recibido: 23/06/2006
10:32 am
Tachas
Ja, no me digas que tenemos, tuvimos, somos, ja, no ni eso ni lo de ayer, que va, vamos del fondo, cloaca de roedor, de humedad y de vicio, sí eso dicen las ñoras cuando te ven desde las ventanas o las azoteas, desde el aire, carnalito, desde el aire, pa decir sin indecencia la anécdota, pa’ que el sueño no sea nomás eso de la volatilidad de las existencias, eh eh eh eh, ja dicho de esa jalada manera parece que salir de hoyo es cosa de reteharta voluntad, actividad necesaria, nel, ni te das cuenta, ni sabes si te asomas o te escondes, ni arriba ni abajo, como los ojitos de tachas, que no sabes si van o fueron, cafés o verdes, green green, dicen los cuates que vienen desde el pasado remoto, desde la oscura sombra de los días olvidados, je eh eh eh, ya vamos llegando a la verdadera sustancia, je a la neta de esta nota, de esta palabrera, a los pasos de tachas que se mueven en zigzag, que no es, o sí pero viene desde el mareo, desde la agrura, los ojos vueltos de revés, donde sólo blanco sobre blanco, de sueño y recuerdo, la calle que escurre, se sacude, las luces que se arrastran por los muros y las yerbas, tachas que coloca las manos, la vista de calavera, la noche que brota de su garganta, río revuelto de gritos y saliva, estertores del mismísimo infierno, je eh eh eh, quién no ha visto esto, ¿Qué caraja vida ha pasado? Se cuestiona inmenso poeta del pesimismo, ¿qué le digo a tachas? ¿Somos o tuvimos? O como las ñoras de azotea, salimos del hoyo como roedor de cloaca o desde el aire carnalito, pa’ decirlo chingón, pero todo se hunde y no lo notan nunca, nunca, nunquita jamás.
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