martes, 3 de febrero de 2009

COMO REPLICAN SUS GENES LAS MUJERES


Las mujeres quieren que el hombre de sus sueños sea así y que tenga estas características o bendiciones:

“QUE SEA UN HOMBRE DÓCIL Y QUE NO SE DEJE GOBERNAR”

Es maravilloso saber que este esplendido príncipe azul se encuentra… casi podría jurar en todos los cerebros y corazones de las bellas y hermosas mujeres.

Hace mucho mi madre me dijo en repetidas ocasiones: “Los hombres son unos perros, todos sin excepción”, y hoy lo constato con lujo de conocimiento al respecto. Hace muchos años desde los inicios de la humanidad, los hombres y las mujeres más básicos y primitivos tomaron sus roles de vida y se han manifestado estos, hasta el mismo siglo XXI, no le echamos la culpa a ninguno de los dos pues ambos responden a sus más intrínsecas necesidades de supervivencia, esto es, el individuo masculino teóricamente más fuerte en lo físico debía salir en busca de los alimentos como frutos silvestres y pequeñas vayas, ya más adelantado este y habiendo construido diversas herramientas mismas que constituían también su arsenal de armas como: lanzas, garrotes y piedras… se lanzó a la cacería de los animales a su alcance.

Las bellas y hermosas mujeres se hicieron cargo de la administración de los beneficios de las labores de los primeros machos, y por supuesto de la crianza, cuidado y educación de los retoños, aunemos a estás tareas la preparación de los alimentos, algunas prácticas médicas con yerbas curativas, y cualquier otra tarea que los mismos hombres por su posición de más fuertes (sólo en lo físico y no todos) no querían hacer, aquí bien vale la pena comentar que no importa que fue primero “si el huevo o la gallina”, si los hombres se hicieron machistas por razón de ellos mismos o por que las mujeres se lo han permitido, incluyéndolas a ellas mismas, pues también aprovecho este momento para ser puntual en este cometario “no pueden existir hombres machistas sin la colaboración de las mujeres con esta misma tendencia”. Bueno, volvamos al motivo de nuestra narración, la de que los hombres sólo ven a las mujeres en primera instancia como una posibilidad de realizar actividades copulatorias.

CEREBRO REPTIL

Acudiremos a los estudios científicos del hombre mismo desde que inclusive todavía no se daba así mismo la fastuosa denominación de homo sapiens, veamos pues como es y por que son tan diferentes los organismos y las mentes de unos y otros, el femenino y el masculino, comencemos de manera caballerosa, “ladies first”, que podría confundirse con algún tipo de machismo desde el punto de vista más ortodoxo de las más recalcitrantes feministas. Bueno, hace mucho, mucho tiempo quizá 200 millones de años atrás, cuando el cerebro humano comenzó su desarrollo, dio inicio con un tipo de cerebro que se llamó o se llama reptil ¿Y este con que partes del ser se relaciona? Pues bien, este ente interno en cada uno de nosotros da cuenta del deseo sexual, de la búsqueda de comida y de las respuestas agresivas de pelea o huye. En múltiples investigaciones y experimentos se ha demostrado que aun en estos novísimos años del siglo XXI, gran parte del comportamiento humano nace en zonas profundamente sepultadas en el cerebro reptil, mismas que en un tiempo orientaron los actos vitales de nuestros antepasados.

CEREBRO LÍMBICO O EMOCIONAL

Este cerebro o si se prefiere esta parte del mismo, controla o dirige como su nombre lo evidencia las emociones, tales como: el temor, la ira, la tristeza, los estados de euforia y finalmente tenemos el:

CEREBRO INTELECTUAL O RACIONAL

Esta parte final y recubrimiento de los otros dos cerebros, surgió hace más o menos 100 millones de años, y gracias a está mayúscula acción evolutiva intelectual es por lo que podemos pensar y este pensar comprende también hacerlo de manera abstracta, esto ha dado resultados impresionantes en los estudios intelectuales, descubrimientos y avances tecnológicos. Sin embargo este cerebro no ha podido sacudirse la parte instintiva de cada uno de nosotros.

Todo esto viene a conversación por que como dijimos al principio que los hombres sólo ven en cada mujer la posibilidad de relacionarse de manera sexual, pues parece que si, pero la razón de esto no está en una mente perversa, torcida y lúdicamente hedonista como generalmente se le ha querido mirar, sino a lo siguiente: veamos; las mujeres comienzan su proceso reproductor u ovulatorio aproximadamente a los doce años y terminan con esta actividad reproductiva entre los cuarenta y cuarenta y cinco años, si esta diligencia terminara a los cuarenta y cinco años, tendríamos que esta capacidad de procreación sólo serían treinta y tres años; ¿Qué quiere decir esto? Pues que si cada año una mujer quedara embarazada, sólo podría concebir treinta y tres hijos, sin embargo es imposible que esto sucediera por la humana razón de que el desgaste corpóreo en cada gestación es superlativo y seguramente antes de que esto ocurriera esta mujer perdería la vida en estos excesos. Ahora bien, las mujeres sólo ovulan una vez por mes y en este proceso ovulatorio, sólo un día cada veintiocho días con aproximación, sólo un día, tienen la posibilidad de concebir. Y ahora otra interrogación muy importante, ¿Qué le va a la mujer cada vez que se halla encinta? Respuesta contundente, le va la vida, pues una gestación mal asistida puede causarle la muerte a ella como también al crío motivo de la preñez.

Razón más que obvia para que ellas, las bellas y hermosas mujeres sean más que esmeradas y meticulosas en cada vez que van a relacionarse con un masculino de manera íntima y que quepa la posibilidad que una probable concepción.

El fastuoso individuo masculino y que entre otros nombres se autodenominó hombre, comienza su proceso de maduración sexual es decir su capacidad de engendrar a otro ser también con aproximación a los doce o trece años, quizá por ello los judíos glorifican la mayoría de edad de los niños-hombres a los trece años está celebración es conocida como Bar mitzvá. Y en el caso de las niñas esta madurez se alcanza a los doce y se llama Bat mitzvá. No nos desviemos de la esencia del asunto, el caso es que cuando un joven comienza a producir espermatozoides estos en cada acción eyaculatoria se expelen más de 250 millones de ellos, ahora bien en promedio un ser masculino logra como mínimo una eyaculación y en algunos casos hasta cuatro, cinco o incluso seis de ellas en una relación sexual… es decir, la naturaleza varonil ha facultado a estos entes por alguna razón con esta característica procreadora casi ilimitada.

Por mero sentido común podemos observar que si las mujeres tienen que ser muy cautas en lo que a relaciones sexuales se trata por las circunstancias que antes relatamos, e inversamente proporcional es el descuido de los hombres en cuanto a estas relaciones íntimas se trata, pues simple y llanamente por que, por espermas no va a detenerse, su organismo lo provee como vimos antes de una cantidad inconmensurable de ellos. Ahora bien esto nos da un oriente de por que hombres y mujeres somos tan distintos en cuanto a las relaciones íntimas y sexuales motivo de una parte de este relato. Además no olvidemos que desafortunadamente desde tiempos inmemoriales, los hombres han engendrado hijos al por mayor, de los cuales se desentienden y no se responsabilizan de ninguna manera, ni de lo moral, ni de lo económico y mucho menos de lo que el amor paternal se necesita para un sano desarrollo mental y espiritual de los hijos procreados.

Hasta aquí espero nos quede claro del por que de algunas de las razones de los dispares comportamientos entre hombres y mujeres, en cuanto a lo que buscamos los unos y las otras. Por otro lado bien vale la pena mencionar otros comportamientos “sui generis” de cada uno de los géneros humanos. Ambos tanto los hombres como las mujeres tienen instintos básicos primitivamente controladas por el cerebro reptil del que hablamos hace un rato, ¿Qué quiere decir esto? Pues que todos tenemos la necesidad de replicar nuestros genes, ¿Cómo es esto? Bien esto consiste en buscar el mejor vehículo para procrear y así preservar la especie, y este instinto de supervivencia nos va a ayudar o mejor dicho a dirigir nuestra conciencia en la parte más subliminal para seleccionar a la pareja con quién traeremos al mundo a los hijos que harán que nuestros genes supervivan en este mundo ya de por si hostil.

Quizá podamos concluir que los hombres no somos unos perros después de todo como solía mi madre que por cierto hoy está muerta desde el diez de agosto de 2008, murió a sólo diez días de cumplir ochenta años. Sino por que estamos profunda y dramáticamente afectados y orientados por las particularidades de nuestra genética y sin tratar de descalificar de ninguna manera y dicho sea de paso con un respeto exacerbado por las mujeres, no es que sean tan sentimentales como se suele decir por ahí, sino que su genética también tiene sus particulares individuales. Con esto me queda claro que el hecho de los hombres al parecer seamos más sensualizados que las bellas y hermosas mujeres, sólo obedece a nuestros instintos más básicos y no a una mente perversa y pervertida de un hedonismo exultado. Cada uno de nosotros sabrá lo que deberá hacer con las particularidades de nuestro género.

Es cuanto compañeros.


Carlos López Carmen Agradeceremos sus comentarios a
columnarebelde@hotmail.com
01 de febrero de 2009
11:48 AM Y al Cel. 22 21 01 07 06

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