-Haz de desflemar la cebolla, el sabor está tan fuerte que hace intragable la ensalada.
La pared es blanca, demasiado. Ya se le acabó la comida del plato, y no tiene más sed.
-Si no quieres no te la comas.
-¿Y entonces que como?
-Te preparo algo rápido
-No, ya hiciste bastante. ¿Pagaste el teléfono? por favor deja de morderte las uñas, no ¿verdad?
-Te dije que iba a intentarlo, tuve demasiado trabajo en el instituto, no pude salir a tiempo, lo siento.
No se puede escribir el silencio. Se puede decir que él se levanta de la mesa y al pasar un dedo sobre la tele se le pone gris de polvo. Quiere sentarse y descansar la cabeza hasta la madre de oficina pero los sillones están llenos de ropa, libros, y cualquier cosa. No es que quiera ponerse de malas. Se puede decir también que ella está segura de que otra vez no harán el amor, ni siquiera sexo crudo, entonces deja caer le cabeza sobre el plato vacío y estira los brazos aunque tire las servilletas. Lo oye salir, sin azotar la puerta, y se siente culpable de lo asquerosa que está la ensalada, del desorden de la casa, de no haber pagado el teléfono. Odia el silencio, no se escucha nada, ni los carros, ni voces de niños, ni pájaros, ni ladridos, ni maullidos, mucho menos palabras. No es que quiera llorar.
-¿Estás bien? –al salir lo ve tirado en el piso con todo y traje- ¿quieres una aspirina o algo?
-Quisiera poder confiar en ti, no tener que encargarme de todo, eso es lo que quisiera, de hecho lo que necesito, pero a ti no te importa nada que no tenga que ver contigo.
-Ya te dije que lo siento.
-Eso no basta, -se aprieta el pecho, está sudando pero hace frío.
-Amor ¿te sientes bien? Te ves pálido
-¿Qué importa? –Ella trata de llevarlo a la cama.- Déjame
-Pero estás mal –él trata de zafarse de su mano, se defiende de sus brazos- amor déjame ayudarte, ven por favor. –Siempre creyó que era una forma de venganza, tal vez sea mejor dejarlo desmayado esta vez en suelo del patío, sin importar que estemos bajo cero.
Cuarto conflicto dramático:
-Entonces ¿vienes o voy? –No, así no, nada de presiones.
-No estoy seguro de poder ir. Por favor quiero que lo entiendas, no significa que no quiera estar contigo, simplemente no puedo ahora.
-¿Entonces por qué me dijiste ayer que sí? Por favor decídete, no quiero seguir esta tortura, no quiero jugar más.
-No, para nada, yo tampoco, de verdad me importas, sólo que no puedo ir ahora; tengo mucho trabajo, un recital, pasar a finale mi rola; no son excusas, ayer pensé que podría hacerme un hueco, pero entre el viaje y el trabajo se me agota el tiempo para estar contigo.
-¿Quieres que vaya yo?
-Es igual. Escucha, sé que esto apesta. Tengo meses rogándote que vengas, sé lo que dije ayer y que tal vez me estés odiando en este momento; ojalá tenga otra oportunidad contigo, ahora no puedo.
-Ah aquí estás, tu hermano me dijo que estabas estudiando, pero no, chateas
-Dame unos minutos ¿si?
-¿Hablas con ella? ¿Ya le dijiste de nosotros? Vaya que es insistente tu ex.
-Cati espérame, un minuto por favor. Bueno no importa, ya se fue.
-Entonces ahora podemos ir por un rico café y …
-Tengo que trabajar.
-Tranquilo, la audición es en dos semanas y tocas magnifico, tienes un mes para entregar la obra y…
-Yo sé lo que tengo que hacer, y que chinga que te hayas vuelto mi agenda.
-¿Qué te pasa? No pensé que te pusiera tan de malas hablar con ella. ¿Le dijiste de nosotros?
-No hay nosotros, no quiero hablar de ella, y quiero trabajar ¿está claro?
-No sé por qué haces esto.
-Cierra la puerta al salir ¿si?
1 comentario:
Esta muy bueno el drama
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