Invitación a leer cuentos en Casa del Escritor
domingo, 20 de noviembre de 2011
CALAVERA
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Tarea, 2da Sesión,Curso de Novela :D
domingo, 2 de octubre de 2011
Poema Piramidal de 1 a 14 silabas
Tema: El amor a primera vista o solamente el amor
Tu
Todo
Nosotros
Nos miramos
Y Nos amamos
Enamorándonos
Mudos, ciegos los dos
Un sentimiento mutuo
Que nos llena a nosotros dos
Que nos hace una materia gris
La que transforma y nos destruye
Cuando te atrapa, nunca te suelta
La sonrisa, la brisa el calor que da
Nos transporta a, el mundo de nunca jamás
Donde nunca nos separaríamos sin chistar.
Haiku, sobre la muerte.
Ella Silenciosa
Soberana y Terca
Ángel…un cáncer
Invitación de Gerardo Oviedo
martes, 27 de septiembre de 2011
Amigas y amigos:
Tarea, 1ra Sesion, Curso de Novela :3
domingo, 25 de septiembre de 2011
Imágenes y Metaforas!!
La felicidad es una falacia una mentira
La sonrisa es contagiable
El sabio es loco
La guerra es una sinfonía
El pensamiento es erróneo
Metaforas!!
La felicidad es una falacia una mentira como la existencia de un Dios poderoso es invisible
La sonrisa es contagiable como el dolor inmensurable
El sabio es loco como el loco es sabio .
La guerra es una sinfonía como la paz es una corta canción de cuna.
El pensamiento es erróneo como la teoría sin fundamentos
Dialogo entre la muerte y su pasado
Mujer: ¿quien anda ahi?...
Muerte: Buenas Tardes Allegra.
Mujer: Saul ¿eres tu mi amor?
Muerte: ¿Saul, quien es el?
Mujer: Has regresado, ¿aun me amas?, ¿me perdonaste?... ¿volverás a mis brazos?
Muerte: Al parecer me confundes con otro…perdonarte nunca, amarte…siempre
Mujer: entonces si te confundo…¿porque contestas mis preguntas?, estos años en que me he convertido en arrugas y mi corazón se ha marchitado por ti, ¿porque nunca volviste por mi?
Muerte: Ese día, ese noche en que te busque te encontré con otro, y entendí que yo nunca podría amar. Me convertí en algo que no te imaginas y ahora tengo el honor de verte por última vez.
Mujer: ¿Me viste con otro?, te pido disculpas…no se que mas decirte.
Muerte: Tú ya no tienes porque hablar, mi trabajo aquí ya esta predicho, ahora levántate que tenemos que irnos.
Mujer: ¿vienes a matarme?
Muerte: No, tu solamente estas por morir, yo te conduciré por la puerta del hades y te quemaras en el infierno, solo eso, soy el puente entre la vida y la muerte y viceversa.
Mujer: entonces, tú eres la muerte…
Muerte: así es, y ahora que sabes esto debes morir más que nada en este mundo.
Mujer: ¿tanto te hice para merecer esto?, te pido disculpas y me liberes de esto, de seguro te he hecho infeliz, tu corazón se pudre al verme aquí ¿no es cierto?, solo te estás vengando y como en una pesadilla, despertare a tu lado, como en los viejos tiempos.
Muerte: ¿acaso mi tono de voz no es serio?, no hay ninguna pesadilla, ni me pudro por verte aquí, me satisface el hecho de verte quemarte en el infierno, nunca fuiste una buena mujer, “cariño”, y lo pagaras hoy, lo quieras o no.
Mujer: Esta bien, sé que esto es una pesadilla de la cual pronto despertare…
Muerte: la única pesadilla que tendrás, es esta.
CACERÍA
jueves, 11 de agosto de 2011
viernes, 5 de agosto de 2011
Hugo Barranco
SESIÓN 5
TAREA 2
Cuento con tres narradores: primera, segunda y tercera persona
Cuando abriste la boca, no creíste que pesaría tanto sobre tu relación con Natalia. Ella siempre te había parecido juguetona y dispuesta a la socarrona ocasión; sin embargo, una broma no se vuelve una tragedia sólo en las novelas de Milán Kundera, también en la vida real las bromas, cuando no son entendidas, se vuelven senderos inhóspitos e intransitables. Esto pasó porque tu desidia a explicar las cosas con precisión supera irremediablemente las amigables formas de la gente educada. Pero que te importa a ti la gente, a ti lo único que te importa es que Natalia vuelva contigo. Te has dado cuenta que ahora tendrás que inventar una mentirilla, pero también piensas que una mentira acarrea otras más; así que concentras toda tu atención en crear una mentira que no eche a andar la gran máquina del universo que te lo retribuya en una sarta de males.
Natalia y Leandro descansaban en la tarde del domingo, Leandro se sentía de tan buen humor que empezó a bromear con Natalia; sin embargo, Natalia estaba algo distante y no se encontraba tan bien.
―Tengo algo que decirte ―dijo Leandro con cara de seriedad―, pero necesito que lo tomes con mucha calma.
Hasta entonces Leandro pudo captar la atención de Natalia, y ésta con un gesto de curiosidad le pregunto.
―¿Entonces es cierto?
Leandro no supo que contestar y Natalia interpretó su sorpresiva indecisión como una respuesta afirmativa. Leandro recuperado de la pregunta se apresuró a decirle:
―Sí, es cierto, todo es cierto, ―mientras miraba como Natalia se levantaba para irse.
Yo no sé porque se ha ido. Me dejó para siempre. Ella jamás sabrá que es una mentira con lo que se ha ido. Yo mismo no he podido inventar nada coherente. No sé en qué habrá pensado, qué mentira se habrá contado. Necesito saber qué pasó para no contarme entre los locos. Ella estaba hermosa esa tarde y yo flotaba embriagado con el aroma de su presencia. Yo le dije que estaba dispuesto a confesarle un secreto horrible. Ella de inmediato se puso incómoda y pasó de la quietud a la efervescencia sentimental. Me preguntó de qué estaba hablando y cuando creí que iba a estallar, la atajé y le dije que había comprado un biscuit en la repostería francesa que, por cierto, eran sus favoritos. Ella me miró, entre divertida y a punto de explotar, y yo remate diciendo que no le había comprado uno. Ella me miró inexpresivamente y me dijo que si yo no era capaz de ser sincero con ella, entonces nuestra relación no tendría sentido. Estuve tratando de convencerla que era una broma, pero ella sigue esperando que le confiese un secreto nefasto.
Tarea 1
A B B A
A B B A
C D C
C D C | El rudo viento juega minucioso Despliega las ondas de tus cabellos Provocan suspiros tus ojos bellos Que nos brindaron un amor rabioso
Octubre ofreció un beso cariñoso En el dormitorio de los destellos Donde habitan los deseos plebeyos Que recuerdan tu cuerpo milagroso
Tu piel una feliz naturaleza Enredada a tus huesos ancestrales Que fijan el desvelo en tu cabeza
Y bañan mi cuerpo cálido en sales Tus provocas esta sutil bajeza Virgen impura que limpia mis males
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Ricardo Enriquez.tarea.4
domingo, 31 de julio de 2011
HUGO BARRANCO TAREA 1 SESIÓN 4
sábado, 30 de julio de 2011
SESIÓN 4
TAREA 2
Cuento: enfrentamiento entre un personaje erótico contra un tanático
Matilde y Fernando, su cuñado, departían sobre las anécdotas familiares; Fernando la había invitado a tomar café; Matilde, aunque no veía con buenos ojos la invitación, aceptó porque hablarían de un asunto importante, según había dicho él. Y, después de intercambiar algunas risas, Matilde con actitud inquisidora plantó frente a él una pregunta:
―¿Cuál es ese asunto tan importante que tratar?
―Me preocupó encontrar las radiografías de Mario en el despacho de la planta ―dijo Fernando con preocupación y agregó―, no pude evitarlo y le pedí al doctor Ruiz revisarlas.
Matilde, primero apretó los dientes, después arrugó el ceño y al final contestó:
―No te preocupes, Mario me contó sobre las dichosas radiografías y todo está perfecto. Tu hermano goza de la salud de un toro. Creo que estás exagerando.
Mario se encogió de hombros y se quedó pensativo. No le pareció correcta la ligereza de Matilde. Cuando él vio las radiografías, bastó reflexionar un poco para darse cuenta del acecho de la muerte. La experiencia más cercana que había tenido con la muerte fue cuando su padre atropelló a un perro callejero; así cada vez, a su memoria regresaba la imagen sanguinolenta y el espectáculo de tripas embarradas. En su interior permaneció la sensación de escozor si en lugar del perro callejero, eso le sucediera a cualquiera de las personas que más quería. No, jamás podría sobrevivir a una suerte tan cruel. Y era preciso, a toda costa, evitar el dolor.
―Déjame contarte lo que me dijo el doctor Ruiz ―al mismo tiempo que tomaba una de las manos de Matilde y continuó―, y después me dices si exagero.
Matilde se estremeció con el contacto de las manos de Fernando y al instante retiró la suya.
―Mario no tiene problema alguno. Ayer, por ejemplo, se levantó temprano a correr, por cierto me dijo que corrió sus acostumbrados ocho kilómetros ―y añadió Matilde triunfante―: ¡Mario es la persona más sana del mundo! Y así seguirá por muchos años. El doctor Ruiz querrá que cuide su salud y por eso mismo te ha dicho…
―¿Cómo puedes estar tan tranquila? Todavía no te contado lo que dijo el doctor Ruiz, tú eres la esposa de Mario y deberías estar aterrada con la idea de perderlo.
Matilde observaba los finos rasgos de su cuñado, su figura esbelta, el pecho que asomaba tras su camisa, percibía el aroma a madera de su loción: sintió mucha atracción por él en ese momento. Tomó consciencia de las sensaciones que eran provocadas por Fernando y un ataque de rubor la tomó por sorpresa. A pesar del cosquilleo que inundaba su cuerpo, respondió con suficiente aplomo y él, sometido a su honda ansiedad, no se daba cuenta de las transformaciones corporales de su cuñada.
―Tranquilízate, Fernando, y explícame que te dijo el doctor Ruiz.
― Mario tiene cáncer de pulmón ―contestó con los ojos apunto de una inundación.
Matilde se levantó y abrazó a Fernando. Ella sintió el contacto de su cuerpo y se apretó contra él. Se sintió contagiada por el llanto y se dedicó a consolar a Mario mesando sus cabellos, al tiempo que besaba sus mejillas, una y otra vez; y, en un ataque de emoción, besó sus labios húmedos por el llanto. Mario se abandonó entre sus brazos sin consciencia porque le dolía la enfermedad de su hermano. Matilde supo hasta entonces porque ella lloraba: no lloraba por la posible muerte de su marido, lloraba porque estaba vivo.
TAREA 1
Elegante caballero Y con adusta mirada Recoge su cruel espada Ha dejado en el tintero versos del amor ligero como los del cantinero Una carta de su amada Con su letra perfumada Dejó un mensaje agorero Que acabo en lance certero
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