías que ser, no me comprendes
-Lo único que sé es que todo esto del fut te afecta tanto que luego te la pasas sin anotar en esta cancha y mira Robustiano, yo me estoy cansado de tus malos modos –gritó enfurecida y azotó la puerta.
- ¿Y ahora qué? ¿No vas a hacer de comer? ¿y las botanas? -dijo regresando a su sofá, con aire de sufrimiento, sorbiendo la última cerveza.
-¡Qué te las haga tu mamá! -le gritó Elena -Ya me tiene harta este hombre, las mujeres siempre estamos dando, damos a luz a nuestros hijos, damos la cara por la familia, damos, damos y damos y a nosotras quien nos da y si nos dan no nos dan bien.
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