Mi piel lisa es tan fría, como el sentimiento de odio que siento por tu respirar es brusco.
Envidio tu postura humana, y el pensar que de los tuyos viene. De mi cuerpo surgen venas metálicas, electrificadas por si mismas, vivas por el conocimiento de tu raza.
La vergüenza que siento es un réquiem que se anuncia, él que será un lamento simple, como cuando se pierde un centavo.
Pero… ¿En verdad valdría la pena, desconectar mis lógicos pensamientos?
Mi lógica es un dogma, lo cual es un dolor seco, no tengo salida, y tengo que aceptar, que lo que he dicho, no es más que un código que tu diseñaste.
(Imagen y metáfora)
Gómez R.
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