domingo, 20 de junio de 2010

Teraraña

La escena de un crimen es un libro abierto esperando a ser leído, como si el asesino dejara tras el un camino que delate sus crímenes como el fino hilo de una telaraña.

El investigador sigue cada vuelta del hilo descubriendo nuevas pista e intentando no quedar atrapado como una mosca torpe.

Mientras la escena del crimen se enfría a cada minuto como un hielo que se derrite con el calor, y los cuerpos se enfrían en los metálicos cajones de la morgue como los archivos muertos que quedan olvidados en un desolado almacén.

El asesino sigue libre jugando con sus víctimas llevándolas por el camino del miedo hasta llegar al sendero del terror como un experimentado guía que se sabe el camino de memoria.

Una víctima tras otra caen a sus pies pero no es suficiente el necesita más, es como una fiera sedienta de sangre.

Su mente deja de obedecerle como un animal de circo que se revela ante su domador.
Se escuchan las sirenas de las patrullas rodeando el lugar anunciándole que lo han encontrado el busca salida como un zorro asustado ante los perros de caza, pero es en vano, le han bloqueado toda salida del lugar.

Ahora escucha el megáfono del oficial pidiéndole que se entregue pero él sabe lo que le espera intenta ocultarse como se mimetizan los animales en la selva.

Su plan funciona por unos pocos segundos hasta que los agentes descubren su escondite, pero el tiempo no estuvo su favor pues el asesino se ha suicidado.

By: Princcesita

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