EJERCICIO4
Haiku
Morir sí, libre,
y que el arma en mi mano
Dios la equilibre.
EJERCICIO5
Soneto
Cómo ganarse el cielo cuando uno ama,
cuando el otro con gran desdén te ignora;
decir que no sonrojo a la hora
de firmar un “te amo” sobre la cama.
Cómo, si el cariño que te tengo
no se paga con dinero maldito;
sacrílega de este mi amor bendito
que no vale, que no es de abolengo.
Y al poeta borracho tú, su musa,
lo has dado tantas veces por muerto
en el pecado mortal sin excusa.
Pero, aunque otras bocas has besado
yo rezaré por ti en este huerto
con éste, mi corazón achicado.
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