26. CUENTO BREVE PARA CONCURSAR: "CUANDO LA PANTERA ROSA HABLÓ TODO SE VINO ABAJO"

miércoles, 25 de junio de 2008

recibido: 25/06/2008
12:47 am
CUANDO LA PANTERA ROSA HABLÓ TODO SE VINO ABAJO


En el verano mis padres solían llevarnos a Diego y a mí fuera, al frío de otra ciudad, donde el viento nos arrancara el calor. Ahora vivo bien lejos del sofocante sol, lejos de mis padres, lejos del pasado. De ellos recuerdo pocas cosas ya, veo sus cuerpos tendidos sobre la cama, gustaba de acostarme en medio de los dos. Luego mamá murió, pero la costumbre de irrumpir en su habitación nunca se fue. Desde el umbral miraba a papá entre las sábanas, atrincherado y solo, con un grito le daba aviso de mi presencia a la que respondía con un breve quejido resolviendo ignorarme, en eso se parecía en nada a mamá, quien cada vez que advertía mis pasos furtivos alzaba la cabeza moviéndola de un lado para otro en desaprobación, tomaba el control remoto de mala gana, lo aventaba hacia las cobijas como se lanza un pescado fresco a las fauces de un león marino y daba unos golpecitos al colchón indicándome que trepara de una buena vez; yo encendía la televisión y miraba por horas la Pantera Rosa mientras el olor de mamá se entremetía por todo mi cuerpo, una mezcla entre rancio y dulce. Mamá se ha ido, pero su aroma aún persiste, sé que también desaparecerá.
Diego, mi hermano, a pesar de su corta edad nunca compartió el gusto por la Pantera Rosa, asunto que me enojaba tanto que una tarde decidí romper toda su colección de muñecos de la serie Star Wars, me era imposible comprender que aquel personaje con su mudez y sus gestos estudiados y las bromas que se inventaba le fuera indiferente a un niño de mi edad, por ello consideraba a mi hermano un entero idiota. Cuando papá llegó aquella tarde y miró los muñecos mutilados me castigó dos horas mirando dragón ball z. Lo odié. Horas después, en el televisor, se dio aviso de una noticia relacionada con mi programa favorito, el locutor decía, enloquecido: a partir de hoy el show de la Pantera Rosa no volverá a ser igual.
A la hora indicada, me dispuse a ver la caricatura, shhhhhhh!, alcancé a hacer a todos. La Pantera Rosa camino, se detuvo ante un escaparate y… habló. Asesinaron a la Pantera Rosa, pensé, y con su muerte se fueron mamá y las razones para vivir.
Recuerdo aquella tarde nublada. Hoy, todo es distinto, mientras hablo sostengo las píldoras que finalizaran con la incertidumbre, es casi pueril pero cierto, cuando la Pantera Rosa habló mi mundo se vino abajo.

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