—Lo dije, lo dije y lo repetí cien veces.
—Como siempre eres un pinche exagerado, cien veces —repitiéndolo en forma burlona—. A lo mucho lo mencionaste dos o tres veces y nunca fuiste lo suficientemente enfático o convincente como para que nos persuadieras de que no había de otra sopa.
—Yo estoy de acuerdo con Mike —dijo Rubén—. Si nos hubieras dicho la gravedad del caso seguramente te hubiéramos seguido. Bien sabes que te ponemos atención cuando te vemos serio, pero el lunes pasado andabas muy “chistoreto”.
—Ah, ahora resulta que el tarugo soy yo, y ustedes a toda madre cabrones. Para eso me gustaban par de puñales —y poniéndose de pie, al mismo tiempo que se llevaba las manos a la cintura, dijo—. A ver ustedes dos, Álvaro y Rober, “okey”, lo dije tres veces y que chingaos. ¿No es de sentido común imaginar que aun en una fiesta aunque sea de trabajo no se debe consumir alcohol en el área? Y mucho menos agarrar una peda como la que se pusieron y encima de todo, todavía tirarle el perro a la Secre del jefe. Se necesita ser de plano muy pendejo y ahora se atienen a las consecuencias.
—Pues claro que es de sentido común —dijo Roberto—. Pero el jefe se la está mamando al pedirte que corras a Mike y a Rubén. De acuerdo, no lo debieron de haber hecho, pero chamba es chamba y fiesta es fiesta. Dile que no chingue.
—Yo estoy de acuerdo con Rober —dijo Álvaro y con tremendo bostezo agregó—. Que bueno que me salí a tiempo si no yo estaría en la misma situación. Ni modo chavos, creo que se los van a atorar.
—Mira Negro —repuso Rubén—. El encabronamiento del jefe no es por la peda que nos metimos y mucho menos por haber tomado en la oficina, su enojo viene porque estuvimos perreando a su Secre y todo mundo sabe que se la anda tirando, los celotes lo delataron. Tal vez me corra, pero te juro que no se la va a acabar. Afuera es un pinche perico de los palotes igual a mi y en igualdad de circunstancias aparte de que le “pulo su maraca”, te juro que ahora si me cojo a la Jaqui. Todo mundo sabe que me avienta el “chón” y bien que quiere conmigo. Esta Negro, es la “neta del planeta”.
—Pues sí, el hijo de puta está confundiendo la “gimnasia con la magnesia” y de paso también me tiro a la Jaqui, no en balde está tan buena… ¡que nalgas!—dijo Mike.
—Y ahora que vas a hacer Negro para salvar a este par de cabezones o puñales como les dijiste —dijo en tono desafiante Roberto.
—No lo sé, pero carajo, si todo mundo sabe que se anda enchufando a Jaqui, qué carajos tenían que andar ahí de nalgas prontas. Bien decía un cuate; “el primer lugar a donde se sube el alcohol es al chile” —y repuso—. No lo sé, mañana será otro día y me lo llevo de tarea… ya se me ocurrirá algo. Creo que puedo convencer a este cabrón de que no se vaya al extremo del despido, creo que les dará una sanción menor, tal vez una semana sin goce de sueldo. Mi ventaja es que, con todo y todo, el jefe reconoce que ustedes dos son buenos para la chamba, así se quieran chingar a su nalguita. “See you later alligators”. Y cuando de nalgas se trata, trata las tuyas, no las del vecino.
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