El sol en el horizonte

domingo, 28 de febrero de 2010

Laura camina a mi lado bajo la lluvia, viene siguiéndome desde hace media hora, ha de pensar que no la he reconocido. Esa manía suya de tomarme por idiota siempre me ha fastidiado. Sin más me planto justo frente a ella, miro sus ojos, le pregunto por qué me dejó.
Mis palabras la sorprenden tanto como a mí, que no planeaba abrir la boca. La veo correr. Seguro pretende desaparecer como hace tanto. ¡Maldita sea cómo la odio! y sí, por cierto también le amo.
Fuimos novios hace mucho. Hasta la noche en que su grito me despertó. Ella tuvo la culpa, creyó que mi sueño era profundo, puso un dedo en mi frente y tras unos instantes empecé a sentir su calor. Me preguntó qué soñaba y sólo por hacerla repelar le recité que la veía a ella a mi lado, salíamos de su departamento, abrí los ojos para acompañar mi poesía. Lo siguiente que supe fue que se había marchado.
Mientras camino a su departamento recuerdo ese sueño tan horrendo, jamás le conté el final. Laura creía en los sueños, decía que se hacían realidad. Yo ni siquiera estaba seguro de qué había pasado esa noche, de repente pensar en ella me aterraba tanto como vivir sin su presencia. Se fue y yo preferí no buscarla, sólo por si acaso.
Hace unos meses la vi caminar por la acera, la seguí hasta su departamento. Desde entonces he sido víctima de miles de preguntas: ¿por qué me dejó?, ¿por qué no la busqué?, ¿qué son los sueños?, ¿se hacen realidad?, ¿se acordará de mí?
Toqué a su puerta, tardó en abrir. Un lindo y sutil “lárgate” me recibió. La sangre se me subió a la cabeza, entré a su departamento y la grité: ¿lo viste verdad?
Se deshizo en lágrimas. De repente me pareció tan pequeñita y frágil que temí tocarla y quebrarla. La tomé entre mis brazos, la empapé, me disculpé y le dije que esta vez no me iría. Necesitaba una respuesta. La besé.
Como imaginaba vio mi sueño, a través de mis ojos. Por eso gritó, corrió y se fue. Me lo dijo cuando la abracé en la cama tibia. Le reproché su falta de cordura, la gente no va por ahí desplomándose por un sueño. Además no tenía derecho a husmear mi mente cuando yo dormía. Laura me sonrió.
Miedo. Sentí tanto miedo que apenas pude contenerme. No pegué un ojo en toda la noche por estar pensando en cómo salir de ahí. Había caído en la cuenta de que ese edificio era el edificio, el mismo que soñé hace tanto.
Apenas despunta el alba cuando Laura se levanta, opina que debo quedarme hasta tarde, así de simple. En el sueño el sol se veía en el horizonte, si me marcho después de su salida habremos vencido, ¿tan sencillo? tan sencillo. Estoy feliz de quedarme, recuerdo viejos tiempos.
La tarde llega y con ella el sentimiento de victoria, no más noches de pesadillas en las que me vuelan los sesos tras salir de su departamento, no más dilemas sobre si buscarla o no. De ahora en adelante saldré de ahí a la hora que me plazca sin tener que esconderme del sol.
Ahora mismo es un buen momento para salir de ahí. Laura me acompaña, insiste. Se le ve nerviosa y debo reconocer que yo también lo estoy. ¡Pero qué demonios! fue sólo un sueño. Le sonrió y me burlo de mi miedo, si a leguas se ve que no existe el destino. Laura me besa. Me miro en sus ojos y alcanzo a distinguir un aire de placer.
Me dice que debí escucharla y creerla. Asegura que me ama, no es nada personal. Deseo correr y me percato de que el sol se ve en el horizonte. Siento la bala fría entrar por mi pecho, su sonido vendrá después.
Soneto

Dice aquél que sabe en tono poético:
“de once sílabas compones un verso,
catorce de ellos forman tu universo
y así, tú creas un soneto muy estético”.

Lo escucho y analizo un caso hipotético
“si mi sentir es profundo y diverso…”
-seguro el poeta pensaba lo inverso-
once sílabas conté… ¡qué patético!

A esas reglas no me quiero atener
¿Qué mente absurda pretendería
cuartetas y tercetos componer?

Quizá algún sentido tendría…
porque tal vez yo quiera suponer
que con ello te conquistaría.
Soneto

Dice aquél que sabe en tono poético:
“de once sílabas compones un verso,
catorce de ellos forman tu universo
y así, tú creas un soneto muy estético”.

Lo escucho y analizo un caso hipotético
“si mi sentir es profundo y diverso…”
-seguro el poeta pensaba lo inverso-
once sílabas conté… ¡qué patético!

A esas reglas no me quiero atener
¿Qué mente absurda pretendería
cuartetas y tercetos componer?

Quizá algún sentido tendría…
porque tal vez yo quiera suponer
que con ello te conquistaría.

Haikú, semana pasada

viernes, 26 de febrero de 2010

Alejandro Vicente Díaz

Curso: Novela 1

HAIKÚ

Y aunque doliera

Ya poco le importaba

¿Gozo?… lo amaba

Diálogo 2 personajes. Semana Pasada

—Ya se lo había dicho, no entiendo que parte de “no”, no entendió.

—Pues muy sencillo, repíteselo sílaba por sílaba para que le quede más claro y no tenga dudas. —Mientras encendía un Marlboro—.

—Oye, aquí ya no se permite fumar. Además, no habías dejado el vicio que porque te hacía daño. —Mirándola en tono desafiante—. ¿Qué, no era tu propósito de año nuevo? O ya se te olvidó…

—Por supuesto que no lo he olvidado, pero entre la pinche presión de la chamba, mi marido desempleado que se la pasa jodiendo con lo mismo, ya estoy hasta la madre y el cigarro me aliviana. —Y le pegó otro jalón al cigarrillo—.

—¿Y hora? Qué onda, por qué andan tan serios. ¿Quién se murió? ¡O qué! Van a un velorio…—Entrando a la oficina, sin tocar la puerta—.

—Oye, si quiera toca la puerta, anúnciate. No ves que estoy tratando un asunto delicado.

—Qué delicado, ni que mis huevos. —Llevándose las dos manos a sus genitales—. Se me hace que te le estabas insinuando a Lucrecia.

—De eso precisamente te quería hablar. —Levantándose de su sillón se acercó y en tono sarcástico le dijo—. Qué parte de “no”, no te quedó clara ayer. Te dije que dejaras de joder a Gaby.

—De qué me hablas. Ni me he acercado a Gaby, ni le hablo desde que se puso tan mamona, no me jodas.

—Pues creo que te falla la memoria, porque precisamente esta mañana Gaby habló con Lucrecia para quejarse de ti y de tu actitud. Anda Lucre, dile lo que te comentó.

—Pues no hay nada de nuevo, lo mismo de siempre; que te la pasas insinuándole una bola de ondas y que aunque suena a broma dice que “de en broma en broma la verdad se asoma” y ya está hasta el “gorrión”. —Y con un tono de verdadero enojo añadió—. Mira Ramón, ya párale a tu carro, deja de estarla chingando porque a la siguiente yo me encargo de que te “pongan de patitas en la calle”.

—¡Uy que miedo! —Y en tono burlón hizo temblar sus manos—. Y qué, me vas a correr tu. ¿Quién te crees que eres? La dueña o qué, a mi, ve la vienes guanga.

—No sé si lo sabías, pero soy tu supervisora y de Gaby también y entre tu y ella, mil veces me quedo con ella. Gaby da resultados y tu andas en la pendeja. Así es que mejor alinéate y ponte a chambear. —Y apagó su Marlboro—.

—¡Mira Lucrecia! A mi no me amenazas. —Con su dedo índice hizo un no—. Tu no tienes la autoridad ni siquiera para sugerir que me corran.

—Ramón, ya bájale, te estás pasando de la raya. Para que lo sepas, hoy te iba yo a correr, pero Lucre me pidió un último chance para ti… se lo concedí por buena onda. Aunque con tu actitud prepotente me podría retractar. Así es que déjate de niñadas y ponte a chambear. ¡Ah! y por última vez; deja de joder a Gaby. —Al momento que le abría la puerta y lo sacaba de su oficina—.

Soneto. Luz, Oscuridad y Fotografía

LUZ, OSCURIDAD Y FOTOGRAFÍA

Se ve, se siente, luz estás presente

Noche o día das iluminación

En el Kybalión no eres excepción

Sus Leyes siempre te hicieron patente

Y tu, oscuridad estás ausente

Para nada, según la Vibración

Sólo nos distingue la gradación

Y juntas, matizamos el presente

Pues entonces su ayuda solicito

Que mi fotografía brille, brille

Que el claro oscuro sea requisito

Que mi espectador se maraville

Que la conmoción les dure un ratito

Para que mi espíritu se amarille

Diálogo 5 personajes

—Lo dije, lo dije y lo repetí cien veces.

—Como siempre eres un pinche exagerado, cien veces —repitiéndolo en forma burlona—. A lo mucho lo mencionaste dos o tres veces y nunca fuiste lo suficientemente enfático o convincente como para que nos persuadieras de que no había de otra sopa.

—Yo estoy de acuerdo con Mike —dijo Rubén—. Si nos hubieras dicho la gravedad del caso seguramente te hubiéramos seguido. Bien sabes que te ponemos atención cuando te vemos serio, pero el lunes pasado andabas muy “chistoreto”.

—Ah, ahora resulta que el tarugo soy yo, y ustedes a toda madre cabrones. Para eso me gustaban par de puñales —y poniéndose de pie, al mismo tiempo que se llevaba las manos a la cintura, dijo—. A ver ustedes dos, Álvaro y Rober, “okey”, lo dije tres veces y que chingaos. ¿No es de sentido común imaginar que aun en una fiesta aunque sea de trabajo no se debe consumir alcohol en el área? Y mucho menos agarrar una peda como la que se pusieron y encima de todo, todavía tirarle el perro a la Secre del jefe. Se necesita ser de plano muy pendejo y ahora se atienen a las consecuencias.

—Pues claro que es de sentido común —dijo Roberto—. Pero el jefe se la está mamando al pedirte que corras a Mike y a Rubén. De acuerdo, no lo debieron de haber hecho, pero chamba es chamba y fiesta es fiesta. Dile que no chingue.

—Yo estoy de acuerdo con Rober —dijo Álvaro y con tremendo bostezo agregó—. Que bueno que me salí a tiempo si no yo estaría en la misma situación. Ni modo chavos, creo que se los van a atorar.

—Mira Negro —repuso Rubén—. El encabronamiento del jefe no es por la peda que nos metimos y mucho menos por haber tomado en la oficina, su enojo viene porque estuvimos perreando a su Secre y todo mundo sabe que se la anda tirando, los celotes lo delataron. Tal vez me corra, pero te juro que no se la va a acabar. Afuera es un pinche perico de los palotes igual a mi y en igualdad de circunstancias aparte de que le “pulo su maraca”, te juro que ahora si me cojo a la Jaqui. Todo mundo sabe que me avienta el “chón” y bien que quiere conmigo. Esta Negro, es la “neta del planeta”.

—Pues sí, el hijo de puta está confundiendo la “gimnasia con la magnesia” y de paso también me tiro a la Jaqui, no en balde está tan buena… ¡que nalgas!—dijo Mike.

—Y ahora que vas a hacer Negro para salvar a este par de cabezones o puñales como les dijiste —dijo en tono desafiante Roberto.

—No lo sé, pero carajo, si todo mundo sabe que se anda enchufando a Jaqui, qué carajos tenían que andar ahí de nalgas prontas. Bien decía un cuate; “el primer lugar a donde se sube el alcohol es al chile” —y repuso—. No lo sé, mañana será otro día y me lo llevo de tarea… ya se me ocurrirá algo. Creo que puedo convencer a este cabrón de que no se vaya al extremo del despido, creo que les dará una sanción menor, tal vez una semana sin goce de sueldo. Mi ventaja es que, con todo y todo, el jefe reconoce que ustedes dos son buenos para la chamba, así se quieran chingar a su nalguita. “See you later alligators”. Y cuando de nalgas se trata, trata las tuyas, no las del vecino.

Conflicto Dramático tipo 1

Su característico escepticismo le hacía pensar que eso de la depresión era un invento de los médicos y que además era de “mariquitas”. No era un hombre ignorante, sin embargo estaba determinado a no querer creer que su estado de salud y sobre todo su estado de ánimo se estaba deteriorando por eso de la depresión.

En los inicios de la enfermedad decidió sencillamente ignorarla, ya que en realidad no se sentía mal y estaba convencido que debería seguir haciendo su vida como de costumbre; levantarse a las cinco de la mañana, prepararse un té de boldo e ir a hacer su ejercicio diario. Al regresar a su casa desayunar y después una siesta, leer el periódico de “pe a pa”, incluidos los clasificados y terminar el día. Así todos los días desde que se había retirado. Era un hombre de férrea disciplina, de los llamados “self made men” y eso lo llenaba de orgullo.

No supo cuándo o cómo pero un día se empezó a sentir verdaderamente mal, notó que su ánimo empezaba a decaer precipitadamente. La férrea disciplina que lo caracterizaba se volvió enclenque y ya no tenía ganas de hacer casi nada. No se lo podía explicar a sí mismo, fue cuando entonces decidió ver al médico. Después de una revisión meticulosa, el médico le comunicó que sería necesario hacer una serie de estudios para poder determinar con mayor precisión porque le dolía el lado derecho del abdomen y entonces tratar de resolver el problema. Pero era totalmente claro que a nivel químico, definitivamente había un problema depresivo severo y que habría que empezar a tomar antidepresivos. Con eso empezaría a sentirse mejor.

De regreso a su casa se puso a pensar en todo lo que le estaba ocurriendo. Ya no se podía seguir engañando a sí mismo. La muerte de su hijo mayor lo había dejado desbastado y nunca lo había podido superar. Fue cuando cayó en la cuenta que eso de la depresión podía ser cierto y se convenció que no era ni de “mariquitas” y tampoco un engaño de su médico; a quien por cierto le tenía mucha confianza ya que había sido el médico que atendió a su hijo en la fase final. Con un cierto grado de resignación se detuvo en la farmacia y compró el Prozac recetado.

Al día siguiente se hizo el ultrasonido, los análisis de sangre y las radiografías indicadas. Por la tarde, ya con un mejor ánimo, señal inequívoca de que el Prozac había hecho efecto, se fue a ver al médico. Fue una consulta breve, el médico vio los resultados y concluyó que el tratamiento con antidepresivos era el indicado y que lo vería en un mes. Antonio salió del consultorio contento, pensó en regresar a su habitual vida y con el propósito firme de recuperar el tiempo perdido ya que iba a hacerle algunos ajustes a su existencia. Deseaba profundamente reencontrarse con su esposa, con sus otros hijos y empezar a disfrutar a sus nietos. Por primera vez en su vida sintió un profundo amor por su familia, siempre había estado apartado de ellos y siempre había sido muy duro. Era tal su alegría que hasta se atrevió a pensar que la vida le daba una nueva oportunidad. Llegando a casa le comunicó a su esposa que quería hacer un viaje con toda la familia y que él cubriría todos los gastos.

El mismo día que Antonio había ido a ver al médico por primera vez, éste contactó a la esposa para informarle que, aparte de la depresión, había un cáncer en el hígado. El día de la segunda consulta, el doctor confirmó su sospecha. Se comunicó con la esposa; confirmó el cáncer y agregó que ya había metástasis. Cuando mucho le quedaban seis meses de vida.

Antonio no escapó al diagnóstico, murió a los cinco meses y medio. El viaje familiar nunca ocurrió, pero cierto reencuentro familiar tuvo lugar.

6 grados de separación Edición febrero 2010

No te pierdas este viernes 26 de febrero el suplemento literario del periódico CAMBIO.
"6 grados de separación" en tu puesto de revistas más cercano.

En esta edición:

1° [ Justiniano Lorenzo Díaz Cruz ]
2° [ Juan Francisco Orea Retif ]
3° [ Esperanza Sosa Meza ]
4° [ El izabeth Cruz Aguilar ]
5° [ Uziel Vega Libreros ]
6° [ María del Sol Vald ivia Rosas ]
7° [ Luis Al onso Ordóñez García ]

Un abrazo y felicidades a todos los que publican.

Pd. Ve temprano porque se acaba.

Gerardo



Absurdo

jueves, 25 de febrero de 2010

Darle nombre al instante es la muerte, sentirlo es agonía, la necesidad apremia.
y así se nutre la vida; voluptuoso desorden sin principio, la vida o la muerte engendros del pensamiento divino; sonrisa, llanto, amalgama que mantiene las preguntas del absurdo, eterno, efímero momento.

Diálogo...Viri.

domingo, 21 de febrero de 2010

SOLO UN FAVOR

-¡Avatar 3D es una locura! Y más en 4D.
-¿4D? –frunció el ceño-.
-Siii –he hizo un ademán de quien inhala un cigarro-.
-Volviste a fumar –ya hacia casi 2 años que él había dejado de hacerlo. De repente en feedback recordó como se conocieron. Era una noche de antro típica de una ciudad moderna, el lugar estaba atiborrado y en busca de una mesa, un chico se le atravesó de la nada invitándola a bailar, noto un entre cerrar de sus ojos diferente pero pensó que debía de tratarse de un tic sin tomarle importancia continuo bailando hasta que el DJ cambio de ritmo; agradeció y fue en busca de las “chicas”. Ya para este momento ella le había entregado una servilleta con sus datos y la palabra sutil de quien invita a llamar-. Fue ingenuo pensar que ibas a cambiar, que podías dejarlo, que querías dejarlo –no pudo evitar que sus ojos se fueran humedeciendo con cada una de las palabras que mas que coraje denotaban dolor. Él continuaba todavía excitado con el simple recuerdo de su experiencia, pero al darse cuenta que ella estaba sufriendo, reacciono y la rodeo con brazos-, me voy a Chiapas –dijo casi para si misma y con mas fuerza, en manera de suplica-, pasa la prueba. No te detengas. –he hizo un ademán para soltarse. Permanecieron en silencio, viéndose el tiempo suficiente para digerir lo que esto significaba-.
-¿Y que vas ha hacer allá? –al tiempo que se acercaba tiernamente-.
-Viajar en canoa, caminar entre la selva, sanar a las personas por lo menos físicamente -él no podía dejar de verla ni tampoco mencionar palabra; estaba atónito, suponía que ella reaccionaria con enojo pero ¡que se fuera! Eso no estaba en el libreto. Se sintió triste-; tú necesitas a alguien cerca y yo también –respiro profundo para contenerse-, solo un favor ¡mantente vivo! –y lo abrazo como se abraza a un amigo, a un hermano del alma, le dio un beso y se alejo perdiéndose entre la gente-.

Otra forma de libertad

sábado, 20 de febrero de 2010

-¿Está muerto?
-No.
-Tampoco está vivo –hube de admitir que el tío no era ningún idiota-, ¿qué hizo?
-Comenzamos la sesión normal, después se desplomó –el sargento me miró incrédulo.
-¿Interrumpo? –el Doctor Vázquez saludó con una leve inclinación-. Doctora, Sargento. ¿Qué ha ocurrido?
-Aquí la señorita dice que el tipo se desplomó –el tono era por demás malicioso.
-Haga el favor de dejarnos solos –su mirada me tranquilizó mucho más que su tono.
-¿Y bien? –le pregunté cuando cerré la puerta tras la partida del sargento.
-Todo resuelto –me sonrió-, veo que logró usted lo que deseaba. ¿Se lo dijo? –asentí-, ¿qué le respondió?
-Se rió y me dijo: “bueno, allá tú” –de pronto me surgió la duda-. ¿Qué pasará con el cuerpo?
-Morirá cuando deba morir –me miró inquisitivo-, ¿se arrepiente?
-En absoluto. Tenía cadena perpetua.
-Bien. Y ahora, ¿qué hará?
-No lo sé –y era cierto.
-¿Cree realmente haberlo ayudado?
-Era inocente. Liberé su mente, el resto depende de él.
-¿Cobrará venganza?
-¿Eliot? –la sola pregunta me sorprendió-, nada serio. Hallará la forma de aparecérsele al culpable, al juez y a su abogado dos o tres veces. Después visitará a sus padres, a Lorena, a los amigos fieles. Les dirá que está bien, que es inocente. Finalmente se irá.
-¿Irse? ¿A dónde? ¿Y cómo está tan segura?
-Ése, doctor, es el verdadero misterio –la cuestión llevaba años intrigándome-. ¿A dónde irá? La mente es lo único que tenemos capaz de interactuar con la siguiente dimensión. Si mis conclusiones son correctas Eliot volverá para guiar nuestras respuestas.
-¿Ha previsto que esa libertad podría alterar lo que hasta ahora era la conducta del paciente?
-Lo sé –de hecho, era uno de mis mayores temores-. Era un riesgo que debía tomar –un susurro me interrumpió de repente-. ¿Ha escuchado Doctor?
-Sí –su tono era divertido y sonreía abiertamente-. Eliot acaba de darle las gracias.

Hai kú

Soy bola mágica
si tu tristeza observo
dicha conjuro.

Hai ku y dialago. Débora

viernes, 19 de febrero de 2010

El corazón

Desde el silencio grita:

Confiesa hígado!

..................................................

–Que sorpresa encontrarte aquí – dijo sonriendo–, yo ya te hacía dormidita –la saludo de beso– , tienes la cara helada – y se sentó a su lado frotándole los brazos. Como odié no haberlo hecho yo. Ella le sonrió con los ojos y no alcance a leerle los labios­– Lo mismo que la señorita, por favor – . Me cayó en los huevo. Tenía media hora buscando valor para ir a su mesa, hacerme el gracioso y reempezar lo que hace cinco años terminó de manera absurda, pero curiosamente se apareció él del mismo modo que hace cinco años. Así que decidí fastidiarles la noche y me estiré para saludarlos efusivamente como si los acabara de ver.

– Que milagro –me paré de un salto y prácticamente corrí para abrazarlos–. Señor pero que honor poderlo saludar después de sus grandes y sonados éxitos –su cara no podía disimular el desagrado, siempre me detesto.

–No exageres –dijo apretándome la mano como si me la fuera a romper

­–¿Te tomas un trago con nosotros? ­– ay que dulce voz, me dieron ganas de estrangularla con la cadena de su bolsa que muy amable quitó para que me sentara. Ahora resulta que si le da gusto verme.

–Su religión se lo prohíbe pero tal vez pueda tomar leche –dijo mientras yo aprovechaba para darle un besote tronado en la mejilla a nuestra ex común, y decirle lo guapa que se veía con el cabello largo.

–Gracias, yo también ya extrañaba mi melena. –al decirlo se descubrió el hombro izquierdo, y él aprovechó para olerle el cuello como perro reconociendo a su dueño

–Que lindos aretes ¿de qué son? ¿Diamantes? –no wey, segurito que son lágrimas del cielo. Ella se puso roja y le empezó a temblar el labio, a mi casi se me cocía el hígado.

–Sí, son diamantes ­–levantó la mano y los ojos se le llenaron de lágrimas, había olvidado lo tierna que me parecía cuando trataba de borrarse el agua de la cara a manotazos–, hacen juego con este –y nos mostró un anillo que casi nos dejó ciegos. Los dos nos quedamos callados, viéndola, y por primera vez sentí que yo no era el más desafortunado por haberla perdido. Él se puso como ceniza, como si ver el anillo lo opacara y le sacara ojeras–. Es muy extraño que sean ustedes dos los primeros que se enteren –sonrió levantando los hombros y nos desarmó– ¿Brindamos?

–Por tu cabello, por tus hombros, tus aretes y tu anillo –dijo sonriendo, y sentí que le tenía cariño.

3- Haikus suicidas -3 de Celine

martes, 16 de febrero de 2010

Camina lento
sobre el pretil del sueño
mi fiel suicida



Con tres navajas
libero rojos ríos
de mis arterias



Prometo vivir
sólo hasta que quiera
y no un día más

Cuando la pequeña hable

viernes, 12 de febrero de 2010


Una estrella acompaña tu andar pequeña mía
la misma que adoptaste aquella noche fría.
Una estrella pequeña y hermosa en el cielo
promete brillar eternamente, igual que tú.

Observa los ríos que por tus mejillas corren
herida, te estrecha entre sus rayos de luz
mas...
¿cómo podrías saberlo si le das la espalda?

Ella sufrió lo mismo que tú aquella noche
ese frío intenso recorriendo tu cuerpo
el grito ahogado por la mano enemiga
el dolor, el miedo... también ella lo sintió.

Deseó llorar contigo, más no supo cómo hacerlo
alzó suplicante su voz pidiendo ayuda
al igual que la tuya se perdió en el camino.
Odió, odió y odia de la misma forma que tú.

Ahora percibe tu mirada triste y piensa:
"Cuando mi pequeña decida levantarse
cuando tome el miedo entre sus manos
y lo apriete fuerte, bien fuerte
aquél demonio estará finalmente, vencido".

"El Secuestro"

En algún lugar de Planilandia...

Plano: -Vamos chico, de seguro te lo estás imaginando. Tú de plano me estás vacilando.

Plani: -Imaginando... ¡bah! Estas cosas hay que verlas para creerlas. Ya te digo que estaba yo deslizándome por aquella zona de Planilandia cuando ví a Plumbi quieto, muy quieto. De repente, todo se oscureció y aparecieron esas dos rayas encima de su cabeza.

Plano: -Sí claro, la cabeza de Plumbi desapareció pero seguías viendo el cuerpo. Vamos que eso se lo inventa cualquiera.

Plani: -¡Sí! su cuerpo fue borrándose poco a poco. En un planitiemp Plumbi se fue.

Plano: -¿Sin rastro de él? ¿y no se te ocurrió buscarlo? ¿no será que tu ojo anda mal?

Plani: -No te burles Plano, sí que lo busqué: "Plumbi" le gritaba y no hubo respuesta.

Plano: -Plumbi, Plumbi. Respóndenos oh gran Plumbi. ¿Dónde estás Plumbi?

Plumbi: -Atrás de tí Plano, gira tu ojo.

Plani: -¡Plumbi! ¿eres tú? ¡estás todo cortado! ¿qué te han hecho?

Plumbi: -Ellos me secuestraron, me llevaron a su mundo, a otra dimensión.

Plano: -¿Entonces es cierto? ¿es posible moverse para arriba?

Plani: -¿Ellos... existen? ¿cómo son?

Plumbi: -Existen, me llevaron arriba. Están en otra dimensión, son feos, deformes. No sé, todo me parecía muy confuso, borroso, como si los viera una y otra vez. Me sentía raro, veía pasar todo tan deprisa, los veía, después ya no, luego sí, luego no. Yo... mi cabeza estaba arriba de mi cuerpo.

Plano: ¿De plano? ¿qué dijeron? ¿cómo regresaste?

Plumbi: -Ellos no hablan, yo... no pude hacer nada, en un planitiemp estaba de regreso al otro lado del muro. He tenido problemas para deslizarme hasta aquí.

Plani: -Estás cortado. Tus piernas bueno, una es más larga que la otra y todo tu cuerpo, estás...

Plumbi: -Arrugado. Dicen que así se le llama a estos casos, no sé si tenga cura.

Plano: -Existen... los de la tercera realmente existen. ¿Y el ...

Plumbi: -Sí Plano

Plani: -Eso que se siente ahí donde desapareciste es...

Plumbi: -El vacío Plani, eso es el vacío.

Imágenes y metáforas


Imágenes:

El amor es el estado de idiotez más puro que existe.
Lo único eterno es el odio.
Un libro escrito es un alma desnuda.
Las letras no son más que una extensión de la memoria.
Lo simple es bello.
La música más dulce es el silencio de tu alma.
La sinceridad es la cosa más extraña del planeta.
Un recuerdo es aquello que ni a golpes vuelve.
Lenguaje es la comprensión entre dos entes.
Las diatomeas son la inspiración del artista marino.

Metáforas:

La tristeza es tan universal como escasa es la comprensión.
Una hoja en blanco es tan triste como dormir sin mi perro a lado.
El tiempo es tan efímero como un reloj destrozado.
Comprenderse es tan extraño como soñar con el tercer ojo.
Dos volcanes cubiertos de nieve son tan hermosos, como recordar que tras ellos me esperas tú.

Celine: Noticias, imágenes, metáforas y poema

Empiezo por noticias:
Este miércoles 10 viví "mis" 15 minutos de fama, al más puro estilo de Andy Warhol, gracias a la presentación de mi libro autobiográfico (Misereres y Exsultates) que ganó el DEMAC 2007.  Fue divertidísimo.
La otra noticia es que ya estoy avanzando en decisiones acerca de mi novela (la que me tiene en el taller de GerardoOviedo de Casa del Escritor)...  Definitivamente será ciencia ficción hipertextual; no futurista, sino actual; con el cambio climático como protagonista (?).

Sigo con imágenes y metáforas:
  • Una tristeza tibia y pegajosa como vómito de recién nacido: mucho más hastío que dolor
  • Una luz metiche, como suegra que no deja rincón sin juzgar
  • El desierto roncando ahíto de sol
Y finalmente, el poema:

Felina tu mirada: sostenida descaradamente cuando quieres, y sin dignarte obsequiarla cuando así te place.
Gatuno tu discurrir: pausado a ratos y fugaz enseguida.
Félidas tus costumbres: enrolladas, ladinas, huidizas, desconfiadas.
Tu dormir profundo; tu siesta jamás perdonada.
Independiente tu andar, solitario, excluyente: no necesitas a nadie; y ojalá nadie te necesite.
Te estiras al sol, mas tu domesticidad es puro engaño; lo arisco es tu alma y tus huesos. Arañas sin aviso, debiera saberlo quien se acerca.
¿Suave, felpuda, cálida? No me engaño y que nadie tropiece: de piedra, de hierro forjado, de loza vidriada son tu día y tu noche.
¿Tropical, cálida, amable? Tropical quizá: pero fría, tormentosa, amenazante.
¿Dulce? Sí: dulces tus bocados todos, las entradas y los cierres; viandas complejas de azúcar, que sin embargo muerden, horadan, perforan.
Felina, gatuna, taimada, distante, tirante, egoísta, hipócrita y dura.
Tu maullar ahuyenta; tu ronronear alerta; nadie se confía.
Pueblita, mi Puebla, si no fueras mía, mi felina tierra: te odiaría.
(y si no fuera tarea,  JAMÁS  escribiría un poema, ni nada que intentara serlo)

Tarea 3 - Poema verso libre

jueves, 11 de febrero de 2010

Al Pibe

Te fuiste sin decirme nada
me quedé recordando
el olor de tu piel y tu mirada
Te fuiste sin decirme nada

Crisma
Una taza de cafe matutina es como un bello beso cariñoso en las mañanas
La vida vivida es como la libertad de pensamiento
Las lagrimas son como la lavadora de ropa
La verguenza es como la represión del ser
La amistad virtual es como una ilusión con esperanza y desesperanzada
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