Estoy atónito, trémulo y terriblemente asustado por culpa de este dios que no es el Dios en que quiero creer. ¿Qué cual? Pues el las Sagradas Escrituras, el de la Biblia, el del Pentateuco que es el mismo de la Torá y el Talmud, este ser que desde comienzos de la humanidad se ha empeñado en dar muestras inequívocas y fehacientes de humanidad decadente y decrepitud celestial, en vez de mostrar una omnisciente y basta experiencia de un Dios en barroco de veracidad, de un Dios amoroso, suave, paternal o maternal según sea al género al que pertenezca o si acaso es andrógino pues a los dos.
Este dios que nos han mostrado los inventadores de la primera religión monoteísta: a los judíos, después a los cristianos y para rematar, poniéndole la cereza al pastel, los inventores de la Sacro Santísima Congregación Católica Apostólica y Romana, mismo dios que sólo ha traído al mundo maldiciones, podredumbre, violentas guerras y toda clase de cataclismos naturales, emocionales y por que no decirlo también espirituales.
Este es el dios que me tiene aterrado. Esta deidad que hizo que el mundo pareciera como un juego perverso y pletórico de locuras contradictorias, tales como un Adán timorato y sin ápice de carácter, desprovisto de toda fe y sin el más mínimo conocimiento de la “ley”, del mismo dios, este ser tan extraño juguetón y descuidado que se le ocurre cada cosa que me acerca a esta expresión ¡Qué bárbaro!, me dan ganas y le pregunto a ese dios ¿Qué no sientes feo? Tantas y tanta barbarie en tu nombre…
Después de que el padre Adán y la madre eterna pecadora Eva, propiciadora del refulgente e iridiscente pecado original, luego los nacimientos de Caín y Abel, Abel asesinado por Caín a mano y a quijada de asno, por que lo corroyó la envidia de que el dios prefirió la ofrenda-sacrificio de Abel, preguntas irremediables son: ¿Cómo fue que dios se manifestó gustoso por la ofrenda de Abel y desdeñó la de Caín? ¿Cuándo o en que momento debió saber Caín lo que le debía ofrendar a este dios? Finalmente si no responsabilizamos a dios de este primer homicidio seríamos torpes en no darnos cuenta que él, este dios ecuménico fue ingrediente fundamental en esta segunda tragedia mundial, lo digo así porque al parecer sólo ellos cuatro existían, Adán, Eva, Caín y Abel. Ahora bien otro desconcierto profundo y profuso es: ¿Para que tantas muertes generadas por este dios de muerte y de horror, en vez de un dios de amor, de perdón y de benevolencia sempiterna?
Seguro estoy podría llenar cuartillas y cuartillas del tema de este dios y su falibilidad, de las mentiras y patrañas que sólo tienen por objeto mantener a los feligreses bajo el manto de su terror y no es para menos, pues mata, maldice, destruye ciudades, convierte en estatuas de sal a mujeres, enferma a los Jobs, extermina como Hitler a los judíos, a los hijos de los faraones desobedientes, todavía no obstante todo lo que citado anteriormente hay que esperar el Apocalipsis…
Como no le voy a tener miedo a este dios tan humano, tan arrobado por sus más bajas y primitivas pasiones, y de hacer que su grey se someta a sus mandatos a punta de muerte dolor y violencia.
Leí recién esta hermosa locura convertida en novela de José Saramago, portugués criollo y premio Nóbel de literatura: “El Evangelio Según Jesucristo” Saramago después de este atrevimiento sin lugar a dudas fue excomulgado por el atrevimiento a desenmascarar en gran parte a este gremio clerical y según ellos ecuménico, con sus inventos, patrañas y locuras genocidas, pues sólo basta recordar los millones de muertos que hubo en el nombre de Dios allá en las cruzadas, otros tantos en la Santa Inquisición, existen miles de manifestaciones de que este mundo Judeo Cristiano Católico tiene como objeto primordial, allegarse poder político, moral, religioso y sobre todas las cosas económico… no es posible que toda vía en pleno 2009 estemos engañados por estos oscurantistas seres inicuos, siniestros y nefastos, engendros que se llaman así mismos, ministros del señor.
Mi intención es manifestarme en contra de esta corriente que lo que busca no es enaltecer, ni moralizar o espiritualizar a los fervientes feligreses de sus congregaciones, sino buscan una obediencia absoluta a ellos mismos, no al Dios verdadero y este si lo escribo con MAYÚSCULA por que en definitiva el Dios verdadero debe llorar todo los días las muertes de sus hijos que se han permitido el engaño de unos cuantos, y Él, el Padre Absoluto y Creador de todo ha dado muestra de su amor infinito y respeto por aquel don que le otorgó a los seres humanos… LA LIBERTAD y es por ello que es permisible, esta es la razón por la que ocurren todas estos genocidios mortales donde estos inventores de religiones se han permitido quitarle a sus prójimos el amor del verdadero Dios, el amoroso, el que perdona, el que no mancilla, el que no quiere dinero, el que no quiere sacrificios sino: quiere felicidad, salud y cariño para sus hijo. Es cuanto compañeros.
Carlos López Carmen
6 de febrero de 2009
7:15 PM
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