lunes, 22 de diciembre de 2008
"6 grados de separación"
6 Grados de Separación
jueves, 18 de diciembre de 2008
martes, 16 de diciembre de 2008
Tuve muchas imaginaciones, muchas emociones con las salidas de Don Alonso Quijano, mundialmente conocido como Don Quijote, Caballero de la Triste figura es la novela que le dio nombre a este género literario, está llena de sabiduría y de recovecos mentales, intelectuales y emocionales, por ahora me que con este pasaje.
Don Quijote mantuvo la lealtad extraña y sui generis de su flamante escudero Sancho Panza con la firme promesa de que le iba a entregar la gobernatura de una ínsula, esto, algo de amor y amistad los juntó a largo de esta maravillosa historia, “La Ínsula Barataria”, la más ficticia y barata de todas las islas de todos los mundos.
Cuando este momento cumbre va a ocurrir en la historia quijotesca, Don Quijote, en la víspera de la entrega de esta tierra a Sancho lo manda a llamar, cuando el escudero llega a la habitación de su señor, se pone a sus pies y le dice algo como esto:
- Señor, estoy a su disposición ordene
- Don Quijote de la Mancha, con la parsimonia, entereza y estoicidad de espíritu que siempre lo distinguió del resto de los mortales, se refiere así a su noble siervo y sirviente. Sancho mañana será el día que te conviertas en Gran Gobernador de la Ínsula Barataria y es mi deber aconsejarte y alertarte de unos comportamientos que habrás de llevar para ser un ilustre, acertado y misericordioso Gobernador de tus insulares
- Señor, por favor no pierda tiempo en sus exhortaciones démelas y yo los seguiré con pulcritud
- Sancho, lección y consejo número uno: DEVERÁS TEMER LA LEY DE DIOS. Y número dos: DEVERÁS TRABAJAR EN EL AUTOCONOCIMIENTO PERSONAL.
Sólo estás dos admoniciones le manifestó Don Quijote a Sancho. Es algo de lo más sabio que he leído en mi vida, entiendo la ley de Dios como una normatividad ética para la convivencia de nosotros los seres humanos, no se trata de religión sino de sensibilidad espiritual, y que decimos del autoconocimiento personal, trabajo por demás arduo de la vida intrínseca de cada uno, esto lo mencionó Cervantes maestro y avatar de todos los tiempos por ahí de los años mil cuatrocientos y sólo hasta tres cientos años después, Freud hizo su famosa e importante teoría del psicoanálisis.
Habría que considerar la sabiduría inmensa de Miguel de Cervantes Saavedra…
TÚ; MI DULCINEA
Y el Don Quijote, Señor de la Mancha y
caballero de la triste figura – le dijo –
a su Sancho Panza, no siempre
tan fiel y obediente escudero:
“Ella pelea en mí y vence en mí,
y yo vivo y respiro en ella,
y tengo vida y ser”.
Don Quijote tiene a su Dulcinea del Toboso,
yo te tengo a ti, para vivir en mí,
él la tiene y lo hace poderoso,
yo te tengo protegiéndome de mí.
Yo te cuido, te mimo, te arrullo, te abrazo,
y lucho con los molinos de viento de mi corazón,
en la reyerta de pasiones y pasividades
y tu; ocasiones tan difusa, tan distante.
La dama del Quijote, dignificada y magnificente Señora.
Y yo soñador como él, sólo mirando
la realidad de mi alma donde encajada estás,
¿Cómo salirte de este palacio de amor?
Edificado con baldosas de cariño y pasión,
construido con estuco de paz y comprensión.
Elaborado con los planos inclinados, para salir
y volver si el invierno enfría tu corazón.
Que las chimeneas de mis amores,
te calienten el cuerpo y el alma,
que las chimeneas de mis cariños,
te abriguen el cuerpo y el alma.
Como la Dulcinea es del Toboso,
tu, señora mía de la Perla Serrana,
como la Dulcinea es de su imaginación,
tu señora mía de lo más profundo de
mi corazón.
Carlos López Carmen
22de febrero de 2004
12:02 AM.
Gracias por sus comentarios a:
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domingo, 14 de diciembre de 2008
He escuchado sin exagerar cientos de veces o quizá miles a los mexicanos… ¿Cómo podría adjetivarlos? Quizá chafas, sé de antemano que no es un término muy seductor que digamos, pero contextualmente acusa perfecto a nuestros connacionales, que con constancia perniciosa y obtusa se expresan mal de nuestro México hermoso, bello, rico e ingenuo.
De esta manera es como yo lo veo: magnífico, soberbio, e incluso sublime. Tierra de ancestral arraigo y de historia de ganadores; de guerreros y no sólo hablo de los aztecas, pues ellos fueron sólo el final de nuestra historia precolombina; antes que ellos llegaron por el norte los Otomíes, mismos que se afincaron en la mesa central; los Olmecas, se asentaron en los bordes del golfo de México, los Mayas-quiches en el istmo de Tehuantepec también en la península de Yucatán y en América central, los Mixtecos en el norte de Oaxaca, los Zapotecas en la Oaxaca meridional. Y al final arribaron los reyes de la guerra, los imperialistas, los fundadores de nuestra México-Tenochtitlan. Ellos, que análogamente con los judíos y el Moisés bíblico, hallaron la tierra prometida por el Dios de los ejércitos: Yahvé. Los aztecas a su vez sorprendieron al islote aquel que el profeta y sumo sacerdote Tenoch les había vaticinado; los estaba acechando en el centro del lago de Texcoco, la profecía decía que tropezarían con el, y que ahí habría un águila real devorando a una serpiente encaramada sobre un nopal, planta perenne y netamente mexica, y así, luego de lustros de persecuciones y de doloroso peregrinar se hallaron ante el espectáculo de sus vidas.
Ahí, al centro del Anahuac en el ombligo del mundo, edificaron la majestuosa, ordenada y válgaseme mencionar “civilizada” urbe, capital propiamente de toda Mesoamérica.
Dicen los escritos históricos, que los primarios y ordinarios peninsulares se sorprendieron en grado superlativo cuando a la distancia sus perversas miradas avizoraron la gran Tenochtitlan, pues esta resplandecía como un gigantesco domo de plata pura, por el ínclito destello de los rayos del dios Tonatiuh, el Sol, resultado de lo encalado de sus construcciones. Estas costumbres y avances urbanísticos, como el sistema de drenaje y de agua potable, los dejo atónitos y pasmados, ¡esto era civilización! y no aquella brutal y más que salvaje costumbre de arrojar los orines y las heces fecales a la calle, como lo hacían por allá en la maravillosa y civilizada Europa medieval. De ahí la costumbre de advertir a otro de algún peligro en ciernes con un “aguas”, esta es una de esas costumbres que a la fecha me cuesta mucho comprender.
Fue muy poco tiempo el que permaneció el reinado y poderío de estos guerreadores aztecas, pero suficiente para que hoy esta palabra, estos emperadores finales, los Cuauhtémoc, los Cuitlhuac, los Moctezuma, nos den identidad, por que nadie alrededor del mundo puede negar que somos el pueblo Azteca.
Con los enormes defectos y las maravillosas virtudes de ser los dominadores de el valle del Anahuac, mismos que como Alejandro Magno, Napoleón Bonaparte o el terrible Atila rey de los hunos, lo convirtieron en un mayúsculo imperio y en un emporio, regido por la monarquía oligarca de estos mexicanos primarios.
Es verdad que la superstición y la mitología local, aunada a la profetizada llegada del quinto sol, confundida y coincidida con el arribo de estos verdaderos bárbaros, salvajes y sanguinarios españoles. Dieron los funestos resultados de hoy, de este México joven como país, como nación, por que me exijo a mi mismo, replicar que: ellos, lo que llegaron allende los mares, de ultramar, ellos son los que inventaron la palabra extranjero como contexto, pues nosotros éramos todos de aquí, ellos, los que trajeron su lujuria mestizadora, su avaricia desmedida, abusiva, perniciosa y soez. Ellos, lo que se mezclaron con nosotros los mexicanos, no con los indios, pues también es el momento de exigir a los ángeles, a los serafines y querubines, al mismo Creador y Señor Todopoderoso, y por supuesto a todo aquel panteón olímpico de dioses de barro y de basalto, a la Tonantzin, a Tlaloc, a Huitzilopochtli y a todos las demás deidades oriundas de estas nuestras tierras, explicarles a todos los pobladores de este planeta que los indios son oriundos de la India allá en el oriente, son nativos de ese país asiático, los nacidos aquí, debe llamárseles de manera respetuosa, aztecas, otomíes, tarascos o como sea el nombre de la estirpe a la que pertenezcan. Aunque se halla generalizado este término que indefectiblemente se menciona de forma peyorativa para quién lo recibe, y por esta razón no debe permanecer pues este error garrafal.
En mis lecturas e investigaciones, no he hallado ningún códice o vestigio de corrupción, nepotismo o algún otro cáncer social en nuestras sociedades precolombinas, quizá lo halla habido, pero de esto hoy estamos barrocos, estridentes y abigarrados, solazándonos en esta podredumbre de falta de valores, “y de virtudes cristianas”, digo cristianas con sorna porsupuesto por lo siguiente.
La pregunta inminente es: ¿Cómo llegó a nosotros esto, quién nos los mostró con el ejemplo incluso, de donde nos salió está corrupción, rampante y cabalgante que hoy mostramos al mundo como maravilloso galardón, nuestro segundo o primer lugar como país en incidencia de secuestros, quién nos instruccionó en la “mordida”, quién, quién sería?
¡Ahhhh!, por supuesto quizá muchos no lo creerán y menos avalarán mis letras y mis palabras. Habrá que comenzar por el principio, por la llegada de el tristemente célebre Hernán Cortez y su arribo a la tierra mía, a las playas de la Verdadera Cruz con su cargamento de devastación, de suciedad moral y sanitaria, henchido del permiso de los reinantes soberanos españoles de entonces, los reyes “católicos” y con la ayuda del virrey de Cuba, cuando estos pelafustanes, parias y asesinos, desembarcaron en nuestras tierras y ante la confusión de nuestros hombres naturales, utilizaron toda clase de tropelías, oprobios, mentiras, falta de honradez, honestidad y sobre todo, con una total ausencia de cristianismo y una enorme y fastuosa actitud “Católica”, Apostólica y Romana, clavaron sus adargas y espadas, quemaron con sus armas de fuego, arcabuces y fusiles las carnes de aquellos mexicanos, que no le pidieron a nadie ser adoptados por ninguna religión, que no le pidieron a nadie ninguna evangelización, pero ellos, los españoles y sus misionero franciscanos, jesuitas, carmelitas y toda una horda de pseudo-religiosos católicos, mismos que de cristianos no tienen ni el nombre, pues pertenecen a la “Terrible, Terrorífica, Pederasta, Imperialista, Invasora, Concupiscente, Hipócrita, Mentirosa, Controladora, Dominante, Esclavizadora, Torturadora, Pecaminosa e Inquisidora, Sacro Santísima Iglesia Católica Apostólica y Romana” y en esta lucha imperialista y conquistadora, sostenida en sus propias escrituras coercionadas a su favor y para los poderosos aliados, hicieron acomodos y cánones que así como los diputados y senadores actuales de nuestro México enfermo de catolicismo, que benefician sólo a los ricos y a los que más tienen…
Siento mucho si alguna persona se siente molesta, por todo esto escrito en Columna Rebelde, sin embargo es para mí un compromiso conmigo mismo mostrar estas imágenes de la religión que predomina en nuestra hermosa, bella e ingenua América Latina…
Es cuanto compañeros, por ahora por que esta historia continúa…
GLOSARIO
Contextualmente: Argumento, trama, tejido, estructura, entorno físico o situación.
Connacionales: Que pertenece a la misma nación que otro.
Pernicioso: Dañino, perjudicial, peligroso, nocivo.
Obtuso: Lerdo, asno, burro, cerrado, tardo, estúpido
Ínclito: Célebre, ilustre, insigne, glorioso.
Atónito: Estupefacto, pasmado, boquiabierto.
Ciernes: Principios, comienzos, iniciaciones.
Oligarca: Autócrata, cacique, absoluto.
Allende: Allá, allí, al otro lado.
Ultramar: País que está de la otra parte del mar.
Panteón: Del. Lat. Templo dedicado en Roma a todos los dioses.
Indefectible: Infalible, indudable.
Peyorativo: Despectivo, insultante.
Barroco: Recargado, pomposo, estrambótico.
Estridente: Ruidoso, Estrepitoso, chillón.
Abigarrado: Confuso, alterado, complicado.
Adargas: Escudos, defensas, protecciones.
Coerción: Sujeción, contención, freno.
Carlos López Carmen
18 de noviembre de 2008
7.48 PM
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columnarebelde@hotmail.com
MIS DOS MÉXICOS
Continuación…
Es este continuo caminar por la historia de nuestro México maravilloso y como mencioné en la primera parte de este ensayo (publicado el 21 de noviembre de 2008), hermoso e ingenuo.
Quiero decirle al mismo México nuestro, a la nación, a los que nacimos en este territorio, en la cintura del mundo que es la parte más tórrida y fértil del planeta, SOMOS un pueblo elegido, somos hijos del Padre y este no hace tonterías, creados a su imagen y semejanza esto nos convierte en divinos y celestiales, no SOMOS el tercer mundo, existimos en el único mundo que hay, y si logramos ver que estamos haciendo que no es conveniente para nosotros mismos y dejamos de decir y pensar en nosotros mismos como perdedores, tercermundistas, paupérrimos y vemos no lo que nos hace falta sino lo que tenemos, ello es maravilloso pues: poseemos la vida esta que es sagrada, a los hijos, a los padres o el recuerdo de ellos si estos ya murieron, tenemos nuestro corazón, nuestras propias ganas de triunfo de éxito, y ¿Cómo podemos verlo? Esto es sencillo, miremos nuestro cuerpo, los ojos con que distinguimos los colores, las piernas que nos llevan de un sitio a otro, los brazos con los que estrechamos a los que más amamos e incluso a los que no. Nos pertenecemos a nosotros mismos, somos dueños de nuestros pensamientos, podemos cambiar nuestro entorno, tenemos que creerlo y decirnos hasta el cansancio: nuestra naturaleza es ganadora, triunfadora, conquistadora, pertenecemos la casta de los más aguerridos gladiadores aztecas y a los incontenibles conquistadores españoles y es obligación nuestra mezclar y amalgamar estas dos estirpes de personajes bravíos, inteligentes, bárbaros incluso.
No olvidemos que los peninsulares pasaron por momentos de terrible dominación árabe y sin embargo después de aproximadamente ochocientos años de este suplicio lograron desembarazarse de ellos, y que decir de nuestros insignes e ilustres aztecas que aun siendo los últimos en llegar por el norte al fastuoso valle del Anahuac y siendo sujetos y víctimas de cientos de ataques y persecuciones, conquistaron la mayor parte de Mesoamérica, entonces hoy miremos con atención que tenemos de ambas sangres, de ambos genes de ganadores totales y que ello nos convierte en grandes hombres y mujeres, tomemos lo mejor de una y otra prosapias y estirpes, luchemos a brazo partido en contra de los que nos engañaron con ese viejo y trillado concepto de la derrota.
SOMOS UNA NACIÓN DE GRANDES E ILUSTRES HOMBRES Y MUJERESDE DE ESO NO HAY DUDA, INTELECTUALES, HEROES, INDUSTRIALES, DEBEMOS MIRALO PUES ES VERDAD.
Dice Octavio Paz, mayúsculo intelectual mexicano premio novel de literatura, gran colaborador de la política exterior mexicana siendo embajador en la India, con el que coincido al respecto de nuestros dos Méxicos, ¿Cómo es posible que se tase con una sola definición a este país que es una amalgama y mixtura de razas, religiones, estratos sociales, unos en el norte, otros en el sur y los paisanos de las costas y litorales, no conformamos una masa homogénea de seres humanos sino que cada lugar, cada ciudad, cada estado tiene su propio y rancio abolengo, su gastronomía, su historia intestina y ello hace que seamos una nación grande, rica y pujante. ¿Cómo puede clasificarse a un país como paupérrimo y tercermundista? Claro que el promedio de lo mexicanos son pobres y otros tantos misérrimos, sin embargo no sugiero dejar de mirarlos.
Lo que propongo es que nos percatemos que tenemos más cosas buenas que malas y así como tenemos estos enormes rezagos sociales, morales y espirituales poseemos los sentidos para mirarlas e incluso podemos comenzar por corregirnos a nosotros mismos en un sin número de situaciones sociales…
Esta historia continuara…
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Carlos López Carmen
Hace poco me encontré con un conocido de mi tierra Orizaba, José Ramón, le dicen Ronda, supongo de cariño.
Me hallaba con mi hijo en una franquicia gringa de hamburguesas, comimos y nos encontrábamos haciendo la sobre mesa conversándonos de diversas situaciones de ambos, cuando he volteado sobre mi costado izquierdo y veo un rostro familiar, justamente era Ronda este amigo de Orizaba, nos saludamos y compartimos diversas informaciones de los conocidos en común, de los que viven en Puebla y de otros más que residen en la tierra de ambos.
Estábamos platicándonos situaciones sin importancia cuando yo le pregunté si continuaba trabajando con los Diez, y me dijo: claro ahí sigo y ahora con mucho trabajo, sin darme cuenta caímos en una conversación medio política de la Ciudad de las Aguas Alegres, y me pregunta:
- ¿Qué no sabes?
- No, - le dije -, ¿Saber qué?
- Pues que Juan Manuel es el presidente de Orizaba
- No, no estaba enterado
- Pues si fíjate que le habló Fidel a Juan Manuel (Diéz Francos)
- ¿Qué Fidel, Kuri?
- ¡No, Fidel Herrera!, el Gobernado de Veracruz y le dijo a Juan Manuel; Juan si quieres a Orizaba, tienes que ser Presidente Municipal
- ¡Ah cabrón!, No sabía ni quien era el Gobernador y menos como se llamaba, este tipo de personas de la clase política no son de mi agrado
- Pues si, llamó Fidel a Juan (Díez Francos) y le insistió que aceptara ser Presidente
- No te imaginas, volteamos de cabeza Orizaba, porque habrás de saber que Fidel declinó al candidato que había del PRI a sólo 10 días más o menos de la elección, así que junto con otros insignes e ilustres orizabeños nos dimos a la tarea de subir y bajar, y literalmente voltear de cabeza Orizaba y ganamos
- Sorprendido en indignado le pregunté ¿Y no te da vergüenza? .Qué falta de honradez y honestidad que a unos cuantos días estos seres psudopolíticos determinen el futuro administrativo y político de cientos de miles de veracruzanos, sólo por que se les antojó que el candidato anterior ya no era el “bueno” ,y entonces de manera “ordinaria y soez” ponen a otro, ahora recuerdo que me enteré que este Juan como tu lo llamas con la confianza que se tienen tu y él, declaró que no va a cobrar su sueldo como presidente municipal y que no va a vender los coches de sus agencias automotrices al municipio, mismas que tiene ahora su GRUPO DIEZ, propiamente es ahora un “santo” y va a trabajar gratis para la ciudadanía orizabeña, te pregunto estos hombres Fidel y Juan, ¿Habrán leído a Platón y su República, o a Alexis de Tocqueville o incluso a Nicolás Maquiavelo, sabrán algo de política de verdad o sólo son unos hampones y terroristas?. Me siento sorprendido de este Juan Manuel Díez Francos, y bueno, tengo un recuerdo de gran respeto de Don Juan Diez padre de él y amigo de mi papá y no creo que aprobaría esta patraña política con la que engañaron a mis paisanos, “y dicho de manera categórica habrá que chingarse”, pues el dinero, la corrupción y la ignorancia de estos hombres, hizo esta estafa electorera. A propósito sería bueno que este hombre Juan Manuel Diez Francos se ilustrara, y leyera un poco, incluso a Tocqueville que mencioné antes y supiera que cuando un dirigente político no cobra por su trabajo, se acerca a una dictadura… Pero seguro es demasiado pedir que comprenda esto, pues se requiere honradez y honestidad extrema y no se puede dar lo que no se tiene.
Siempre tuve a este hombre hoy presidente de mi tierra como un gran comerciante de coches y abarrotes y a su padre también como individuos honrados, trabajadores y honestos, sin embargo hoy me siento decepcionado de él…
Es una pena que este cáncer de la corrupción y los excesos del poder no respeté ni a los hombres que parecieran decentes, honestos y honrados.
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Carlos López Carmen
COLABORACIONES PARA 6 GRADOS DE SEPARACIÓN
lunes, 1 de diciembre de 2008
Un abrazo
Gerardo Oviedo
Contraparte Informativa
viernes, 28 de noviembre de 2008
La columna rebelde los está esperando y estamos ansiosos de recibir sus comentarios a:
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Carlos López Carmen
Boletín de prensa
jueves, 20 de noviembre de 2008
LA CASA DEL ESCRITOR
EL TALLER DE NOVELA DE GERARDO OVIEDO
PRESENTAN:
“6 grados de separación” Suplemento Cultural en la Universidad del Valle de Puebla
INTRODUCCIÓN
El talento literario existe en cualquier latitud de la Tierra, y Puebla no puede ser la excepción. Talento hay, de eso no cabe la menor duda, lo que no existe, o existe muy poco en países como México, son los instrumentos para desarrollar el quehacer artístico de los nuevos valores, como son publicaciones culturales para escritor@s nóveles. Por ello, y gracias al Periódico Cambio y en especial a su director editorial Arturo Rueda, a su editora Paulina Cataño y a su diseñador gráfico Óscar Cote Pérez, ve luz pública el primer número de 6 grados de separación, suplemento cultural como una opción real para todos aquellos que jamás han publicado.
El nombre deriva de la teoría propuesta en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en su cuento “Cadenas”, el cual establece que el mundo es tan pequeño que cualquiera puede conocer a una persona al otro lado del planeta por medio de 6 enlaces. Por otra parte, en literatura, los escritores jamás saben, como botellas arrojadas al mar, en qué pupilas encallan sus escritos.
Lo que pretende 6 grados de separación, suplemento cultural es lanzar la primera piedra y no esconder la pluma. Tal vez en el estruendo alguna onda toque un puerto sensible al otro lado del mundo y no colapse ahogada por la indiferencia del lector. Además, en contraste con otras publicaciones, este espacio incluirá el mínimo de imágenes y el máximo de palabras para aprovechar cada uno de los rincones de la página en blanco.
Habrá hombres y mujeres publicados aquí por primera vez que sigan por el sendero de la escritura. Habrá otros donde ésta será la única publicación que reciban en vida. Se escribirán algunos textos mejor que otros, pero siempre existirá el ímpetu imaginativo y las ganas por contar algo. 6 escritores pondrán a prueba su talento en cada edición.
Con esta perspectiva en mente, espero que 6 grados de separación, suplemento cultural, que hoy ve las pupilas del lector por primera vez, cumpla su labor histórica al demostrar que toda literatura, para que esté sana, siempre debe estar en movimiento.
¡Salud y enhorabuena!
Gerardo Oviedo
31 de octubre de 2008
Puebla, Pue.
TEMA:
“¿Los personajes literarios también comen?”
por
Gerardo Oviedo
Lunes 24 de noviembre de 2008. Universidad del Valle de Puebla. 16 horas.
Autores invitados:
SUPLEMENTO DE NOVIEMBRE:
1° HELENA RIVAS
9 de abril, 1991; una de la tarde vi por primera vez la luz del mundo. La segunda vez fue cuando aprendí a leer, pero, la más brillante de todas las luces, fue cuando decidí escribir. Con el valor que me inspiró mi hermana Paulina y el amor por las palabras, me sumergí en el mundo de la literatura bajo el nombre de Helena.
2° Alma Angelina C. Carbajal Guzmán
Escribo para que alguien se identifique conmigo. Me gusta el tequila y los mariachis. Tengo ojos grandes porque soy tapatía, ¡qué suerte la mía!, porque a todos les gustan. Tengo instinto asesino, y por eso escribo, para no matar a nadie. En especial a mi profesor de novela.
3° ESTEPHANI GRANDA LAMADRID
(Puebla, 1985) Diseñadora Gráfica y estudiante de Lingüística y Literaturas Hispánicas (UNAM). Ha participado en varios talleres de creación y apreciación literaria en Puebla y el D.F. Ha publicado cuento y poesía en algunas revistas y periódicos. Obtuvo la primera mención honorífica en el Concurso Nacional de Poesía el Laberinto 2007 y recientemente, el segundo lugar en los premios Ciudad Ecatepec 2008 con el poemario Icarianos. Aparece en la antología Descifrar el laberinto 2007.
4° ÓSCAR GÓMEZ ROMERO
Poblano, de la generación del pulgar. No nací con un libro en la mano, pero me gustaría morir con uno. Empecé a escribir por que tengo mala memoria y me pareció una forma práctica de recordar y ser recordado. Ahora escribo porque suelo volar fuera de la realidad, aunque a veces genere problemas, al regresar, la sensación me llena y ¡qué mejor que guardarla para después!
5° YETEL VÁZQUEZ
Internacionalista, egresada de la BUAP y socia del Club Rotaract Puebla de los Ángeles. Leer y viajar son sus sosiegos; habla animosamente, ríe sin reservas, escucha noticias con la aprehensión de una idealista, le interesan todos los puntos cardinales, canta con la vehemencia de los incrédulos, come con pocos remordimientos palomitas o helados y adora la música de “Amélie Poulain”.
6. MIGUEL ÁNGEL BAUTISTA
Narrador Poblano. Estudiante del Taller de Novela en la Casa del Escritor.
SUPLEMENTO DE OCTUBRE:
1° JULIA SALINAS
Soy chihuahuense de nacimiento, veracruzana de corazón y poblana por convicción. Me apasiona la literatura y me gusta escribir en un intento por profundizar en mí para entender a quienes me rodean. Me gusta la novela, la poesía y el cuento. Mi meta es escribir una novela bien hecha y publicarla antes de estirar el dedo aunque tenga que cantar en los camiones para hacer la coperacha.
2° JOSÉ JAVIER BÁEZ ROJAS
Nací en el estado de Tlaxcala, en Xaltocan. De niño siempre quise saber el porqué de las cosas, por esa razón, le abrí el corazón a un carrito de cuerda y descompuse un radio de bulbos. Obtuve la maestría y el doctorado en Física Aplicada en el Instituto Tecnológico de Tokio. Un alumno me preguntó un día: ¿A poco si sabe hablar japonés? Sí, claro, viví en Japón más de 6 años y medio. A ver, dígame como se dice encendedor. Después de explicarle como se escriben y se pronuncia, me dijo, está usted mal doctor, se dice SAKAYAMA. Desde entonces él y sus amigos empezaron a decirme Sakayama Sensei. Ahora me llamo Hose Sakayama.
3° ALEJANDRA LÓPEZ CAMACHO
Soy una luna sin planeta, las buenas lenguas dicen que soy historiadora, las malas, pintora y las peores, escritora. La escritura me libera, me permite navegar en mis pensamientos, en mis recuerdos, en mis fantasías y en lo desconocido. Ya soy la “Pridiguman”, “Carmen” y “Luisa”, espero ser muchas más y que algún loco desesperado lea mis escritos y un cuerdo animado me invite a bailar de vez en cuando.
4° VIRIDIANA LOZANO ORTIZ
Nací, crezco y vivo en Puebla. Descubrí mi gusto por escribir cuando, en sexto año de primaria, leí un ensayo de tres hojas para el día de la bandera y todos quedaron sorprendidos. Tiempo después me enteré que la maestra se lo había dado a su hija para que entrara a un concurso, cuando a mí me había dicho que mi texto no cumplía con lo necesario. Jamás supe si el ensayo ganó, pero nadie me quitó de la cabeza que tal vez lo que escribía podría servir de algo, mucho menos, cuando ahora me sirve a mí y eso es más que suficiente.
5° IVONNE BAUTISTA
Asisto al Taller de Novela II en la Casa del Escritor. Divertida. No me preocupa mucho las publicaciones. Escribo porque me gusta y punto.
6° ORLANDO OVIEDO AGUILAR
A veces quisiera, en el sentido más hipocondriaco del término, que la no realidad fuese tan dramática como la percibo. Los asuntos privados de las personas están ahí como constancia de que lo trágico no siempre se encuentra en todo momento. También, como prueba de que la democracia es un asunto cotidiano de los seres que poblamos el planeta, a veces quisiéramos que lo electoral resolviera todos los líos de la comunidad, pero no es así, el funcionario público, que apenas si logra entender la práctica de la burocracia, no llega a imaginar que los trámites realizados son la antesala de la realidad que, lejos de los muros burocráticos, se regodea entre los individuos y que la poesía, de un formato administrativo, se encuentra, precisamente, mas allá de lo escrito.
Coordinador editorial: Gerardo Oviedo
¡No faltes!
UNIVERSIDAD DEL VALLE DE PUEBLA
DIRECCIÓN3 SUR 5759 COLONIA EL CERRITO TEL 2669488
sábado, 8 de noviembre de 2008
¿Será quizá por ello que jugamos este triste y alegre juego de la muerte? La respuesta es panóptica y panorámica para cada mexicano, pues a cada uno de nosotros le corresponde su propia contestación.
Vamos a los velorios y cuchicheamos con los otros invitados en secreto, sonreímos e incluso nos carcajeamos con sordina de las situaciones propias del velatorio del muerto o de su muerte misma, también de otras circunstancias quizá menos importantes. Las mujeres mexicanas generalmente las señoras se muestran muy respetuosas con los dolientes y son solidarias en los dolores por la desaparición de la vida del difunto, ellas rezan los consabidos rezos oníricos que te hace repetir la comandante en jefe de las plegarias y las jaculatorias a Dios con los que le pedimos por el alma del muertito. Siempre, “ruega por nosotros” repetimos los invitados, bueno los que siguen el juego del rito de muerte.
Los señores, o sea los esposos por supuesto se salen de la sala donde descansa el cuerpo del que yace, ellos fuman, beben, se platican de todo menos del muerto…
Para ellos, ellas las mujeres sus señoras son las encargadas de estos menesteres poco masculinos, quiero decir que ellos los señores, son más bien muy cobardes y ellas sus mujeres muy valientes y ellas las esposas enfrentan todo este jolgorio de la muerte mexicana…
En los cementerios donde hemos los mexicanos depositados los restos mortuorios de los que amamos tanto cuando vivían, nos reunimos para rezar, para hacer mayúscula tertulia, para comer y compartirles a nuestros muertitos los platos que ellos disfrutaron en vida, les preparamos sus guisos favoritos.
Hay un ritual que es imposible dejar de mencionar… las ofrendas, estos altares que dedicamos a los caídos en plena batalla con la vida, es sin duda un sincretismo enorme de nuestras culturas americanas y prehispánicas amalgamadas con los ritos judeocristiano católicos, les ponemos a los muertos de la familia una mesas adornadas convertidas en aras, con los alimentos de su preferencia, mole poblano, mole de caderas, frutas del sureste mexicano, plátanos, ciruelas, melones… y por supuesto les apostamos ahí mismo sus bebidas favoritas: cervezas, aguardiente de caña, coñac, brandy y no debe faltar el elixir nacional “el tequila”.
Un día hace muchos años allá en mi tierra y con mi madre, le cuestioné ¿Ma´ y como se comen los muertitos las comidas que les dejamos? (la noche anterior al dos de noviembre fecha en que celebramos a nuestros desaparecidos). Su respuesta, categórica y contundente sin dejar cabos sueltos para mi duda, fue: Ellos vienen (no mencionó como) se comen el sabor de los alientos y se van…
Hubiera querido quedar conforme con esta respuesta, pero la primera duda que me surgió fue, que raro por que al otro día cuando nos comemos lo que dejaron nuestros muertos todo sabe rico, sabroso, no comprendo como es que se llevan los sabores, pero bueno, entre el respeto y el miedo a mi Carmeluchi preferí continuar hasta el día de hoy con esa incertidumbre
GRACIAS AL MUERTO
Hace tanto tiempo que necesito
decir cosas, ideas, sentimientos,
acaso el muerto, la urna; la hija,
mirar con alegría la muerte del mismo.
Y a la muerte misma.
Mis hermanas, mis hermanos, unos
están, otros faltan. De manera final
nosotros juntos, mi madre, mis hijos,
todos juntos ahí, unidos por el extinto.
Y por la muerte misma.
Caminamos las sendas de la vida,
caminamos los senderos de la muerte,
unos se van y muchos llegan,
Se me va a llenar el mundo.
Y estaré con Dios no con el muerto.
Y voy a tener que hacerme
un lugarcito para no pelear,
para no tropezar, para tranquilo
estar yo solo y con Él.
Y estaré con Dios no con el muerto.
Así, sin temor por los caminos
andar, sin temor por las vidas
caminar, como por el muerto,
con mi sangre los caminos caminar.
Carlos López Carmen
04 de noviembre de 2003
9:37 AM.
Conflictos Dramáticos
lunes, 3 de noviembre de 2008
1. Personaje contra su destino.
En silencio esperaba la hora cero, ya había cerrado las puertas con llave y se había instalado en el cuarto mas apartado de la casa, listo, para esperar la muerte. Bien sabía lo que sufriría, había firmado un pacto con la muerte el día en que murió por primera vez. Aquella vez en que vio su cuerpo desprendido de la conciencia, sin vida, una huida de la muerte lo llevó a encontrarla en el borde de una ventana. Como un susurro llegaron las palabras «Ya es hora», pero la negación del alma no sucumbió ante el deber de la oscura dama.
Con un sentimiento delgado de arrepentimiento se alejó la muerte dejando regresar al hombre a su cuerpo, mal herido, cumplió con lo acordado: Se deslizó por la puerta entreabierta de una casa tranquila, el agua para el té hervía en una vieja estufa, y la televisión hablaba sin espectadores conscientes, sólo un anciano que dormido había dejado caer un plato al suelo se encontraba en el lugar. Nadie lo escucharía morir, la flama fue apagada con un soplo y el gas corrió por los pulmones. Un trabajo estaba hecho, había cumplido, la tarea lo horrorizaba, pero era lo acordado: «Harás el trabajo de la muerte en tu lugar de vida, serás recompensado con el tiempo que robes, pero al final, sufrirás tanto como sufrieron tus víctimas»
El único objetivo de su vida había cambiado con el tiempo, la rabia de su ser lo había manipulado y controlaba su pensar, quería hacer caer a aquel que le había quitado la familia, ese horrendo hombre que avaricioso había dejado de lado los intereses de quienes lo rodeaban, y siguió sin control terminando con la vida de muchas personas.
Siguió con su trabajo, cada vez que se presentaba tiraba una cuerda o manipulaba un pensamiento suicida en alguien que sería parte de un circulo de vida y muerte. Mientras tanto seguía en búsqueda de la venganza que tanto anhelaba.
Allí estaba, sentado frente a un plato de pescado en un fino restaurante, ¡la salida del pacto ahí estaba!, no tardó ni cinco minutos, se abrió paso con una expresión brava, tomó el cuchillo sin filo para mantequilla y lo recargó contra el corazón del otro.
La muerte se presentó, él dormía, traía consigo los fantasmas, resultados de la venganza del hombre, jugaron con su prisión terrenal y lo llevaron a donde ellos habían sido enviados. La muerte rió y pensó «Que irónica es la vida»
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jueves, 30 de octubre de 2008
Felicitaciones a los que salen en este número.
Los demás saldrán para el siguiente.
Un abrazo
Gerardo Oviedo
Taea 2: Desarrollo de línea argumental
martes, 28 de octubre de 2008
Camino a Monte Carlo pensaba en cuál sería mi destino, hoy hace tres meses que salgo de mi casa pretendiendo ir a trabajarla tierra, esa que habíamos perdido en la expropiación y que por cuestiones de salud había ocultado a mi esposa.
–La cosecha se nos echó a perder –dije justificando el por qué no habíamos recibido el último pago.
–No te preocupes, ya en seis meses recibimos el otro, mientras podremos vivir e los ahorros. Pero no habría próxima, todo estaba perdido, ni tierras, ni trabajo, ni dinero, ni ahorros, nada, lo que teníamos apenas alcanzaría para comer una semana más.
Iba a Monte Carlo a gastar la última esperanza que podía haber en mi. Ramón dijo que no fuera.
–Nada hay de real en esas apuestas, todo es en beneficio de los que las organizan.
–Ya no me queda nada, es mi última esperanza.
Llegué a Monte Carlo pasadas las tres, justo cuando comenzaban las apuestas apenas reunia el premio para la apuesta del premio grande. Aposté todo y me senté a esperar,
Una pelea tras otra sin pena ni gloria, todo podía cambiar de un momento a otro y verme en la tuina completa ya sin esperanzas, sin vida.
Gané, sí gané todo, tendría dinero para vivir cómodo con Elena lo que nos quedaba de vida. Me entregaron el certificado para recoger el dinero al otro día, todo era perfecto.
Llegué a casa y Elena no estaba, abrí el papel, todo parecía normal, excepto una cosa. La última clausula en letras diminutas como suele ser, se leía: el premio sólo podrá ser cobrado después del suicidio de quien lo gane.
Así fue.
Ma
lunes, 27 de octubre de 2008
Tomó el camino de la muerte diez días antes de sus ochenta años y la parí en mi corazón, ahora ella vive conmigo en mi interior y nos iremos juntos de aquí. Nunca manifesté apego alguno a ella o a su persona, pero lo hubiera querido hacer…
Sólo sé que mi Carmeluchi, mi madre, fue ruda por siempre, de ahí mi persona y mi personalidad recia de fruncidos ceños, de caras de malo, de cuerpo erguido y listo para la riña como jaguar agreste, silvestre y montaraz. Le aprendí a mi mamá las ganas de trabajar, las ganas de no perder y siempre triunfar.
De febrero de dos mil ocho al diez de agosto de este mismo año que estamos cursando, conviví con ella primero en el hospital, después en la casa en que me crió, la casa de donde salí para la primera boda, la casa de mi vida.
Estuvimos juntos justo en los momentos más importantes para ambos, cuando me parió y alumbró mis ojos con sus luces, me protegió con sus senos llenos de leche y de amor protector, le mamé su carácter, su templanza, su amor escondido y críptico, le acaricié los dedos con mi cuerpo prieto y pequeño, la dejé que me limpiara, que me abrigara con su piel y con sus manos, le quite los sueños nocturnos con los chillidos hambrientos de madre, por la Gracia de Dios siempre me los calló.
Estuvimos contiguos en los instantes precisos de nuestras vidas y de nuestras muertes. Sólo la acompañé todos los días que estuve con ella, le acerqué el agua, le arrimé los remedios, se los dí en los labios cuando pude y cuando ella pudo sorberlos, le acaricié más con los ojos de mi alma y de mi corazón que con mis tactos, aunque también le rocé sus rostros con mis manos, el rostro del dolor, el del miedo, el de la confusión y finalmente le mimé la carne muerta de su cuerpo.
Lloré hasta el infinito por que no pude evitarlo, pero no estuve triste, estuve feliz con su muerte, sólo sentí un dolor infinito que me arrancó un alarido que no terminará sino hasta que nazca a la muerte mía y nos hallemos a donde el Padre disponga.
Y por todo esto le escribí estás letras a manera de poesía libre, emancipada de rencor, franca de dolor y con un liberto, abierto y soberano amor.
MA
Ma´, no se cómo decirte que te amo,
pues no estoy quizá preparado para ello
sin embargo siento un dolor desgarrador
aquí en mi pecho, por no poder ser
suficientemente elocuente para hacer un manifiesto
de mis sentimientos hacia ti, pues eres
mi mamá, lo mejor que me dio mi señor Dios.
Alguna vez en mi torpeza juvenil, reproché, me quejé y
quizá hasta maldije, pero seguro me hallo de que todo aquello
debió de ocurrir para saber que te AMO MAMÁ.
Sé que somos diferentes. Llevamos la misma sangre
y así mismo sangres diferentes, yo con mis defectos,
tu con tus virtudes de madre abnegada, firme y fuerte
ahora te extraño, y no sabes cuánto.
Ojalá tenga los arrestos,
la voluntad, la bendición y el tiempo de tenerte acá en mi corazón,
quererte, amarte, respetarte y comprenderte,
y apoyarte sin reservas.
Quiero saber y sentir lo que llevas dentro
y hacerlo mío como aquella preñez de nueve meses
y casi cinco kilos que convivimos juntos hace ya tanto tiempo.
Ma´, no se como darte lo que te mereces,
ya basta de sufrimientos, de fracasos y problemas
ya basta de no hablarnos de amor, necesito que me ames
y me lo digas también, te amo para siempre Ma´.
Recuerda que tenemos un trato para siempre,
si llego primero a la meta de la vida,
desde allá te he de cuidar y quizás hasta espantar,
y si tú me ganas, te encargo que me mimes, el resto de mi vida.
María de la Luz del Carmen del Niño Jesús,
gracias por ser mi mamá,
sabes bien que todo lo que soy,
es tuyo y te lo debo a ti, te quiero mucho mamá.
Carlos López Carmen
25 de agosto de 1999
8:54 PM.
Nació con el león de agosto sobre sus espaldas y la fortaleza de un Merino en el alma, el aliento de ambos y la energía de Dios en el corazón, en mil novecientos sesenta y tres nos graduamos al unísono, ella como mi madre y yo como su hijo. El veinte de agosto de mil novecientos veintiocho la parió mi abuela Josefa, mismo año en que el mundo vio nacer al médico, revolucionario y comandante Ernesto Guevara de la Serna.
Tomó el camino de la muerte diez días antes de sus ochenta años y la parí en mi corazón, ahora ella vive conmigo en mi interior y nos iremos juntos de aquí. Nunca manifesté apego alguno a ella o a su persona, pero lo hubiera querido hacer…
Sólo sé que mi Carmeluchi, mi madre, fue ruda por siempre, de ahí mi persona y mi personalidad recia de fruncidos ceños, de caras de malo, de cuerpo erguido y listo para la riña como jaguar agreste, silvestre y montaraz. Le aprendí a mi mamá las ganas de trabajar, las ganas de no perder y siempre triunfar.
De febrero de dos mil ocho al diez de agosto de este mismo año que estamos cursando, conviví con ella primero en el hospital, después en la casa en que me crió, la casa de donde salí para la primera boda, la casa de mi vida.
Estuvimos juntos justo en los momentos más importantes para ambos, cuando me parió y alumbró mis ojos con sus luces, me protegió con sus senos llenos de leche y de amor protector, le mamé su carácter, su templanza, su amor escondido y críptico, le acaricié los dedos con mi cuerpo prieto y pequeño, la dejé que me limpiara, que me abrigara con su piel y con sus manos, le quite los sueños nocturnos con los chillidos hambrientos de madre, por la Gracia de Dios siempre me los calló.
Estuvimos contiguos en los instantes precisos de nuestras vidas y de nuestras muertes. Sólo la acompañé todos los días que estuve con ella, le acerqué el agua, le arrimé los remedios, se los dí en los labios cuando pude y cuando ella pudo sorberlos, le acaricié más con los ojos de mi alma y de mi corazón que con mis tactos, aunque también le rocé sus rostros con mis manos, el rostro del dolor, el del miedo, el de la confusión y finalmente le mimé la carne muerta de su cuerpo.
Lloré hasta el infinito por que no pude evitarlo, pero no estuve triste, estuve feliz con su muerte, sólo sentí un dolor infinito que me arrancó un alarido que no terminará sino hasta que nazca a la muerte mía y nos hallemos a donde el Padre disponga.
Y por todo esto le escribí estás letras a manera de poesía libre, emancipada de rencor, franca de dolor y con un liberto, abierto y soberano amor.
MA
Ma´, no se cómo decirte que te amo,
pues no estoy quizá preparado para ello
sin embargo siento un dolor desgarrador
aquí en mi pecho, por no poder ser
suficientemente elocuente para hacer un manifiesto
de mis sentimientos hacia ti, pues eres
mi mamá, lo mejor que me dio mi señor Dios.
Alguna vez en mi torpeza juvenil, reproché, me quejé y
quizá hasta maldije, pero seguro me hallo de que todo aquello
debió de ocurrir para saber que te AMO MAMÁ.
Sé que somos diferentes. Llevamos la misma sangre
y así mismo sangres diferentes, yo con mis defectos,
tu con tus virtudes de madre abnegada, firme y fuerte
ahora te extraño, y no sabes cuánto.
Ojalá tenga los arrestos,
la voluntad, la bendición y el tiempo de tenerte acá en mi corazón,
quererte, amarte, respetarte y comprenderte,
y apoyarte sin reservas.
Quiero saber y sentir lo que llevas dentro
y hacerlo mío como aquella preñez de nueve meses
y casi cinco kilos que convivimos juntos hace ya tanto tiempo.
Ma´, no se como darte lo que te mereces,
ya basta de sufrimientos, de fracasos y problemas
ya basta de no hablarnos de amor, necesito que me ames
y me lo digas también, te amo para siempre Ma´.
Recuerda que tenemos un trato para siempre,
si llego primero a la meta de la vida,
desde allá te he de cuidar y quizás hasta espantar,
y si tú me ganas, te encargo que me mimes, el resto de mi vida.
María de la Luz del Carmen del Niño Jesús,
gracias por ser mi mamá,
sabes bien que todo lo que soy,
es tuyo y te lo debo a ti, te quiero mucho mamá.
Carlos López Carmen
25 de agosto de 1999
8:54 PM.
El primer amor
domingo, 26 de octubre de 2008
La primera. Prostituta de hueso colorado y sin nombre, hermosa, voluptuosa, morena de sabor a sal del mar de mi tierra jarocha, sensual y abundante. Hice el trato financiero con ella y nos arrinconamos en un cuartucho oscuro, insalubre, con el lecho impregnado de huellas mortales de batallas en las que sabrá Dios, quienes habrán sido los contendientes, y cuantos difuntos hubo; me dijo cuando apagué la luz, abrumado por la vergüenza pudorosa de la “primera vez”, desnudo ante una mujer de verdad, llena de senos, de pezones prietos, de nalgas abundantes, de vellos púbicos e hirsutos, de carnes pecaminosas y oscuras de canela y bronce acharolado - enciende la luz, por que aquí espanta - me dejó estupefacto y aterrado con sus palabras, continuó con otras más, - y ordenó - quítate la ropa - así, sin más ni más; ningún lubricante verbal, fue una pasión dolorosa despojarme de mi atuendo, me había hecho acompañar al prostíbulo, “El Puerto Rico”, por mis amigos y compañeros escolares de entonces, Eduardo Bianchi González y Ángel Velasco Guevara, ellos aguardaron afuera de la habitación de terror, en la que me había internado con la esperanza de una adultez al vapor, miraron los espectáculos ofrecidos por las meretrices y sus compradores. Mientras yo continuaba en mi inaugural tortura erótica. Ella, despojada de sus escasos trapos, se acostó boca arriba, sobre aquella verdadera piedra de sacrificios prehispánicos, me llamó hacia su cuerpo inverosímil para mí, turgente y suave; me acerqué con la protección del miedo, y arrimé mi cuerpo juvenil y adolescente de estás experiencias, me arropé en sus pieles sudorosas y aromáticas de incienso sensual y venéreo, me abrigó con sus brazos de madre iniciadora, me cubrió con sus piernas de tentáculos afrodisíacos y me envolvió en un torbellino de pasiones desconocidas, de palabras ignotas, me froté contra su aliento, mi sexo contra el suyo, percibía su sensualidad húmeda como las rosas al amanecer abigarradas de rocíos. Mi virilidad comenzó a dar signos de una vida propia que no le conocía. Mi dama primera percibió mi inexistente maestría este arte del carnal, y al no invadir con mí escuadrón de milicia el campo de batalla, tomó con sus manos al general de mi ejército y lo dispuso a la entrada de aquel dédalo de caminos y veredas concupiscentes de placer y de amor confuso.
Se mantuvo erguido mi soldado alférez, adornado con el estandarte de la virilidad nueva, firme en esta reyerta, hasta insospechado tiempo, los toques de retirada de mi enemigo se escucharon en sonoras peticiones… yaaa, yaaa… ???
No comprendí a que se refería con esas voces, hasta que sin miramientos y enérgica, increpó, ¿YAAA?; ¿ya qué? – Pregunté – ¿ya te veniste?, no comprendo – le contesté – y con una ternura infinita y una dulzura eterna de voz maternal, me explicó, ¿qué si ya terminaste?; una vez más hice un mohín de ignorar a lo que se refería, y otra vez ella, con una gran suavidad materna; esclareció mi confusión, ¿si ya eyaculaste?; ¡haaa!, no, todavía no – respondí -, sonrió con pudor y me dijo, “mira, esto no puede durar tanto; por que ya están otras personas esperando este sitio” , miré con desconsuelo a mi dama inaugural, y al ritmo de sus palabras, entonaron sus caderas un son caribe, sensual, cadencioso y acompasado, con la intención de acelerar, los brotes del cólera febril de mis entrañas, se acaballó sobre de mí y los sudores de su cuerpo intentaron incendiarme, sin lograr avivar la chispa, que iniciara la deflagración final; así que mi tutora se encargo de ella misma, y con espasmos convulsos y sonoros, se le iluminó el rostro de placer y sorpresa, pues hacía mucho que no venía a ella está pasión con un desconocido; inhalaba el aire con dificultad y lo enrarecía con sus exhalaciones de pavesas ardientes, restos del volcán que le eructó en lo más interno de sus entrañas maternales, se relamió con las manos los cabellos negros y húmedos, los afanes salobres de la batalla, me miró, entornó los ojos… espero un poco a retomar la respiración, “y me hechizo”, hasta el día de mi muerte. Me dijo, “Tu vas a ser muy bueno con las mujeres”; por la premura del momento me vestí a toda prisa, las apuraciones de mi institutriz, y la mía de querer salir de ahí, me hallaba sofocado, angustiado, desencajado por la experiencia, de los amores pagados, por las luces mortecinas y los aromas de bazofia de burdel barato. Hallé a mis aliados, en medio de flashes verbales de ambos, me aturdían con preguntas y cuestiones, en cuanto a los resultados del amor virgen mancillado. Permanecía callado, dubitativo, con más dudas y preguntas en mi cabeza. Mismas que han vivido conmigo por los siglos de los siglos, sin embargo, ya no me importan las respuestas a esas demandas, pues las vidas, las mujeres, las mías y las ajenas, me llenaron de amores, sudores, resplandores y me llenaron de ellas mismas, de sus cariños, de sus sexos, de su poesía, de sus cabellos, de sus pensamientos, de sus celos.
Hoy estoy lleno de ellas, mis bellas y hermosas mujeres.
Carlos López Carmen
ANTÍTESIS DEL CATOLICISMO
Me llenó de miedo desde pequeño el pecado mortal, el catecismo insondable*, los mandamientos de insospechados castigos, los prelados* y sus excesos, las monjas y su necesidad de ser amadas, la pederastia* de los vicarios*, los templos oscuros de humedad rancia y temerosa, los rezos nocturnos agotadores enormes y sin fin, los diurnos llenos de peticiones y los vespertinos sin razón evidente, el Rosario ineluctable* para la unidad familiar.
Recuerdo a mi madre conmigo en mi cama de dormir, repitiendo con ella con mis labios y con mi corazón, el Padre Nuestro, el Ave María, el Dios te Salve, los Cuatro Angelitos. Hube estado lleno de oraciones y rezos desde mí nacimiento, todos estos, procesos inescrutables* para mí mente pueril*, pues fueron dichos sin pensar y repetidos sin libertad. Al cabo de los años llegaron las caídas, los tropiezos, y sobre todo los libros, las lecturas, mis lecturas, mi Biblia y de ahí mis favoritos: Juan, Marcos, Lucas y Mateo, ellos los de la buena nueva. Y luego, en contradicción con las bienaventuranzas y buenas noticias cristianas; las terribles historias del Antiguo Testamento, estas son algunas de ellas: la de Sodoma y Gomorra, Lot y su esposa conversa en escultura salina. Job y todo ese cúmulo de desgracias que le caen encima, sólo por una ligera desavenencia entre el Padre y Luzbel, el capricho de Dios para demostrarle al diablo su poder, y la Fe inquebrantable de ese bendecido hijo suyo. Yahvé, el terrorífico Dios de los ejércitos maldiciendo sin ton ni son, y el Génesis abigarrado* y barroco* de congruencias cifradas sólo para los dogmáticos, iridiscentes e ilustres ovejas del rebaño papal, manada bucólica* de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, y nunca CRISTIANA, este, el Jesús que ilumina mi camino, está desaparecido de este grupo sectario, más resuelto a conseguir bienes materiales que espirituales. Como dicen ellos mismos, que Dios los salve de su locura y de su incongruencia.
Recuerdo a un sacerdote y escritor jesuita español de origen, de nombre Salvador Freixedo, leí dos libros de él: Extraterrestres y Religión; y ¿Por qué agoniza el cristianismo? El resultado por haberse dado la oportunidad de pensar, de elucubrar, de tratar de discernir, fue la excomunión y excomulgación del Vaticano, por que este es el concepto papista*, “si no estás conmigo, estás contra mí”. He buscado en los diversos textos que se han cruzado por mi camino, algún mensaje de castigo y escarmiento de mi señor Jesucristo, incluso en la Biblia, la católica, la protestante y no hallo ninguno. Jesús, la encarnación del Padre Eterno o Quizá MADRE ETERNA, por que tampoco me queda claro por que siempre mencionamos a Dios como un ser MÁSCULINO. (El Dios, y no La Diosa). Y en ninguno de estos libros y menos en mi mente ya casi libre del pernicioso catolicismo, encuentro al Dios del pecado, del castigo, de la venganza y menos por el comportamiento infantil e ignorante de los hombres. Y veo claro en el mensaje de Jesús una señal de cariño, un aviso de amor, de tolerancia hacia los semejantes, como “Él” mismo la tuvo con sus plagiarios* y verdugos (LOS ROMANOS Y LOS JUDÍOS), para mi son estás las palabras, más importantes que mencionó Mi Señor Jesucristo, AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS, Y AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO. ¡Carajo!, ¿Cómo voy a poder aplicarme a mi mismo estos preceptos, si estoy lleno de terror por ese Dios de los ejércitos, y de resentimientos por los seres humanos que tengo contiguos? Con estos dos preceptos con que nos ilustró la vida “El Mesías” como pilares vertebrales, tendríamos una verdadera religión, y parto de la base que la palabra religión significa, RELACIÓN, y si me comporto de esta manera con Dios y con mis semejantes estaré en paz conmigo, tendré amor para mi y este amor se derramará a todo mi alrededor.
Sin embargo lo visto hasta el día de hoy es sólo una constante lucha de poder entre los que creen que tienen la verdad, (LOS CATÓLICOS FUNDAMENTALISTAS, RECALCITRANTES Y OBSERVADORES DEL PECADO AJENO) y la verdad misma, pues esta no es privativa de nadie, está ahí en el aire para uso de que cada persona, cada humano, de cada uno de nosotros que queramos dejar de sufrir internamente y ser libres como lo proponen todos los gurús de la AUTO AYUDA y la SUPERACIÓN, que se hacen multimillonarios con la venta de sus libros y publicaciones.
Es cuanto compañeros.
* GLOSARIO
Insondable.- Inescrutable, ineluctable, indescifrable, inexplicable, oscuro, misterioso.
Plagiarios.- Secuestradores, estafadores, ladrones.
Prelados.- Obispos, cardenales, vicarios, nuncios, clérigos, curas, sacerdotes.
Pederastia.- Abuso sexual cometido con niños.
Pueril.- Infantil, inocente, ingenuo, tierno.
Abigarrado.- Barroco, confuso, sobrecargado, estridente.
Bucólica.- Pastoral, campestre, agreste, silvestre.
Papista.- Partidario de la rigurosa observación de las disposiciones del Sumo Pontífice.
Recalcitrante.-
Carlos López Carmen
24 de septiembre de 2008
9:32 AM
BOLETIN DE PRENSA
SECRETARÍA DE CULTURA DE PUEBLA
DIRECCIÓN DE LITERATURA
5 ORIENTE # 201
CENTRO HISTÓRICO
TEL. Y FAX (222) 246 33 29
casadelescritor@puebla.gob.mx
Heroica Puebla de Zaragoza a 25 de octubre del 2008
LECTURAS LITERARIAS DE LOS ALUMNOS DE LOS TALLERES DE LA CASA DEL ESCRITOR
El próximo lunes 27 de octubre, a las 18:00 horas, en el Auditorio de la Casa del Escritor, 5 oriente 201, leerán sus propios trabajos de creación literaria nueve alumnos del taller de novela del escritor Gerardo Oviedo.
Con esta actividad iniciaremos un programa de lecturas de los alumnos de los talleres de la Casa del Escritor con la finalidad de confrontar –en una lectura pública- los textos de estos jóvenes creadores con el público. Esta es, digámoslo así, una de las pruebas más difíciles para cualquier escritor: someter sus textos al juicio del otro.
Cinco de los talleristas que leerán sus textos el próximo lunes, bajo la conducción de su maestro Gerardo Oviedo, redactaron a manera de presentación pequeños textos biográficos. Son los siguientes:
JULIA SALINAS
Soy chihuahuense de nacimiento, veracruzana de corazón y poblana por convicción. Me apasiona la literatura y me gusta escribir en un intento por profundizar en mí para entender a quienes me rodean. Me gusta la novela, la poesía y el cuento. Mi meta es escribir una novela bien hecha y publicarla antes de estirar el dedo aunque tenga que cantar en los camiones para hacer la coperacha.
JOSE JAVIER BÁEZ ROJAS
Nací en el estado de Tlaxcala, en Xaltocan. De niño siempre quise saber el porqué de las cosas, por esa razón, le abrí el corazón a un carrito de cuerda y descompuse un radio de bulbos. Obtuve la maestría y el doctorado en Física Aplicada en el Instituto Tecnológico de Tokio. Un alumno me preguntó un día: ¿A poco si sabe hablar japonés? Sí, claro, viví en Japón más de 6 años y medio. A ver, dígame como se dice encendedor. Después de explicarle como se escriben y se pronuncia, me dijo, está usted mal doctor, se dice SAKAYAMA. Desde entonces él y sus amigos empezaron a decirme Sakayama Sensei. Ahora me llamo Hose Sakayama.
ALEJANDRA LÓPEZ CAMACHO
Soy una luna sin planeta, las buenas lenguas dicen que soy historiadora, las malas, pintora y las peores, escritora. La escritura me libera, me permite navegar en mis pensamientos, en mis recuerdos, en mis fantasías y en lo desconocido. Ya soy la "Pridiguman", "Carmen" y "Luisa", espero ser muchas más y que algún loco desesperado lea mis escritos y un cuerdo animado me invite a bailar de vez en cuando.
VIRIDIANA LOZANO ORTIZ
Nací, crezco y vivo en Puebla. Descubrí mi gusto por escribir cuando, en sexto año de primaria, leí un ensayo de tres hojas para el día de la bandera y todos quedaron sorprendidos. Tiempo después me enteré que la maestra se lo había dado a su hija para que entrara a un concurso, cuando a mí me había dicho que mi texto no cumplía con lo necesario. Jamás supe si el ensayo ganó, pero nadie me quitó de la cabeza que tal vez lo que escribía podría servir de algo, mucho menos, cuando ahora me sirve a mí y eso es más que suficiente.
IVONNE BAUTISTA
Nací en México, un día celebre, el 2 de noviembre, a las nueve de la mañana. Pero soy más poblana que los camotes, porque siempre he vivido en Puebla. La escritura y la lectura forman parte de las muchas pasiones que tengo en la vida. Me gustaría aprender a escribir correctamente cuentos, novelas y todo lo que se pueda, porque pienso que es el mejor alimento para el alma y la mente.
Además estarán: Carlos López Carmen, Óscar Gómez Romero. Alma Carbajal Guzmán y Miguel Ángel Bautista.
LECTURA DEL TALLER DE NOVELA
sábado, 25 de octubre de 2008
Lectura de textos de integrantes del Taller de Novela, lunes 27 de octurbre de 2008.
6 pm, Casa del Escritor (5 oriente # 201. Centro Histórico. Puebla, Pue.)
1.
JULIA SALINAS
Soy chihuahuense de nacimiento, veracruzana de corazón y poblana por convicción. Me apasiona la literatura y me gusta escribir en un intento por profundizar en mí para entender a quienes me rodean. Me gusta la novela, la poesía y el cuento. Mi meta es escribir una novela bien hecha y publicarla antes de estirar el dedo aunque tenga que cantar en los camiones para hacer la coperacha.
2.
JOSÉ JAVIER BÁEZ ROJAS
Nací en el estado de Tlaxcala, en Xaltocan. De niño siempre quise saber el porqué de las cosas, por esa razón, le abrí el corazón a un carrito de cuerda y descompuse un radio de bulbos. Obtuve la maestría y el doctorado en Física Aplicada en el Instituto Tecnológico de Tokio. Un alumno me preguntó un día: ¿A poco si sabe hablar japonés? Sí, claro, viví en Japón más de 6 años y medio. A ver, dígame como se dice encendedor. Después de explicarle como se escriben y se pronuncia, me dijo, está usted mal doctor, se dice SAKAYAMA. Desde entonces él y sus amigos empezaron a decirme Sakayama Sensei. Ahora me llamo Hose Sakayama.
3.
ALEJANDRA LÓPEZ CAMACHO
Soy una luna sin planeta, las buenas lenguas dicen que soy historiadora, las malas, pintora y las peores, escritora. La escritura me libera, me permite navegar en mis pensamientos, en mis recuerdos, en mis fantasías y en lo desconocido. Ya soy la “Pridiguman”, “Carmen” y “Luisa”, espero ser muchas más y que algún loco desesperado lea mis escritos y un cuerdo animado me invite a bailar de vez en cuando.
4.
VIRIDIANA LOZANO ORTIZ
Nací, crezco y vivo en Puebla. Descubrí mi gusto por escribir cuando, en sexto año de primaria, leí un ensayo de tres hojas para el día de la bandera y todos quedaron sorprendidos. Tiempo después me enteré que la maestra se lo había dado a su hija para que entrara a un concurso, cuando a mí me había dicho que mi texto no cumplía con lo necesario. Jamás supe si el ensayo ganó, pero nadie me quitó de la cabeza que tal vez lo que escribía podría servir de algo, mucho menos, cuando ahora me sirve a mí y eso es más que suficiente.
5.
IVONNE BAUTISTA
Nací en México, un día celebre, el 2 de noviembre, a las nueve de la mañana. Pero soy más poblana que los camotes, porque siempre he vivido en Puebla. La escritura y la lectura forman parte de las muchas pasiones que tengo en la vida. Me gustaría aprender a escribir correctamente cuentos, novelas y todo lo que se pueda, porque pienso que es el mejor alimento para el alma y la mente.
(Por confirmar)
6.
Carlos López Carmen.
7.
Óscar Gómez Romero.
8.
Alma Carvajal Guzmán
9.
Miguel Ángel Bautista
10.
Orlando Oviedo Aguilar
Ahí nos vemos.
Y no se te olvide mandarme textos para su publicación dentro de "6 Grados de separación, suplemento cultural"
Un abrazo
Gerardo Oviedo
6 Grados de separación, suplemento cultural
miércoles, 22 de octubre de 2008
Seguimos en contacto
Saludos
Tarea 2
lunes, 20 de octubre de 2008
Texto 1.
Después de unas cuantas horas más, se aseguró de haber visitado todas las tiendas del centro comercial y se fue a la camioneta. Alegremente acomodó las bolsas en la amplia cajuela.
Vaya sorpresa que se llevó al sentarse al volante y ver el retrovisor, estaba sólo la silla para bebé que había comprado hace siete meses. Había perdido a su hijo.
Texto 2.
María había deseado este momento mucho tiempo atrás, cuando veía a aquellas señoras salir del centro comercial llenas de bolsas con cosas nuevas, se imaginaba a sí misma, pensaba que en unos años ese tendría que ser su destino.
Caminaba por el centro comercial, como en un sueño, pensando cuál seria su siguiente adquisición, con la cara en alto, queriendo encontrarse a alguien conocido.
No sentía el cansancio de las horas sobre sus pies, sus pasos parecían amortiguados por almohadas a su paso, parecía estar hundida en un sueño del que no quería despertar.
Después de muchas horas entre probadores, aparadores y cajas de cobro, finalmente, dio por terminada su tarea matutina, moría de ganas por llegar a su casa a acomodar en el closet toda aquella ropa nueva y a decidir qué usar mañana y a dónde salir a presumirlo.
Subió al auto, puso su bolsa en el asiento del copiloto, acomodó el retrovisor que había sido movido por el Valet Parking y fue entonces cuando un frio la invadió de pies a cabeza, se quedó inmóvil pensando las posibilidades, pero no había explicación, el niño debía estar con ella, y con nadie mas, pero no estaba, no recordaba haberlo tenido en su trayecto, sólo sabía que lo había perdido.
Tarea 1
Había pensado quedarme contigo hasta el final, después me di cuenta que era mejor huir, fue cuando salí en la madrugada para que no te dieras cuenta, cuando tomé mis maletas ya preparadas del closet y escapé sin zapatos para no hacer ruido.
Lástima que el vecino logró verme, quién saca la basura a esa hora, me pregunté. ¡Vecino chismoso!
—Lucy, ¿a dónde vas tan tarde? —preguntó tratando de asomarse
sobre las plantas para saber qué llevaba conmigo.
—Nada importante —o que le importe, quise contestar, sin mirarlo
a los ojos camine presurosa al carro y te dejé.
Fingió acomodar la basura para hacer tiempo, sin darle importancia arranque el carro y tomé mi rumbo. Recibo llamadas todos los días, Elena llamó ayer.
—Por lo menos dinos dónde vives, todos estamos preocupados,
Ramiro llama todos los días preguntando por ti, ayer estuvo a punto de llamar a la policía, por lo menos deja que le digamos que estas bien.
—¡No!, ni se te vaya a ocurrir decirle algo, si sabe es capaz que
viene a buscarme, lo que menos quiero ahora es verlo, necesito estar sola, cuando esté lista yo misma iré a decirle, como pasó todo —dije temerosa de tu reacción —si de verdad me aprecias no le digas nada.
Ayer, como era de esperarse, el vecino te lo contó todo con detalle, resulto saber hasta que zapatos llevaba puestos.
Ahora estas aquí, me has encontrado, sabía que si lo lograbas este sería mi destino.
V.L.O
Padrinos
lunes, 13 de octubre de 2008
Padre.- Bahh, ¿Para qué lo piensas tanto?, la niña está chica, deja que cumpla los tres años, y le festejamos las dos cosas.
Madre.- ¡Más tacaño no me podías salir! Nada más te falta no bañarte para no pagar el agua.
Padre.- Mmm, ¡buena idea, vieja!
Madre.- ¡Cochino! Bueno, ya dejemos esto, ¿Entonces?
Padre.- Pensaba en mi hermano, nunca le falta nada, seguro tiene unos ahorros por ahí, nunca le suelta nada a mamá.
Madre.- Creo que eso va a estar difícil…
Padre.- ¿Difícil?,
Madre.- ¿No te has enterado? Me contaron que tu cuñadita preciosa le anda poniendo los cuernos con un chamaco de la colonia.
Padre.- ¡Ha caray! Esa no me la sabía, ¿Quién te dijo semejante cosa?
Madre.- ¿Pues quién mas? María la vecina, se sabe todos los chismes de tres kilómetros a la redonda; quien sabe que andará diciendo de nosotros, que nadie se salva…
Padre.- Bien… entonces que piensas del Juacho, es nuestro amigo, y su esposa no creo que se lo niegue.
Madre.- ¿No crees?, si hasta dicen que su señora le pega, y conociéndola, que es igual de tacaña como otros… no va a querer.
Padre.- ¿Y eso quién…? ¡Ha! María…
Madre.- Obvio, obvio.
Padre.- Tu hermana, es soltera, pero igual puede apadrinar.
Madre.- ¡Ja!, soltera, pero no es tonta, no aceptaría sabiendo lo que le vas a pedir.
Padre.- Nada en especial…
Madre.- Aja si…Seguro le sacas hasta para el borrego, tus cubas y el sonido.
Padre.- Seguro Doña Julia y su esposo aceptan.
Madre.- Pero al señor le dan ataques, no quiero que a mitad de la misa se ande retorciendo.
Padre.- Yo nunca lo he visto retorciéndose, ¡Ha, pero que chismosa eres!, así nos vamos a quedar sin padrinos, ¿Ya ves?, mejor nos esperamos para los tres años.
Gómez R.
Naturaleza Mecánica
(Imagen y metáfora)
Gómez R.
Ejercicio Diálogo
domingo, 12 de octubre de 2008
-¿Será posible que los atrajera el limonero?
- No siñora, pa mí que estos condenados moscos vinieron por el pastel de miel que hice en la mañana.
- ¡Hay Clarita pero qué cosas dices cómo va a ser la miel, ni que fueran abejas! a ver llénate esta cubeta con cloro, yo creo que con eso se espantan.
- Hay siñora pus a mi me da rete harto miedo esto, son un chorro, qué vamos hacer, yo ya me cansé.
- ¡Que ya me cansé ni que nada! ¡Ándale muévete! yo creo que lavando el patio arreglamos todo esto, tu échale el agua ya verás que con eso se van.
- Oiga patrona pero pus es que yo ya me tengo que ir, hace una hora que terminé mi día, y pus sino mi marido se enoja.
-Pero Clarita, ¿no iras a dejarme sóla con todo esto?, yo no sé de estas cosas, además ya la semana pasada te día dos días libres porque tu hijo se había enfermado, has de cuenta que me estas pagando el favor y no te quejes.
-Pus si siñora, pero pus ya es tarde yo cómo me voy a mi casa, nomas tengo lo del micro y mi marido no me empresta pa el taxi, andeles siñora déjeme ir que ya es rete tarde, mañana vengo bien tempranito y saco a estos condenados moscos del patio.
- ¡No Clara! Entre más rezongues más nos tardamos y menos te vas, así que órale hay que apurarnos. Yo qué hago con tanto mosco en el patio, obvio no se puede quedar así.
- ¿Apurarnos?, pero pus si usted ni esta haciendo nada, nomas quesque los espanta, pero pus agarre la escoba siñora andeles que se me hace tarde.
- Mira Clara no me saques de mis casillas que ya tengo suficiente con todo este desastre, estos moscos no se van y todavía tú rezongando.
- Pus si siñora pero estos moscos nomas no se van, pa mí que hay que llamar a la policía o algo.
- La policía no tiene nada que ver con esto, sólo a ti se te ocurren esas cosas.
-Pus entonces llámele al siñor o alguien que nos ayude.
- ¿Cómo crees que mi marido nos va a venir a ayudar?, a él ni le importan estas cosas ha de estar muy ocupado.
- Hijoles siñora pus es que esto nomas no tiene pa cuando, ya tenemos un chorro de tiempo y nada que se largan, ¡mendigos moscos!
-Hay Clarita yo también ya me estoy preocupando, ya estoy cansadísima con todo esto, yo creo q mejor me meto a la casa, mañana me levanto tempranísimo con los niños para la escuela.
- Pero siñora ¿yo qué hago?
-Mira Clarita, te ruego que me resuelvas esto, no te me vayas a ir, acuérdate que la otra semana no vienes tres días con eso de la fiesta de tu compadre o no sé que. Es simple, haz que esos moscos se vayan del patio y te puedes ir a tu casita con toda tranquilidad ¿estamos?
- Si, siñora.
-Ok Clarita ¡Descansas!, nos vemos mañana tempranito que hay que limpiar la oficina del señor antes de las nueve.
V.L.O.
Ejercicio imágenes y metáforas
En el camino a lo profundo, donde mis pesadillas eran la textura de estos sueños como las lápidas serám las luciérnagas del sendero. En este camino vuelo por momentos aferrandome a las lámparas que son salvavidas como esta mesa es espacio sin explorar. Espacio de mi piel, mi boca, sólo espacio y nada mas.
V.L.O.
NUEVO TALLER DE NOVELA II
martes, 30 de septiembre de 2008
El Ultimo latir de un corazón
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Les hago entrega del cuento que elaboramos en el taller:
Donde relato la historia de Salvador que vive el amor y la amistad hasta encontrar el último latir de su corazón.
Dedico 1 minuto de silencio por los personajes que hoy fallecen y emprenden un viaje a todos los oídos que se dejen seducir por sus historias.
Los espero en
http://novak-chronicles.blogspot.com/
Sean bienvenidos todos sus comentarios,
Hasta Siempre a través del arte...
Rock & Chau!
el ladròn, el prìncipe y el dragòn
Marcel aprendió a no preguntarle, a dejar que fuese él quien le respondiese sin solicitárselo.. ese día supo que aunque no fuese el padre que él imaginaba con tener, los quería. Los quería más de lo que él mismo imaginaba, porque ni siquiera Yayitsu sabía cuanto los quería.
Durante los días entrenaba con su hijo y Umako, incluso algunas veces también mandaba llamar a William. Por las tardes jugaba con su pequeña hija. A prendió que el orgullo no sirve con los seres que amas, que solo te aleja de ellos. Por las noches le hacía el amor a su mujer, le dolía tanto el corazón. Tenía tanto miedo de que fuese el último día. Pronto pasó el invierno, así que las tropas estaban listas, pero la batalla no fue necesaria, el emperador había muerto. Yayitsu era ahora, el emperador.
Un año pasó desde que Camil volvió por vez última a Japón, y ambos sabían que había llegado la hora de despedirse. Y dos personas como Camil y Yayitsu no podían despedirse así, sin más, con un adiós insulso, con unas palabras dichas a un sonido tortuosamente repetitivo... tenían que hacer la última locura juntos.
–Llévame a ese lugar tan bonito ¿recuerdas? Cuando regresamos de Paris me llevaste allí y luego, cuando me dejaste embarazada por segunda vez, fue en aquel sitio.
–Está lloviendo mujer, no seas loca.
–No creo que la lluvia pueda hacerme ya mucho daño –rió mientras sujetaba su pecho a la altura de su corazón.
Yayitsu tardó unos segundos en asimilarlo. Sus ojos estaban dilatados y sus manos frías como le hielo, como si cualquier atisbo de calidez se hubiese esfumado de su cuerpo. En cambio Camil estaba tan caliente que parecía hervir de vida. Sabía lo que significaba eso, la vela que destella antes de apagarse. – “¡Maldita sea! ¿por qué la vida me negó la felicidad?. No, no fue la vida quien te arrebató la felicidad, fuiste tu mismo. Tu maldito orgullo que no te dejó perdonarla, porque la habías condenado a algo peor que la muerte. Por eso la vida se la llevo. Para que no la hicieras sufrir. ¿Por qué el tiempo había pasado tan rápido?. Los años habían pasado como arena entre sus dedos, se le había escapado la vida sin hacer muchas cosas que hubiera querido, sin decir mucho de lo que necesitó decir. En cambio Camil había vivido plenamente, jamás guardó ningún pensamiento, ningún sentimiento que no saliera de esa gran boca que adoraba tanto como había odiado en tantas ocasiones.
–Yayitsu no irás a llorar ahora, mi rey, mi gran señor... llévame allí...
Rozó sus mejillas con los dedos de sus manos, esas manos brutas que fueron enseñadas a hacer daño, y que tocaban ahora, la única mujer que había amado en su vida, la única con que disfrutó plenamente hacerla suya. La única que habitaba su alma. Ni siquiera se percató de que estaba llorando, por primera vez no lo consideró humillante, ni se avergonzó de hacerlo, aunque si se sintió tan extraño. Con un gruñido visceral apartó sus auto lamentaciones y, levantándola como una pluma, la estrechó contra su pecho, congeló su imagen en un segundo eterno, y partió en su caballo a mucha velocidad entre las gotas de lluvia que caían implacables.
En la playa había cesado de llover y una agradable brisa marina señoreaba el lugar, dotándolo de un encantador clima, caliente y electrizante al mismo tiempo. A lo lejos caían los rayos fundiéndose con el mar, y las olas del temporal arrancaban lamentos a las rocas de un acantilado cercano. Se acomodaron en la arena junto a una palmera y por unos instantes ninguno de los dos dijo nada, perdiendo sus miradas en las luminiscentes y furiosas ramificaciones de energía que se fundían con el mar.
–Así somos tu y yo Yayitsu, así...
–¿Cómo?
–Como los rayos de la tormenta que caen en el mar en temporal –Yayitsu sonrió. Ella era el mar, implacable cuando había que serlo, tranquilo como un bálsamo en otras ocasiones, hermoso como sus ojos azules. Y él era como los rayos, implacable, tormentoso y atormentado. Hiriente a salvo las olas, atraído por el agua de ese mar maravilloso de forma incomprensible, mágica, extraña...
–Lo hicimos bien...
–¿A que te refieres Camil?
–Como padres –un nudo en la garganta ahogó un sonido conformista.
–Tú sí... –reconoció mientras se iluminaban sus ojos con un rayo.
–Y tú también Yayitsu, mira nuestros hijos, hicimos un buen trabajo.
–Tú sí... –repitió de nuevo. – yo nunca fui...
–¿Cómo Jomei? –Yayitsu asintió levemente. Si hubiera querido pasar la vida al lado de un hombre como él, no me hubiera enamorado de ti, mi príncipe.
La miró extrañado y de nuevo las preguntas afloraron a sus labios sin palabras. Pero ella siempre comprendía. Camil siempre sabía lo que pensaba, lo que quería, lo que necesitaba. –“Oh, Camil, no sabes cuanta desesperación siento, al tener que verte partir” -.
–Mi amor, no sabes que feliz me hiciste. A tu lado conocí la más grande felicidad. Te estaré esperando.
–¿Incluso en la otra vida piensas esperarme?
–¡Por supuesto! ¡No te vas a librar de mi tan fácilmente!
–No quiero librarme de ti...
–No sigas, que me vas a hacer llorar. No estoy acostumbrada a que seas tan sincero con tus sentimientos.
–Nunca estás contenta mujer, cuando no hablo quieres que lo haga y cuando hablo, prefieres que me calle. ¿Alguna vez estarás contenta?
–Solo cuando me abrazas –Yayitsu percibió la debilidad en aquel hilo de voz calmado, la visión perdida en unas luces que no eran las de los rayos y supo que la hora estaba más cerca que nunca. Su corazón dolió tanto... como si se lo arrancasen de cuajo y le clavaran mil puñales al rojo vivo. No quería que se marchase.
–Camil... –susurró con desesperación.
–Al final, te robé el corazón Yayitsu.
–Sí... lo hiciste.
–Ahora quiero que me prometas que serás un buen hombre.
–Te lo prometo.
–Ya verás que volveremos a encontrarnos, porque estamos predestinados a hacerlo, vida tras vida, muerte tras muerte. ¿No te das cuenta?. Tengo la sensación de que llevamos miles de años amándonos, desde que el universo existe, desde que surgió el amor y dos seres se miraron a los ojos. Tú y yo siempre hemos sido uno.
–Perdóname Camil, te prometo que estarás orgullosa de mí. Te prometo que volveremos a encontrarnos, que cuidaré de nuestros hijos y nuestros nietos hasta que llegue mi hora. Pude haber sido el más grande emperador, pude haber esclavizado cientos de personas, y me hubieran temido y respetado. Me hubieran adorado como un dios, pero hubiera perdido... porque nada material puede valer más que un alma. Y tú me hiciste averiguar lo que eso significa, gracias a tu amor incondicional; me perdonaste siempre, estuviste a mi lado sin reproches, porque fui un cobarde, porque no luché por ti. Porque no me enfrenté a mi padre, aun cuando tú si lo hiciste; cuando lo perdiste por mi culpa... La miró un segundo y su respiración se congeló; todo pareció detenerse en un instante. Después el cielo estalló en lagrimas incontenibles. Un trueno sacó a Yayitsu de su discurso, un discurso que nuevamente llegó tarde. Las manos frías, el semblante pálido. Camil no estaba en esta vida, se había apagado como una vela entre sus brazos, sin haber escuchado quizás las declaraciones más importantes que Yayitsu había pronunciado en toda su vida.
–¡Camiiiiiiiiil! –gritó desgarrado y llorando mientras le empapaba un torrente de agua y la abrazaba inerte y desvalida. No, ¡NOOOOO! –gritó mucho rato mientras un concierto de truenos y rayos encubrían sus dolorosos lamentos con ensordecedores sonidos. La acunaba, la mecía entre sus brazos mientras dejaba que las lagrimas se vertiesen antes de volver y dar la noticia a sus seres queridos. Entonces no lloraría más, permanecería serio, estoico, inmutable. Y muchos pensarían que Camil no le importaba, que no la amaba porque no la lloraba, porque no mostraba su dolor al mundo; porque estaría apartado de todos durante su entierro, porque iría a rezarle a solas, lejos de las miradas incautas. Pensarían que era frío, que era malo, porque la dejó morir a la intemperie y no en un hospital, porque no la besaba en público, porque no querría elegir un ataúd o encargarse de preparativos para ningún entierro; pero las apariencias engañan... Sólo Camil supo como era él, sólo ella pudo salvarle.
–Hasta la vista mi hermoso ángel de ojos azules –susurró en su oído antes de partir hacia el ojo del temporal. A casa, para amarla eternamente...
FIN
el`ladròn, el prìncipe y el dragòn
–Padre, necesito que me escuches unos instantes antes de comenzar el entrenamiento. Me resultaría imposible concentrarme sin decirte todo cuanto deseo.
–¡Bah! Di lo que quieras. Con tal de que pueda entrenar tranquilo... –Marcel contuvo con esfuerzo una ira voluble e insana y comenzó a relatar su historia, la historia de un padre muerto y de un hijo que le amaba.
–Crecí embriagado con la leyenda de ser el descendiente de la estirpe real del imperio del sol naciente. Me sentía afortunado y heredero de una causa y una raza. Y, como no pude tenerte a mi lado, creé un mundo de sueños mezclados con realidad, en los que tú estabas presente de alguna forma extraña. Pensé muchas veces que me protegías desde el infinito mundo del más allá. Quería verte en las nubes, imaginaba el rostro que, si conocí, olvidé. Me asaltaba la nostalgia de unos abrazos no recibidos, y de unos instantes felices, arrebatados por los asesinos que se jactaban, sonrientes, de arruinar mi mundo. Lloré de rabia muchas veces imaginando tu muerte, padre. Y te visualizaba alzándote tan orgulloso como mamá decía, herido pero incansable, con tus últimas fuerzas, valiente, como el guerrero honorable que me narraba Jomei, plantando cara al enemigo mientras pensabas en mamá, y en mi, prometiéndonos protección, jurando que nos mantendrías vivos y lográndolo, pues aquí estoy.
Cuando era pequeño, asaltaba a mamá con preguntas que, esquiva, me respondía con una sonrisa dulce; me contaba lo que ya sabía miles de veces, porque nunca me cansaba de escucharlo. Mis cuentos antes de dormir eras tú. ¿Qué niño no pregunta por su padre?. Muerto o no. Quería mantenerte vivo con los recuerdos, alimentando una imaginación viva y ansiosa de conocimientos. ¿Qué es un fruto que no sabe del árbol del cual procede?. Me sentía roído en las raíces por una tristeza infinita, que jamás moría. Que fácilmente perece la felicidad y que difícil es resucitar la alegría cuando la congoja alimente el espíritu. Sentía que no merecías haber muerto, sin gozar aunque fuese un beso de tus hijo o un te quiero de tu familia.
Pronto aprendí a no pedir más cuentos nocturnos, a no preguntarle por ti demasiado porque, aunque jamás existió un solo reproche en mi madre a la hora de hablarme de ti, podía percibir la tristeza de sus ojos azules, el dolor en su pecho cuando suspiraba palabra a palabra, como una rosa que se marchita lentamente. Y después, por la noche, odiaba tener oídos tan finos que escuchaban sus lagrimas y unos sollozos ahogados por la almohada. Aun te amaba, después de tantos años de haber muerto, mamá te quería. Y yo pensaba que tanta dedicación, tanto amor se debían al haber compartido momentos hermosos. Creía que yo era el fruto del amor, que era el deseado descendiente de un guerrero noble y valeroso. Nunca imaginé ser elijo de un asesino. ¡Sí! ¡Porque mi abuelo me lo ha contado todo! ¡Porque mi madre no me pudo negar nada! ¡porque antes de morir Jomei me pidió perdón por no habérmelo dicho!.
Por eso me extrañó cuando me advirtió, momentos antes de mi partida, cuando más ansioso estaba por conocer al hombre que me engendró. - “No esperes demasiado de tu padre” -. Y me enfadó, aquel comentario hirió algo profundo dentro de mi. Mortificó los momentos en los que entrenaba, imaginando lo orgulloso que estarías de verme tan fuerte. Jomei me crió, me entrenó pero fue más como un tío o un maestro, jamás pudo sustituir la imagen del héroe que dio su vida por protegernos. El héroe que era mi padre. ¡Mi padre! ¡Padre! ¡Tú! ¡el mismo dispuesto a condenar a mi madre, la mujer que más te ha amado en tu miserable vida, con tal de preservar tu “honor”! ¡Con tal de que tu ego no se viese lastimado! ¡Mis raíces eran ensoñaciones!.
Un príncipe valiente, noble, un guerrero tenaz... un maldito, un asesino, un príncipe indigno, alguien capaz de arriesgar el futuro de su pueblo por un capricho, un loco, un ser incomprensible, incapaz de amarnos siquiera. Rompiste mis sueños, todas las historias que recreaba en mi imaginación acerca de ti eran mentira. Me hiciste sentir huérfano, más huérfano de padre que nunca. Tu alma está muerta, la mató tu pasado oscuro, tus maldades, los lastres que arrastras sin saberlo, sin siquiera reconocerlo. Dios mío, me siento tan solo... incluso... ¡pensabas dejarnos morir! No moviste un músculo, ni tu rostro demostró un solo gesto de temor, o pesar... ¡eras una estatua fría que miraba como éramos atacados por tus hombres! ¡las únicas personas que te habían querido en tu maldita vida, sin merecerlo si quiera... te reproché, no pude más, te odié, te odié más que a tus “asesinos” por haberme arrebatado al padre que creí tener y haber quebrantado la fuente que me daba energía en los momentos oscuros! Ya no deseo demostrarte cuan orgulloso puedes estar de mí. Tampoco creo que mi concepto de orgullo coincida con el tuyo. Me has hecho sentir no obstante, afortunado de ser de otra manera, distinto a ti, ¡opuesto! ¡Te aborrecí y te aborrezco tanto como la hiel pero, aun así eres mi padre! Por más doloroso que sea, eres tú. He de aceptarlo.
Y ahora se porque no había de esperar demasiado de ti. Porque nunca me abrazarías, ni me mirarías con lagrimas en los ojos, orgulloso de mi valentía, ni me dirías que me quieres. Envidió a Umako, porque habiendo muerto su padre... Jomei, también en esto te supera.
Oh, sí, por fin pareces interesado en lo que digo. Tienes que derrotarle ¿verdad? Y después ¿qué?. Él será mejor que tú, él más querido, porque luchó por los que amaba, dio su vida por ellos, por nosotros, por que él amaba a mi madre, y a mi y mi hermana. Y eso es algo que tú jamás podrás hacer ¡Maldito! Si un día hubieras de morir en una batalla no tendrías la delicadeza de haber permitido que el amor llenase tu corazón aun en los últimos instantes de tu existencia. En esos momentos pensarías en Jomei, y rabiarías por no haber sido lo suficientemente fuerte como él. Hasta en eso te ha superado, como padre, como esposo... porque tu corazón está lleno de una miseria inmensa. ¡Eres el príncipe de la miseria!.
–¡CALLA YA! Maldito mocoso resentido... ¿crees que me afectan tus rabietas?¿quién eres tú para hablar así?. Apenas has cruzado dos palabras conmigo y me juzgas ligeramente como un monstruo. Pero está bien. Está bien que creas eso, porque es lo que soy. Y tú eres el hijo de un monstruo, el hijo del príncipe de los monstruos. Y tendrás que aceptar que por tus venas corre mi sangre. ¿Qué culpa tengo yo de que imaginaras absurdas escenas?. Ódiame si es lo que quieres, de hecho, lo prefiero.
–¿Por qué? ¿por qué prefieres que te odie? Ahora callas; no brotan de tus labios más palabras. No veo lagrimas en tus ojos. Mira los míos, no importa que caigan libremente, sigo siendo quien soy... y también te supero.
–¿Ah si? ¡Demuéstralo entonces... vamos...enséñame tu gran y enorme poder, muchacho, quiero ver cuanto me odias!
No existió nadie durante semanas, solo un visceral odio entre padre e hijo. Un circulo vicioso que se alimentaba con reproches y sarcasmos. La batalla que libraban ambos era más espiritual que física. El uno matando sus fantasmas, el otro admitiendo que había querido resucitar un muerto. Y al final, cuando algo llega al fondo del río puede pasar que se ahogue para siempre en su lecho, o que resurja a la superficie.Los comienzos del amor son como el nacimiento de un árbol. Débil, desprotegido, pequeño, influenciable por las inclemencias del tiempo. Pero ha de hacerse fuerte poco a poco, cuando la semilla es buena y resistente. El corazón de ambos era con una mata fuerte que se agarra a la tierra ansiosa de vida. Así que un día, surgió el instante, ese punto diminuto en que dos personas deciden apartar la tierra que les impide ver la luz del astro sol y admirarse de las maravillas del mundo. ¿Por qué odiar cuando se anhela el amor?
Tanto el hijo necesita al padre, necesita el padre al hijo. Y donde la necesidad surge, el amor custodia las puertas del corazón y las abre. Primero un resquicio, después un cuarto...
Y se abrieron de par en par cuando Marcel le pidió que le matase... y le reconoció que no era capaz de vivir odiándole pues le quería.
–Así que mátame, porque no soporto el dolor ni el deshonor de vivir en estas circunstancias, sabiendo que soy un hijo no deseado, un feto que debió ser abortado, un niño que no debió nacer... ¡Haz ahora lo que no pudiste hacer en el pasado!
Fue tal la angustia que aquella petición desató en el alma de Yayitsu, que por un instante fue olvidado el rencor por las palabras que le escocían el orgullo y fue necesario contenerse infinitamente para no abrazarlo y demostrarle cuan equivocado estaba en juzgarle así.
–Escucha muchacho y deja de decir tonterías... Japón, el imperio donde nací, de donde proceden tus raíces. Mi padre, tu abuelo, es el emperador, le admiraba y le temía... tanto como le apreciaba. Jamás me abrazó, ni me dedicó palabras como si fuese una princesita. Por el contrario, me educó para ser fuerte y recio. Gracias a eso, logré sobrevivir a cuantas dificultades encontré, que fueron muchas. Nunca vi error en aquella forma de actuar, pues un guerrero ha de aprender a formarse desde la infancia. Ahora deja de actuar como lo haría un hijo de Jomei. Lamento que él se encargase de tu educación pues... hubiera querido entrenarte, de no haber sucedido esto. Habría procurado enseñarte las costumbres en que me crié. No tengo la culpa de no ser como tú creías, pero tampoco soy como piensas ahora. Soy el príncipe del imperio del sol naciente y tu eres mi descendiente. ¡Ten orgullo, levanta la cabeza, deja de llorar, ponte en guardia y demuestra que eres digno de tu estirpe! Porque te aseguro que cuanto creías de la nobleza y valentía, de la misma es cierto. Vamos, ¡ahora hijo mío, no es momento para rendirse, es momento para la lucha!
Desde ese momento comenzaron a llevarse mejor. Juntos construyeron los cimientos de su relación, ambos francos y abiertos, tenían más parecido del que creían.
–Tu madre, ¿cómo está?
–No lo sé, ella no habla mucho conmigo últimamente... cada día la veo más enferma.
–¿Volvió a casarse?
–¿Eh? No, ¿por qué lo preguntas?
–Por la mocosa con la que llegaron. No es hija de Jomei ¿o si?
–No, ella es mi hermana.
–¿Cuántos años tiene?
–Nueve.
–¿Quién es su padre?
–Mamá me prohibió decírtelo. No quiere lastimarte –Yayitsu se levantó y se dirigió a la aldea en la que estaba custodiada Camil, Ana y sus hijos, sin escuchar antes a su hijo.
Yayitsu se acercaba a la aldea montado en su caballo. Lleno de ira y rencor contra la pequeña niña y el hombre que se atrevió a tocar a su mujer. Si, su mujer, para él, Camil siempre sería suya. E iba a averiguar el nombre del bastardo que la embarazó. Y quería volver a la vida a Jomei para después matarlo por no haber protegido a su amada. Al llegar a la casa donde estaba Camil, entró y ordenó que todos salieran de la habitación. Todos salieron rápidamente, excepto Ana. Tenía miedo de que dañara a Camil, con ese hombre no se sabía a que atenerse, era tan impredecible.
–Mujer ¡te ordené que te fueras!
–No voy a irme, Camil está enferma ¡¿qué no te das cuenta?!
–Solo voy a hablar con ella, hay algunas cosas que tiene que explicarme.
–Está bien Ana, prepárame un té por favor y cuida que la niña no suba –Ana salió de la habitación aunque no estando de acuerdo.
Yayitsu la observó unos minutos, ella aun seguía siendo hermosa, ya tenía treinta y dos años, pero seguía luciendo mucho más joven. Estaba igual que cuando la conoció, aunque se veía más delgada.
–Dime Yayitsu, ¿sucede algo con Marcel?
–No.
–Entonces ¿qué es lo que tengo que explicarte?
–¿Quién es el padre de la mocosa?
–Así que Marcel no te lo dijo.
–Me dijo que se lo prohibiste. Por eso estoy aquí. Así que dímelo.
–¿Para que?
–Para matar al imbécil que se atrevió a tocarte.
–Ja, ja, ja; no has cambiado Yayitsu.
–¿Qué esperabas? ¿qué me quede de brazos cruzados sabiendo que te acostaste con otro?
–No Yayitsu, yo jamás he estado con otro hombre que no seas tú.
En la primera planta Tsuki y William jugaban a las escondidas con Umako, así que ambos buscaban donde esconderse. Sin que Ana lo notase, ambos niños subieron a la habitación de Camil para esconderse. Y siendo como eran los pequeños, entraron al cuarto sin pedir permiso, corriendo y haciendo mucho ruido.
Al entrar Tsuki se topó con Yayitsu y cayó al suelo pero al verlo fue a esconderse detrás de William, porque aunque sabía que él era su padre, le tenía un poco de miedo.
–¡Mocosa, que no sabes que debes tocar la puerta antes de entrar! –William, quien era la encarnación de su padre, hizo una reverencia a su príncipe. Esto complació a Yayitsu, saber que Jomei había educado bien a sus hijos. Inculcándoles respeto por su príncipe. Pero Tsuki estaba allí parada frente a él, detrás de William sujetándolo por la ropa fuertemente. Sin decir nada, sólo viéndolo e incomodando al príncipe.
–¿Qué tanto me ves mocosa? –ella no dijo nada, sólo lo observaba. Por alguna extraña razón, Yayitsu se sentía muy incomodo al ser observado por aquella niña de ojos azules, sentía que no debía tratarla de ese modo.
–Ven mi amor, dime ¿qué sucede? ¿para que entraste al cuarto? ¿Te regañó Ana? –la niña respondió negativamente con la cabeza.
–Entonces ¿qué pasa?.
–Jugamos al escondite con Umako madrina –respondió William.
–Ah, querían esconderse de él, ¿por qué no van al cuarto de Marcel y se esconden en el armario?
–No, ya no quiero jugar, quiero estar contigo mami.
–Tu mamá está ocupada hablando conmigo, así que mejor vete a jugar.
–Mi amor, ve con Ana y dile que suba mi té, y te prometo que puedes estar aquí conmigo todo el tiempo que quieras –ambos niños salieron a buscar a Ana que estaba en la cocina.
–¿Vas a decírmelo?
–Tú Yayitsu, tú eres su padre.
–Porque no pensaba volver a Japón pero... ahora es diferente.
–¿Por qué?
–porque moriré en poco tiempo, he venido solo para pedirte que te encargues de ellos cuando muera.
–No, eso no es posible, debe haber un error.
–No hay error, el médico me lo ha dicho. Y ocho doctores más lo han confirmado Yayitsu.
–No... –Yayitsu la abrazó con fuerza mientras lloraba. ¿Por qué? ¿por qué ha sido así de cruel la vida con nosotros? –él le decía mientras lloraba desesperadamente.
–Ya mi amor... –le dijo ella dulcemente. Ya verás que estarás bien.
–¡NO! ¡jamás estaré bien sin ti!
–Debes ser fuerte, si tu te derrumbas ¿quién cuidará de nuestros hijos?
–No puedo hacerlo sin ti, no se cómo.
–Ana te ayudará, pero ellos te necesitan más de lo que crees –Yayitsu volvió a abrazarla llorando sin consuelo en su pecho, mientras ella lo acariciaba y besaba su frente diciéndole que estaría bien, que lo amaba mucho.
Entonces Tsuki y William entraron nuevamente al cuarto con el té de Camil. William llevaba la tasa porque estaba muy caliente. Él era muy sobre protector con Tsuki y muy celoso también.
–¡Mami yo te serví el té! ¡Verdad Will!
–Sí.
–Lo endulcé con miel como te gusta.
–Muchas gracias mi amor, ponlo sobre la mesa por favor –William salió a buscar a su hermano para jugar con él, Tsuki se acercó a la cama y se sentó junto a su madre, entonces notó que su padre estaba llorando.
–Mami, ¿por qué está llorando el príncipe? –le susurró al oído, sin embargo Yayitsu pudo escucharla. Así que enjugó sus lagrimas, no podía mostrarse así frente a sus hijos. Era obvio que no lo sabían, tal vez ni siquiera Ana lo sabía. Conociéndola, se la pasaría llorando noche y día el tiempo que le quedara a Camil. No, él no iba a hacer eso, sería fuerte, por sus hijos. Ya era hora de que actuara como padre.
–Lloro porque mi hija no quiere hablarme, ni siquiera me ha dado un abrazo –la niña se escondió bajo las sábanas y le dijo.
–Yo pensé que no querías que te hablara, que no querías que estuviera cerca de ti –entonces Yayitsu la cargó y la acurrucó entre sus brazos y la besó en su frente.
–Claro que no princesa, yo te quiero con todo el corazón –la niña lo abrazó y le dio un beso en la mejilla y comenzó a contarle lo todo lo que hacía, lo que le gustaba y lo que no.