NARRACION
La Páchis
En la oficina donde trabajé conocí a tres compañeros que eran muy amigos entre sí, Marga, Carlos y Sergio. Los tres compartían trabajo, gustos y deportes.
Ellos eran como todos los hombres muy coscolinos, cuanta mujer entraba a trabajar en la oficina, la querían conquistar.
Magda era la más centrada y siempre los consentía.
Un día entró a trabajar una joven muy guapa que llamaba mucho la atención.
De inmediato los dos amigos se propusieron conquistarla. La empezaron a rondar y con el pretexto de enseñarle la organización de la oficina, siempre estaban con ella.
A la salida le comentaban a Magda. -¡Páchis es preciosa!- decía Carlos. -¡Tiene una carrocería!
Sergio, moviendo las manos, figurando la silueta femenina -¡Páchis esta como quiere!
Todos los días comentaban los encantos de la muchacha.
Magda que no había estado presente el día que la damita llegó, se quedo intrigada y les dijo.
-¿Quién es Páchis? ¿De verdad ésta muy guapa? –Me entró la curiosidad y quiero conocerla.
-Viene con una blusa azul, que le marca una delantera fenomenal ¡Es un verdadero bombón!
-¡Que mujer! Entusiasmado contestó Sergio.
Magda buscó a la chica de la blusa azul y las características descritas por sus amigos, por fin la encontró y se dirigió a ella para conocerla bien.
-¡Hola Páchis! Dijo sonriendo –Gusto en conocerte yo soy Magda, lo que se te ofrezca estoy para ayudarte. Mientras recorría con la vista a la joven y corroborar lo que sus amigos le habían contado.
-Gracias eres muy amable-
-Ya sabes Páchis- repitió si tienes alguna duda, avísame, con confianza-
- ¡Claro! Nuevamente gracias.
-Pero ¿por qué me llamas Páchis?
-¿Qué no te llamas Patricia? –yo pensé que de cariño, te llamaban Páchis.
-¡No! Yo me llamo Maribel y también estoy para servirte.
Magda se quedo pensando que el nombre de Maribel no se parecía en nada al de Páchis y se despidió apenada.
Cuando a la salida encontró a sus amigos, les comentó. –Ya conocí a la chica guapa de la oficina pero no se llama Páchis sino Maribel.
Los amigos se miraron y empezaron a reír a carcajadas.
-¡No! no se llama Páchis se llama Maribel, nosotros le decimos así porque “A pa’ chichis que se carga”.
Magda sonrojada por haber caído en el juego les dio de coscorrones a los dos.
-¡Son unos pillos! Desgraciados -y volvieron a reír los tres.
Aída.
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